Amor [Fin]

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Después de lo sucedido tomé mis cosas y camine a casa. Durante el camino pensé en formas para poder alejar a Rosse de mi sin que supiera lo que ella hizo pero nada venía a mi cabeza, todas las formas que analice tenían información de más...

Si le digo que sé lo que hizo probablemente sospechará de Kath y no quiero saber de que otras cosas es capaz de hacer esa mujer...

Llegué a casa... necesito conversar con alguien de esto... ¿con mi mamá? ... JAJAJA, si Mica, seguro. Entró a mi cuarto oscuro y prendo la luz del velador. Todo está como cuando me fui temprano hoy... tantas emociones en un día, tantas situaciones en un día... pensarlo hacía que mi cabeza doliera. Lo mejor sería recostarme y descansar sólo un poco.

Martes. Un maldito martes soleado que aún no me explico, se supone que en las historias el clima está relacionado con el ánimo del protagonista, el día debería ser nublado con unas pequeñas gotas de lluvia. Sí, así debería ser... pero esto no es un cuento de hadas.

Me vestí lentamente ya que estaba a buena hora, tome desayuno sola y partí al colegio... estoy nerviosa hasta la punta de los cabellos, ¿Como se suponía que debería mandar a Rosse a buscar los enanos al bosque? Yo soy de esas personas que cuando tienen que ser cortantes lo son pero Rosse es un caso distinto, ella fue una de mis mejores amigas durante años... pero no puedo seguir siendolo, después de todo lo que hizo.

Estaba fuera del colegio, sentía como todo se hacía más grande que yo y me cubría por completo, eso señores se llama miedo. ¿Miedo a que? A aceptar la realidad. A aceptar lo que Rosse hizo.

Camino a la sala mirando el piso pensando en nada en especial, sólo en lo que hizo Rosse, sólo eso |Nótese la ironía|

Entró a la sala y ya había alguien, un chico ubicado en el asiento que está al lado del mío, me parece conocido... su color de pelo, ese perfil... Dejo mis cosas en mi mesa y le dirijo la mirada. No.

- ¿¡¿DIOS QUE HICISTE?!? ¡KATH TU PELO! - sus rizos ya no estaban, entré en pánico.

- ¡Calma! Sólo es pelo, crece. - ¿Por que se lo corto? - Me lo corte por que pensé que te daría vergüenza que te vieran con una mujer, así que me corté el pelo y me arreglé lo suficiente, nadie aquí me reconoció. - ¿Acaso leyó mi mente o qué?

- No me daría vergüenza, ahora es raro por que pareces chico en todo sentido menos en que... - señale sus pechos - tienes uno enormes pechos.

- Me operaré si así lo quieres - idiota.

- No, me gustas así - me sonroje con lp último dicho, ¿Cuando fue la primera vez que le dije algo lindo a Kath? No lo recuerdo bien... pero debió haber sido muy especial, tanto para mi como para ella. 

- Tierra llamando a Micaaaa! - ah, verdad. Le sonreí y me sonrió de vuelta posando un beso tierno sobre mi nariz haciendo que explotara en un color rojo - ¿Ves? Así no llamamos la atención -tocó mi cabello y se sentó en su silla.

- Uhm - Nadie nos miró... espera, Rosse. La vi mirándome fijamente desde la puerta, se veía paralizada. ¿Que le sucedía?

- Kath... Rosse nos está mirando... -

- Mh? - miró donde se encontraba Rosse y le dirigió una mirada asesina. - ¡¿Que miras?! ¿Acaso tengo algo tuyo? - río malvada - Mica ya lo sabe.

Los ojos de Rosse se abrieron a tope e inmediatamente fruncío el ceño. ¿Que fue eso?

- Ya lo sabe, ¿Y qué? No hará nada, nadie hará nada por que si le gustó a Marie no se considera como violación o algo, hasta ahora a Marie le gusto ¿Crees que dejará que me hagas algo? - Sonrió triunfante - No.

Pensé bastante lo que dijo y tenía razón, Kath simplemente estaba mirandola sin ningún gesto en la cara. ¿Dios, que hago?

- Bueno, como nunca te importé - tome a Kath de la camisa - supongo que ahora menos te importo - Y la besé con todas mis fuerzas, dejando en claro frente a todos que me daba exactamente lo mismo que pensarán. Mire a Rosse de reojo y hervía en rabia. - Bueno, tocarán el timbre para entrar así que mejor nos callamos - puse mi dedo índice en mis labios haciendo un gesto de silencio y retomé mi posición al lado de Rosse.

Kath volvió a besarme pero esta vez más tierno, más suave. Sus labios son tan dulces que podría viciarme con ellos.

Las clases y los descansos pasaron rápido, demasiado rápido a decir verdad. Ya era hora de irnos, arreglé mis cosas y salí sola... ¿Y Kath?

Seguí caminando y escuche unos gritos doblando el pasillo - ¡GOLPEA MAS FUERTE MIERDA! - Esa era Kath. ¿Cuando se volvió tan grosera?, corrí hacia los gritos y ahí estaba Kath en el piso golpeandose junto con Rosse. Maldición.

- ¡Alto! - Me interpuse entre ambas y recibí un golpe de Rosse en la cara... dios... ¿Por que todo da vueltas? - Kat...

- ¡¡Maldición, Mica!! Mica...-

Todo era oscuro, una luz cegadora apareció sobre mi y me hizo reaccionar. Abrí los ojos lentamente, que familiar se me hace este lugar... A claro, enfermería.

- ¿Te sientes bien? - La voz de Kath rezonó desde mi lado.

- Si... me duele el labio...- dije tomando su mano.

- ¿Vamos a mi casa? - se paró de su asiento e hizo sentarme.

- Uhm... bueno - me elevó en su espalda - Rosse ... déjame caminar ...

- No -

Luego de eso se formó un gran silencio, no un silencio incómodo sino un silencio de comprensión.

Llegamos a su casa cansadas, ella más cansada que yo así que nos recostamos en su cama. Nos cubrimos y nos abrazamos quedando cara a cara.

- ¿Kath..? -

- ¿Mh? -

- ¿Te arrepientes de haberme rechazado? - dije con una pequeña sonrisa.

- Si, aunque esto no estaría pasando si te hubiera correspondido - besó mi frente - Te amo

- Yo más. -

Fin.

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EL FINAL LLEGO.
Muchas gracias a todos los que leyeron y siguieron esta historia, agradezco los votos y comentarios.  Muchos besos y nos volveremos a leer <3

Hasta luego.
XOXO

¿Dónde quedó mi corazón? [Yuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora