capítulo 19

387 60 2
                                    

El corazón me duele, el alma me duele, cada parte de mi ser duele, cada una de mis células me duelen ,es inevitable sentir esto que estoy sintiendo.

La confianza y la tradición siempre van de la mano, hay que estar muy pendiente . La confianza se descuida un ratico y la tradición se aprovecha de la situación.

La verdad me siento culpable por todo lo que está pasando, yo fui la que traicionó, una amistad un amor, y me siento mal por eso, jamás me cansaré de pedir disculpas.

A veces no entiendo como las personas ilusionan, prometen, y luego traicionan. ¿ Cómo le hacen para no sentir ?. Yo me siento miserable, me siento él ser más asqueroso de la tierra.

Estoy parada mirando a Thadeo, tratando de contener las lágrimas, pero se me hace imposible, así que solo las limpió cuando ruedan por mi mejilla.

-¡ Eres un idiota!- le reproche.

- Soy un idiota porque no deje que ese imbécil te colocará las manos encima.

- ¡no tenias porque golpearlo, yo te dije que yo solucionaría las cosas, yo iba a hablar con él. YO lo iba a hacer- le reproche.

- No iba a esperar un año por ti. ¿Y qué ahora para terminar, te llevan al parque en plan de cena romántica?- dijo con sarcasmo.

Me traje la saliva que tenia acumulada en la cargada.

- ¡ Va, veo que nunca vas a cambiar!. Siempre seguirás siendo el mismo idiota de siempre, contigo todo siempre será igual.

Él abre la boca para pronunciar algo y luego la cierra, su expresión es de enfadado.

Le hago un gesto de tristeza, y me encogí de hombros, él no pronuncia ni una sola palabra, giro sobre mi propio eje y me fui. Cada paso que doy es una lágrima que recorre mi mejilla. No lo siento caminar detrás de mí, pensé que saldría detrás de mí, pero no...no es así.

Voy caminando super rápido, me falta una cuadra para llegar a mi casa, quiero llegar a mi casa y abrí la puerta de mi cuarto, y no salir de mi cama jamás.

Cuando ya voy llegando a mi casa, siento un auto frenar detrás de mí.

- ¡ MAGUI!- lo escuche gritar.

Me detuve por un micro segundo pero luego continúe mis pasos.

- ¡ JODER ,MAGUI!¡DETENTE! - continuaba gritando.

Siento unos pasos detrás de mi, ya estoy al frente de mi casa. Siento que unos brazos me rodean, y me empujan hacia un pecho.

- ¡ suéltame! ¡ suéltame! - comienzo a gritar.

- ¡No!¡No!, ahora me escuchas, ya tú hablaste- gritaba él en medio del forcejeó.

- ¡ suéltame!. Eres un bruto- logré zafarme de su amarre- eres un animal, contigo siempre será lo mismo, grito, peleas, insultos, contigo todo será igual, nunca cambiarás, y yo no puedo... ya no puedo... ¡ no quiero hundirme contigo! - cerré la boca de golpe para ya lo hecho, hecho estaba

Su palma está a centímetro de mi rostro, su mirada emana rabia, por primera vez en mi vida tenía miedo de que él fuera capaz de golpearme. Mis lágrimas salía de mis ojos, mis mocos se aguaron, tenia miedo. Nunca un hombre me había alzado la mano, y él lo hizo, me sentí frágil en ese momento.

Él se dio de cuenta de su acto y bajo la mano, me quedo mirando fijamente, su boca pronunció en silencio mi nombre. Me intentó agarrar otra vez pero yo no se lo permití.

Se pasó las manos por el cabello y bajo hacia su cuello.

-¡ Ni se te ocurra tocarme- pronuncié con una determinada frialdad.

Un sueño en el autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora