Tonterías.

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- Tu me gustas - su sonrisa desapareció, por un momento todo se congeló y hubo un silencio desagradable.

- Quizás... estas sugestionandote... no te confundas - su habla era suave y su mirada estaba pegada en el piso.

- Tu me gustas...de verdad - trate de acercarme pero ella se alejaba lentamente. Quería llorar pero no me quebraría en frente de ella.

- No te gusto, tu estas viendo muchas cosas raras y por eso crees que te gusto - No entiendo... ¿Por que no me cree?, Llorare.

- ¡De verdad me gustas! - empecé a sollozar y unas lágrimas salían de mis ojos haciendo que se me nublará la vista.

- ¡MENTIRA! - Distinguí como su figura iba hacia las escaleras y me dejaba completamente sola.

Me sitúe en una esquina y me largue a llorar. No tenía pensado saltarme las clases. La verdad, no tenía pensado nada.

Volví al salón con los ojos rojos siendo que pase por el baño y lave mi cara unas veinte veces.

Cuando lo note habían 26 miradas pegadas en mi y mi curso consta de 28 alumnos. Si, alguien ya se había ido.

Me senté con la cabeza abajo en mi silla que se encontraba atrás y sigilosamente inspeccioné el asiento de al lado que estaba vacío, sin ningún rastro de que alguien se sentará ahí.

Tocó el timbre de comienzo de clases, todo era normal. No preste mucha atención en las clases ni en mi entorno.

¿Por qué me rechazo..? No lo comprendo, hice las cosas bien... ¿verdad?

Rogue para que el día terminará luego y así fue. Ya eran las 16:30 y yo ya iba camino a casa. Es bueno vivir cerca.

- Hola corazón... - sentí como tomaban mi mano, obviamente era Rosse.

- Hola... - le dije aún cabizbajo. Miraba la bolsa que llevaba en mi otra mano, en donde se encontraban los regalos.

- ¿Quieres ir a mi casa..? - si llegaba a mi casa con esta cara quizá me llevarían a un psicólogo... lo digo por mi mamá aunque ella trabaja de noche hoy... de todas formas debería distraerme...

- Bueno... -

Me deje llevar por su mano hasta su casa, en el camino no hablamos mucho aunque el silencio de Rosse no era incómodo, más bien era de comprensión. Una de las pocas cosas que me gustan de ella.

Llegamos a su casa, ella vive sola por que sus papás creen que ya era grande entonces ellos le pagan la casa.

Entramos en ella y me hizo pasar a su cuarto.

- ¿Abrirás los regalos..? - No creo que sea lo correcto.

- No... sólo el tuyo. - saque su regalo y lo abrí. Era mi chocolate preferido.

- Rosse... eres la mejor - la abrace y ella correspondió recostándome en la cama poniéndose sobre mi.

Yo no aguanté y comencé a llorar. No comprendía nada... no entiendo por que me rechazo...

- Realmente eres una llorona - me miro tierna y se acomodó a mi lado haciendo que hundiera mi cabeza en su cuerpo.

Por alguna razón siempre me duermo en el pecho de Rosse y siempre que despierto no está.

Vi mi teléfono y eran las 19:50. Dormí bastante. Me levanté en busca de Rosse, ◀ Por alguna maldita razón siempre desaparece cuando duermo ▶ la busque por toda la casa y cuando la encontré estaba en el sillón viendo un marco que tenía nuestra foto de pequeñas... aún la tenía.

- Ven... - me señaló un lugar en el sillón.

- No... es que... ya me voy... -

- Kath me pidió si podía cambiar asiento con ella... y yo le dije que sí, no sabía que te había rechazado... -

- Supongo que está bien... no hay problema... ya me voy... adiós -

- Te quiero... -

Abrí la puerta y me fui. En el camino sólo me dediqué a sollozar y a cuestionarme. Realmente no lo entiendo. Simplemente quiero morir.

Llegue a mi casa, saque una caja de galletas del estante y me encerre en el cuarto pero esta vez con llave. Mi mamá no llegaría hoy así que no importaba mucho.

Me recoste y empecé a comer las galletas. Una galleta y un sollozo, no lo había intentado nunca pero era mejor que comer helado...

Después de un rato me fui a duchar y me puse el pijama para luego acostarme. Prendí la pantalla del teléfono y tenía un mensaje, era Johana.

Mensaje:

¿Sabes lo que le paso a Kath? Llegó llorando a mi casa hace 10 minutos y aún no me dice nada...

Johana.

¿Llorando? ¿Por que iba a estar llorando ella? Yo fui la rechazada.

Había logrado sacarla de mi cabeza esta tarde, no tenía por qué decirme a mi... después de todo... sólo somos amigas.

- Kath... - al decir su nombre mil momentos hermosos pasaron por mi cabeza y no pude evitar volver a llorar.

Desperté en la mañana y no había sol, estaba nublado... que coincidencia. Me levanté desganada y me vestí para luego ir al colegio, nisiquiera desayune.

Al llegar Rosse ya estaba sentada en el puesto que se sitúa al lado del mío. Por una parte me sentí muy mal al verla ahí siendo que ese puesto es de otra persona y por otra parte me gusta que quiera acogerme.

- Buenos días pequeña - dijo mientras me sentaba a su lado.

- Hola... - No importa con quien estuviese, mis ganas de explotar y llorar son las mismas.

- Tienes los ojos rojos... - susurro y me abrazo.

Por sobre el hombro de Rosse logre distinguir a Kath que entraba y se nos quedaba viendo. Se veía algo enojada pero yo la ignore girando mi cara hacia el cuello de Rosse. Me hubiera gustado no hacer eso y separarme de Rosse para ir directamente a abrazar a Kath pero ella obviamente me ignoraría.

Rosse me alejo y beso mi frente y sentí como una silla se arrastraba por el piso. Kath había prácticamente corrido fuera de la sala a causa de eso, quise ignorarlo pero... ¿Como ignorar a alguien que tiene celos?

¿Dónde quedó mi corazón? [Yuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora