Adrien se volvió muy cercano a Marinette. Luego de que ella lo consoló cuando él se sentía triste por todos los problemas con su padre, con Ladybug, con el hecho de que Nino y Alya eran superhéroes en secreto y conocían sus identidades.
El rubio estaba muy feliz porque era Marinette quien tomaba la iniciativa de invitarlo a su casa. Su cálida casa que sí se sentía como un hogar.
Los padres de Marinette eran personas maravillosas, no es de extrañar considerando la manera en la que criaron a su hija.
Él no se lo esperó, pero todo fué tan natural cuando empezó a enamorarse de Marinette. De sus sonrisas, de su amabilidad, de su torpeza. O tal vez de su cabello oscuro, su piel cálida, sus brillantes ojos azules. O los sonrojos que le regalaba a él.
Adrien no sabía cuál era el motivo por el cuál empezaba a notar estos sentimientos, pero sin duda alguna estaba en él. El sentimiento era tan grande, que era imposible escapar de su alcance.
Adrien se dió cuenta de que tal vez estos sentimientos iniciaron incluso antes de que él se diera cuenta.
Entonces todo era ella; no podía apartar su mirada cuando ella estaba en una misma habitación que él. No pudo ocultar el amor que sintió al verla ganarle en los videojuegos.
No podía callarlo más, Adrien estaba seguro de que incluso Chloé lo notó, aunque la rubia no mencionó nada.
Entonces un día, mientras ambos comían crossaints, él le dijo de manera casual...
«Todo lo que hacen tus padres me gusta tanto, todo les queda muy lindo, suave y cálido. » él dijo esto mientras comía, pero mirándola a ella intencionalmente.
Ella se sonrojó con poco pero asintió, hablando orgullosa de sus padres.
Adrien honestamente ama a los padres de Marinette, pero al parecer Marinette no entendió cuál era su creación favorita.
Él intentó lanzarle indirectas, pero ella no las entendía. Incluso las más obvias, cómo...
«Mi parte favorita son los ojos azules de su creación, y también sus bonitas mejillas. » Marinette no lo entendió, cada vez que él decía cosas como esas, lo miraba como si a él le hubiera crecido otra cabeza derrepente.
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«¿Sabes que no estoy hablando de crossaints, verdad? Ni de ningún postre. » Murmuró él un día, cansado de lanzar indirectas no recibidas.
Marinette lo miró con curiosidad.
«Me lo imaginé, pero es sólo que no entiendo. ¿Acaso mis padres están creando figuras de cera o algo así? No entiendo la parte de "ojos azules" cabello oscuro y... » Parecía que por fin Marinette cayó en cuenta en sus palabras. «Vaya, Adrien...» ella se sonrojó en ese tono que al rubio tanto le encanta.
Él sonrió, con dulzura.
A pesar de que Marinette era un poco despistada, esas pequeñas cosas lo enamoraban aún más de ella.
«Puede que tus padres hagan cientos tipos de dulces, pero aún así, estoy seguro que tú eres su creación más dulce de todas. »
