CONSEQUENCES ▷ KOL MIKAELSON [3] [TRADUCCIÓN]

𝟎𝟑. 𝐆𝐎𝐍𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐈𝐍𝐃

(‎CAPÍTULO TRES:‎ ‎LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ‎)

✧࿐ ཾ✧ 

‎INCLUSO EN UN ‎‎CUERPO DIFERENTE, Finn Mikaelson no había cambiado en absoluto , él seguía siendo un cuento de tattle. Después de dejar Rousseau, Esther me dio una advertencia sobre la lealtad porque su hijo había derramado sobre cómo intenté sabotear sus planes protegiendo a Davina Claire de los lobos. Como resultado, me cortaron el día y tuve el trabajo bastante aburrido y sin importancia de encontrar a la bruja adolescente en cuestión. Según las fuentes, se había escondido tras el incidente en el bar. Mientras Esther y Finn tocaban 'Happy Families' en una cena de Mikaelson, me estaban empujando fuera del circuito, más lejos de lo que estaba antes. ‎

—Bien podría cambiar mi nombre a Cenicienta —me quejé, refunfuñando para mí misma sobre la persecución inútil que me habían enviado. Ni por un segundo creí que Davina hubiera huido a las afueras de Nueva Orleans, lo más probable es que estuviera justo debajo de nuestras narices —¡No olvides que puedo matarte, niña! ¡Ve a matar a ese ‎Caminante nocturno‎! ¡Reúnete con los lobos en mi nombre! Bla, bla, bla... —imité a la mujer, cogí una piedra y traté de saltarla en el lago al que había decidido asentarme cerca. Durante horas, no había visto ningún sentimiento de vida y quería rendirme, Davina definitivamente no estaba por aquí.

—¿Mal día? —al escuchar la voz de un hombre, salté en el aire y giré sobre mis talones para dirigirme a mi inesperada compañía. Frente a mí, Kol Mikaelson adornó una camisa manchada de sangre y se lamió los labios, los últimos rayos del sol de la tarde cayeron sobre su cabeza como un halo desfigurado.

Reprimí una mordaza, la sangre ya no me atraía y la idea de beberla no era favorable —Tienes una cosita allí... - Un día terrible, en realidad —me interrumpí, suspirando mientras pensaba que probablemente a él no le importaba tener sangre en su camisa. Éramos los únicos dos alrededor, las afueras de la ciudad estaban desiertas con solo unas pocas casas abandonadas para llenar el área cargada de naturaleza —Siento que nunca tengo un descanso, a veces quiero el día para mí sola. Parece que nadie puede dejarme sola —grité, mirando mi teléfono sonando antes de apagarlo. Debe haber sido la décima vez en la hora en que Esther me había llamado, pero también era plausible que esto se debiera a lo desesperada que estaba la mujer con la tecnología.

—Me temo que no puedes deshacerte de mí tan fácilmente —Kol afirmó, habiendo supuesto que me estaba refiriendo a él cuando mencioné que quería que me dejaran en paz. De hecho, eso era lo opuesto a la verdad, no quería que me dejaran sola, solo Esther. Pero no sabía qué más podía decir teniendo en cuenta que no tenía ni idea de lo que era Esther para mí. No quería llamarla amiga o mi jefa y no era como si pudiera admitir que su madre psicótica no confiaba en mí para estar en la cena porque había pensado que él estaría allí, así que me envió a sigue una pista muerta en medio de la nada.