🌸 Capítulo 22

161 9 0
                                    

Él comenzó a despertarse, por el suave canto de un pájaro. Abrió un ojo para encontrarse en un lugar que no era su habitación. Miró a su alrededor y reparó que estaba en un viejo establo. La luz del sol entraba implacable por la ventana. Entonces se despertó del todo y recordó por qué y con quien estaba allí. Bajó la mirada hacia el suave peso que descansaba contra su pecho. Su corazón comenzó a latir rápido al tener su bello rostro tan cerca. ¿Cómo podía ser tan hermosa? ¿Cómo podía hacer latir su corazón de aquella forma?.

Debería estar sintiendo rencor por ella, por haberle roto el corazón siendo solo un niño. Pero extrañamente no podía sentir aquello por ella. Y lo que sentía lo confundía, lo abrumaba. Se encontró levantando la mano y corriendo el cabello claro que caía sobre su frente. Lo llevó detrás de su pequeña oreja, en una caricia silenciosa. Ella se movió un poco, pero no despertó. Se concentró en mirar cada facción de ella, cada línea de expresión. Estaba complemente relajada, una pequeña sonrisa parecía tirar de las comisuras de sus labios. Sus pestañas se arqueaban elegantes e imponentes en aquellos ojos suavemente cerrados. Con cuidado acarició aquella parte de su rostro, luego bajó por su nariz, siguió bajando hasta descansar el pulgar contra su labio inferior. Estaba húmedo y algo tibio. Hizo una pequeña presión separándolo del otro labio y entonces un suave suspiro escapó de la boca de ella. Al instante el dejó de tocarla.

______ se removió de nuevo y esta vez sus ojos se abrieron lentamente. Lo miró algo confundida con los ojos entrecerrados, pero luego de unos segundos le regaló una linda sonrisa.

—Buenos días —lo saludó con la voz algo rasposa.

—Buen día, enana —dijo él algo nervioso. Ella volvió a cerrar los ojos sin dejar de sonreír. Se acomodó para seguir durmiendo —Oye, no sigas durmiendo. Debemos levantarnos, hay un sol radiante.

—Nooo —se quejó —Un ratito más.

—______ —rió él —Si nos vamos ahora vas a poder dormir más cómoda en tu cama.

—Dormir contra ti también es muy cómodo.

Entonces abrió los ojos para mirarlo. A Donghae se le cortó la respiración, realmente estaban cerca, a escasos centímetros.

______ se olvidó de cómo respirar. Todo su cuerpo fue conciente de la cercanía de él, del calor y protección que le brindaba. Ahora que lo tenía así de cerca podía apreciar perfectamente el café de sus ojos. Pequeñas motas de un color grisáceo se esparcían por su perfecto iris y sus pupilas negras se agrandaban cada vez un poco más. Ella se mordió el labio inferior mientras sin intención bajaba la mirada a la boca masculina. ¿Era normal las ganas terribles que tenía de besarlo? No, no lo era. Encima se veía demasiado bien con aquella expresión de recién levantado, algo despeinado y mirándola de manera tierna.

'Al diablo con todo' —pensó Donghae. Él tenía que besarla, quería hacerlo.

Acercó su rostro un poco más al de ella. Solo para ver si se alejaba. ______ no se alejó, sino que también se acercó un poco. Cerraron los ojos y se acercaron otro poco. Sus labios rozaron los de ella. Fue una pequeña caricia que hizo estragos en él. Se alejó un poco para observarla. Ella tenía los ojos cerrados y los labios levemente separados para él. Sonrió bobamente y volvió a acercarse.

Pero se detuvo al escuchar aquel peligroso sonido. Lentamente abrió los ojos para observar lo que justo había detrás de ______. Se paralizó al ver que era nada más y nada menos que una maldita serpiente de cascabel, y agitaba su cola, enojada.

—¿Hae? —inquirió ella y abrió los ojos para mirarlo.

—No te muevas —murmuró él.

—Pero, ¿Qué sucede? —quiso saber.

Wild Horse | DonghaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora