𝕯𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊《𝐇𝐚𝐧𝐦𝐚 𝐒𝐡𝐮𝐣𝐢 𝐱 𝐎𝐜》

Capítulo 9

| En casa |

Desperté algo agitada abriendo mis ojos de manera rápida, sentía el corazón algo acelerado y por alguna razón desperté con algo de miedo. Sentí una sensación de frío por todo mi cuerpo, quería taparme y sentir calor pero no tenía ninguna manta o algo para cubrirme.

-¿Hanma...? -hablé algo bajo con un rostro de preocupación.

-aquí. -sentí su voz a un lado haciéndome voltear. Estaba de pie al igual que antes junto a la camilla con ambas manos en sus bolsillos y una pierna apoyada en la pared.

-¿qué... qué hora es?

-es de madrugada aún, deberías volver a dormir. -él tenía un rostro cansado y algunas ojeras, se notaba que tenía sueño.

-tú también deberías. -me abracé a mi misma.

-¿tienes frío? -no quería que él pasara frío.

-no, estoy bien. -le sonreí.

-oye... no me mientas. -comenzó a quitarse la chaqueta con un rostro serio- no estoy de humor, levanta. -ordenó.

Yo me levanté lentamente sentándome en la camilla mientras me colocaba la chaqueta de Hanma, me quedaba gigante, pero en estos casos era mejor, así no pasaría tanto frío aunque en estos momentos él me preocupaba, no habían sillones o algo para que pudiera descansar.

-Hanma, duerme un poco. -volví a acostarme mientras me hundía en el calor de su chaqueta.

-estoy bien.

-por favor. -lo miré fijamente.

-dije que estoy bien, ya duérmete.

-si estás de malhumor por falta de sueño me pondré nerviosa, así que descansa un poco, ¿quieres?

Él suspiró mientras parecía pensarlo.

-despiertame en unos 15 minutos. -dijo mirando el reloj que había en la pared en frente nuestro, yo asentí.

-okey. -le regale una sonrisa apretando mis labios.

Hanma se acostó en el suelo colocándose de lado, debe estar frío.

-Alice. -me llamó captando mi atención- 15 minutos. -parecia una advertencia. Yo volví a asentir.

Al ver que cerró sus ojos y se durmió casi al instante, inmediatamente supe que no lo iba a despertar en 15 minutos, él necesitaba descansar.

Viendo el único reloj que había en la sala podía ver como pasaban los minutos mientras yo me abrazaba a mi misma, sentía mi cabello pegajoso, quería llegar a ducharme y quitarme toda la sangre seca que pudiera tener en estos momentos, ya que dudo que aquí se pueda.

Ya no tenía el más mínimo de sueño, y al ver como pasaban los minutos solo logré aburrirme, no llegaban enfermeras ni doctores pero podía ver sombras de la gente pasar fuera de la puerta blanca.

Ahora solo me preocupaba el dinero, cuando saliera de aquí tenia que ganar más de una forma u otra, no tenía más opción, aunque con mi tobillo roto era poco lo que podía hacer.