🌸 Capítulo 25

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Amy entró al cuarto de su hijo y encontró a Evie sentada en una de las sillas, mirando una revista de moda que seguramente Matt había dejado tirada por allí. La castaña la miró al instante y se puso de pie para acercarse a Donghae y fingir preocupación. Amy resopló, ella ya conocía aquel teatro. Lo peor de todo era que se había quedado todo el día en la casa, no dejando a su hijo descansar realmente. Por suerte ya habían venido por ella.

—Tu padre está esperándote en la puerta —le dijo. Evie la volvió a mirar.

—Dile que voy a quedarme a dormir aquí.

—No —dijo Amy—Vas a irte ahora, Evie.

—¿Qué te pasa, Amy? —le preguntó —¿Por qué me tratas así?

—Niña, estoy cansada. Ha sido un largo día y quiero ser yo la que cuide de mi hijo. Tú vete a tu casa y mañana puedes volver a verlo.

—Pero...

—Sin peros, Evie. Vamos.

Evie se puso de pie y salió de allí sin siquiera despedirse de Donghae. Amy negó con la cabeza y miró a su hijo una vez más antes de cerrar la puerta y dejarlo solo.

—_______ —murmuró el castaño entre medio despierto y medio dormido.

Levemente abrió los ojos, pero los volvió a cerrar al sentirse tan cansado. Comenzaba a despertarse y la sensación de que un millón de caballos le pasaron por encima lo invadió. Le dolía todo el cuerpo, principalmente el hombro derecho.

Respiró profundamente y se destapó un poco. Estaba sudado, pero sentía un molesto frío calándose hasta los huesos. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en su cuarto.

Pero ¿Dónde estaba ______? ¿Por qué no estaba allí con él? Él la quería a su lado, quería ver su bello rostro. Verla sonreír, escucharla hablar, sentirla respirar. Simplemente la quería frente a él. Si, necesitaba verla, necesitaba buscarla y tenerla cerca.

¿Qué podía pasar? Absolutamente nada. Desde que ella había llegado solo había hecho estragos con él, y ahora él tenía que cobrarse aquello. Si, claro que si.

Se puso lentamente de pie. Todo dio vueltas a su alrededor. Sonrió estúpidamente, se sentía como un borracho. En ese momento se sentía perfectamente bien como para ir hasta el cuarto de ______ Streep y cantarle las 40 de una vez...

_______ suspiró mientras salía del baño luego de una merecida ducha. Había estado todo el día con Matt, recorriendo el campo, haciendo cosas de mujeres, mirando películas y comiendo las ricas comidas de Amy. No había ido a ver a Donghae porque sabía que la indeseable de su novia seguía pegada a él como la garrapata asquerosa que era. Apretó los dientes al pensar en ella y que en ese momento estaba con él.

Terminó de vestirse en el baño, se puso se camisón de dormir. Tomó una toalla y comenzó a secarse el cabello. Abrió la puerta y salió hacia su habitación.

Su corazón se sobresaltó cuando levantó la mirada y él estaba allí parado. Lo observó bien. Y él sonrió bobamente al verla. ______ sintió una linda presión en el estomago al verlo sin remera... era tan... masculino. Una gran venda blanca cubría todo su hombro derecho. Recordó el dolor que vio en sus ojos cuando la serpiente lo había mordido. No quería volver a ver dolor en su linda mirada.

—¿Donghae? —inquirió confundida.

Otra estúpida sonrisa se formó en el rostro de él. Ella se aguantó las ganas de reír. Se veía realmente gracioso. Dejó su toalla a un costado y se acercó a él.

—Hola, enanita —la saludó algo tonto. Ella arrugó la nariz, divertida.

—No deberías estar aquí, Hae—le dijo dulce —El doctor dijo que tenías que hacer reposo.

—¿Quién es ese doctor que cree saber todo, eh? —preguntó —Yo no necesito hacer eso... necesito decirte algo.

_______ se acercó un poco más y tocó su frente. Se sorprendió al sentir lo caliente que estaba su piel. Volaba de fiebre.

—Hae, estás volando de fiebre —dijo preocupada.

—_____ —murmuró él y entonces tomó su rostro con ambas manos.

Ella se vio apresada por aquel toque que se le había vuelto tan familiar en tan pocos días.

—Vamos, Hae, voy a llevarte a tu cuarto...

Intentó salir de su agarre pero no pudo. Él unió sus frentes, y ella se quedó totalmente hipnotizada por aquellos ojos cafés.

—¿Por qué estás todo el día metida en mi cabeza? —le preguntó. ______ se estremeció ante el calor de su aliento rozándole la boca. Tenía aquella mirada tan fija en la suya, que se le hizo imposible respirar —¿No estás cansada de estar allí? —ella se mordió el labio inferior. Él solo estaba delirando. Debía llevarlo a su habitación.

— Donghae —le habló —Debes ir a la cama. Deja que te lleve...

—¿Sabes todo lo que sufrí el día que te fuiste? —quiso saber él. ______ se quedó callada. Quería llevarlo a su habitación, pero también quería escucharlo —Tenía 13 años, y fue el dolor más... extraño y fuerte que sentí en mi vida. ¿Cómo es aquello posible? Era solo un estúpido niño que se había enamorado de la hija de su jefe. Y ese día lloré, lloré luego de que te llevaron. Y supuestamente yo era el niño que nunca lloraba —se sentía bien consigo mismo. Tenerla así de cerca era tan maravilloso como estar diciéndole todo eso. Se sentía libre, no le importaba lo que podría pasar después. Solo tenerla así —Y esperé que volvieras, ______. Pero no lo hiciste —un nudo se formó en la garganta de ella y se agarró a las manos de él, que sostenían su rostro —Así que simplemente... te olvidé.


Wild Horse | DonghaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora