¡Con todo, matadora!

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**Advertencia de cochinadas en este capítulo**

Capítulo 11

¡Con todo, matadora!

Cuando escuchó aquello, Gaba no sabía si debía reír, llorar, gritar o carcajearse.
    —¿Y por qué razón no puedo ver a mi novia?
    —Porque lo digo yo —dijo Maritza con autoridad.
    —Me parece un argumento muy pobre.
    —Gabriella, no me hagas tomar medidas extremas.
    —Olvidas, madre, que en unos días seré mayor de edad. ¿Qué harás? ¿Encerrarme en mi habitación mientras tanto?
    —¡¿Cuándo dejarás de ser una grosera?!
    —¡Cuando dejes de ser una madre terrible! —Las dos se quedaron en silencio por algunos segundos, solamente manteniendo conectadas sus miradas, en una batalla silenciosa—. ¿Qué pasó exactamente entre Carlos y tú?
    —Ese no es asunto tuyo —dijo su mamá bajando la vista al fin.
    —Claro que lo es si te afectó tanto como para alejarte de Cindy y de mi. Dime qué pasó. Tengo derecho a saberlo —pidió ella dando un par de pasos hacia la mujer—. Por favor, mamá.
    —Yo... Escuché lo que le gritaste a tu padre. —Maritza esbozó una sonrisa—. No soy una mujerzuela —terminó la mujer con los ojos empañados—. Solo me enamoré.
    —¿Y qué pasó?
    —Es todo lo que puedo decirte. Y te pido, si te importo un poco aunque sea, que ya no tengas tratos con esa chica.
    —A mi pesar, claro que me importas. Pero estoy enamorada de Odette y seguiré a su lado. Si no puedes aceptarlo, es tu problema.
    —¡Eres una terca! Si te empeñas en seguir con esa relación, olvida mi ayuda económica para la universidad. No tendrás un solo peso de mi.
    —No me importa.
    —No podrás volver a esta casa, jamás.
    —¡¿Y crees que eso es un castigo?! ¿Sabes lo que esta casa significa para mi? ¡El infierno! Solo tengo recuerdos de gritos, peleas, insultos, desamor. Aquí viví con los padres que nunca me hicieron caso y con la hermana que me abandonó apenas tuvo oportunidad. ¿Cuántas veces me abrazaste? ¿Lo recuerdas? ¡Yo sí! Fueron cuatro veces en toda mi vida. ¿Y sabes cuantas veces escuché acusaciones de infidelidad entre mi papá y tú? ¡Cientos de veces! Yo no sé lo que pasó entre ustedes tres, pero ¡¿por qué carajo he tenido que pagar por eso?! —A Gaba se le quebró la voz—. ¡¿Nacer fue mi delito?! ¡¿Lo que dijo mi papá es verdad?! ¡¿Me odias por arruinar tus planes con Carlos?!
    —¡Te odio por ser la hija del tipo que abusó de mi! —declaró Maritza, lanzando una flecha al corazón de Gaba.
    —¿Qué...?
    —Mi relación con tu padre ya se había acabado cuando conocí a Carlos. Empezamos a vernos y... me enamoré. Creí que junto a él Cindy y yo tendríamos un hogar feliz, así que decidí pedirle el divorcio a tu papá... Pero cuando le dije a Bruno que lo dejaría... Él me atacó. —Maritza carraspeó y evitó mirarla—. Quedé embarazada, Carlos me repudió... Algo bastante hipócrita de su parte pues en ese entonces descubrí que su esposa estaba apunto de dar a luz.
    —¿Su esposa?
    —Sí... Resulta que no era verdad que estaba divorciado, así que regresó con su mujer. Tu papá me pidió una nueva oportunidad... Y por idiota, acepté. Pero nunca pude perdonarle lo que me había hecho.
    —Pero yo no tuve la culpa de nada de eso, ¿te das cuenta? Si mi papá te violó, ¿por qué no lo denunciaste?
    Maritza soltó una carcajada.
    —La violación entre esposos no era delito hasta hace apenas unos años. Porque obviamente para la justicia, una mujer debía estar dispuesta a las necesidades sexuales de su marido. Ahora dicen que eso ha cambiado... En verdad espero que sea verdad. Vi infinidad de casos en el hospital y los maridos nunca pagaron. Somos las mujeres las que quedamos como mujerzuelas... No iba a permitir que todos se enteraran de lo que había pasado. ¿Para qué?
    —Se cometió una injusticia contigo y tú la cometiste conmigo —susurró Gaba—. Lamento mucho lo que te pasó, no lo merecías. Pero no cargaré con cosas que no son mías. Es terrible saber que me odias... Es decir... Siempre lo sospeché, pero ahora... —Aunque lo intentó, no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas—. Solo quería una familia.
    —Nunca quise...
    —No dejaré a Odette —interrumpió a su mamá—. Sé que nunca aceptarás lo que soy, que para ti solo seré una desviada que te avergüenza frente a tus amistades. Pero no sabes lo feliz que ella me hace y sería una estúpida si renunciara a eso. Odette es fantástica y yo la amo. Ojalá un día quieras conocerla... y a mi también.
    Gaba salió del cuarto, viendo como Mia se ponía de pie. Su amiga se había quedado sentada en el suelo del pasillo.
    —¿Qué pasó? —le preguntó la chica con precaución.
    —Me mudaré a Montejo mañana —declaró ella.
    —Gabriella no hemos terminado de hablar. —Maritza la alcanzó.
    —¿Qué más vas a decirme? Ya quedó claro lo que sientes —debatió ella.
    —No puedo creer que prefieras a esa chica que a tu madre —dijo Maritza con reproche.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2021 ⏰

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Tú tan buga, yo tan lenchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora