Después de una serie de ataques brutales, una adolescente y sus amigos enfrentan una fuerza maligna que ha asolado a su pueblo por siglos. Shadyside el pueblo maldito.
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Narrador omnisciente
-Esto no es lo que quería esta noche, quería venir como fanático, nuestros diablos de Sunnyvale y las brujas de Shadyside nos han dado muy buenos partidos, sin embargo, me encuentro aquí hoy, como esposo, padre, vecino y si, alcalde de Sunnyvale. Y en nombre de toda la gente de mi ciudad, les digo que todo Sunnyvale llora con ustedes- digo el alcalde.
-Si, se ve que le importa- digo sarcásticamente Kate, con ella se encontraban Darcy y Deena -Los únicos de Sunnyvale que vinieron tenían que hacerlo, el equipo de futbol y las porristas.
Luego de más palabras vacías del alcalde, apagaron las luces del campo y todos prendieron sus velas, dándole la palabra al policía Nick.
-Mi familia a estado aquí por generaciones, ahora mi hermano es el alcalde y yo el alguacil, aquí hemos crecido. Pero hemos visto a nuestros vecinos de Shadyside sufrir tragedia tras tragedia, es fácil en estas situaciones, llenarnos de preguntas como ¿Por que? ¿Por que sucedió? Pero yo se, muy bien, que no hay respuestas que les puedan brindar alivio, no hay paz dentro del pasado, no hay que caer en la oscuridad, debemos seguir la luz.
-No, lo que hay que hacer con este fuego, es quemar a mierdaside- se escucho decir a uno de los chicos de Sunnyvale
-¿Que dijiste?- pregunto un chico amenazante
-Dije que no es una tragedia, cuando pasa cada semana, es un chiste- le respondió, varias personas ya se estaban poniendo frente a frente amenazantemente
-Repítelo, imbécil- dijo el otro chico empujándolo, así iniciando una pelea entre los dos pueblos.
Kate había alejado un poco a Darcy al ver que estaban muy cerca de la pelea. Simon se acerco a ellos corriendo, le rompió la escoba en la espalda y le saco el dedo, el chico le empezó a corretear.
-¡Dale duro a ese-!- empezó a decir Kate pero fue interrumpida por un codo que le dio directo en su cara -¡Pedazo de mierda!- volvió a hablar la chica, ya se encontraban en el bus después del desastre que se creo.
-¡Si!- gritaron los estudiantes.
-¡Creen que pueden hacer lo que quieren!
-¡No!
-¡Arruinaron nuestra vigilia y se van felices a sus mansiones, como si fueran montones de basura que pueden pisar!
