𝕯𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊《𝐇𝐚𝐧𝐦𝐚 𝐒𝐡𝐮𝐣𝐢 𝐱 𝐎𝐜》

Capítulo 8

| Tragedia |

-esto no puede estar pasando... -me encontraba en una de las bancas del parque sollozando en posición fetal, me había escapado del orfanato hace aproximadamente una semana, y desde entonces había sobrevivido como podía, durmiendo en el mismo parque y buscando comida en los basureros de restaurantes.

-¡oye! -escuché una voz justo en frente, levanté mi cabeza de forma rápida viendo a un chico alto, mayor que yo y al parecer bastante fuerte- ¿estás sola?

-¿a que te refieres? -pregunté limpiando mis lágrimas.

-que si tienes un hogar.

-uh... no... -lo miré directamente- ¿por qué?

-el otro día vi como le diste una paliza a uno de los grupos de chicos que rondan por aquí. -se sentó a mi lado- me llamo Nobuto, y quiero que trabajes para mi.

-¿que tengo que hacer?

-pelear. Harás todo lo que yo te pida, pero tienes que hacerte pasar por un chico. -yo asentí- ¿que edad tienes?

-tengo 15 años.

-¿que hace una chica de 15 años en las calles?

-ahm... -agaché la mirada.

-bien, no preguntaré más... trabaja para mi, te pagaré bien. Pero... ya nunca más puedes retirarte, dependerás de mi... ¿oíste? -lo pensé por unos segundos.

-esta bien, Nobuto.

Ambos nos levantamos.

-¿cuál es tú nombre?

-soy...

-Alice. -me llamó Nobuto, yo lo miré- mañana tendremos una reunión sobre lo del enfrentamiento del otro día, te necesito a tiempo. -yo asentí- espero que hayas dejado de hablar con Hanma...

-sabes que si.

-bien... entonces nos vemos. -me lanzó una mirada rápida para marcharse, y yo imité su acto yendo directamente a mi casa.

《♡》

Habían pasado un día, en estos momentos me encontraba en casa, estaba sentada en la mesa con un pequeño cuaderno anotando las cuentas y cuanto había gastado o tenía que gastar, tenía que organizar muy bien el dinero aunque eso me estresaba un poco.

Aún así, hoy tenía que ir nuevamente a una junta con la pandilla, ya que al haber derrotado anteriormente al líder y haberlo dejado inconsciente, nos habíamos hecho aún más populares entre los pequeños grupos de alrededor.

Suspirando, dejé el cuaderno a un lado mientras lo cerraba y dejaba el lápiz encima. Fui hacia mi cuarto luego de ver la hora, me había duchado hace poco, por lo cual simplemente me cambie de ropa con la misma de siempre haciendome pasar por un chico, revisé si el arma estaba en su lugar y luego de comprobar que estaba todo en orden, terminé de vestirme.