Adam entró en la habitación de Karan, se acercó con furor hacia donde el joven descansaba. Lo agarró del cabello despertándolo de forma inmediata; mantuvo su agarre con fuerza y elevó su cuerpo sentándolo en la cama.
Karan abrió los ojos de golpe y chilló de dolor. ─¿Quién te ha dicho que podías irte a dormir sin que yo llegara? Sal ahora de la puta cama y ve a recoger mis cosas o juro que te saco a patadas.
Podía sentir la cercanía del rostro de Adam pegado al suyo, y percibió como algunas gotas de saliva humedecían la piel de su cara.
Él puso las manos en alto y movió sus piernas intentando salir de la cama. Adam tiraba con fuerza de su cabello, impaciente, y cuando vio que comenzaba a moverse, lo arrastró hacia la sala.
Ya no había más oscuridad, quedó expuesto ante la blanca luz que iluminaba el cuarto. Pensó rápidamente en lo visibles que serían las heridas que tenía sobre su cuerpo, normalmente no usaba ninguna camiseta para dormir. El calor era abrasante en las noches.
Si Adam las veía sabría que salió de casa.
Sus pensamientos se detuvieron cuando recibió un empujón que lo mandó directamente al suelo, Adam se puso en cuclillas frente a él y volvió a agarrar con fuerza su cabello. Empujó la cabeza de Karan contra el suelo haciéndole elevar la mirada.
No había ordenado nada cuando llegó porque se encontraba extenuante después del conflicto que retrasó sus planes.
Adam quería humillarlo aun sabiendo que él había pasado veces por la sala, y que claramente, había presenciado el desorden.
Karan miró a su alrededor, no necesitaba que Adam le dijera nada, él ya sabía qué había hecho y qué no, pero le entretenía hacer un espectáculo. ─Lo recojo ahora, lo siento, me quedé dormido sin querer.─ El rubio pidió perdón, pero no era una disculpa sincera.
Sólo quería que soltara su cabello y que lo dejara en paz. Había interrumpido su sueño por una tontería, y claramente estaba irritado.
Estaba harto de tener que hacer todo lo que Adam no hacía. ¿Por qué tenía que recoger las cosas de su trabajo y colocarlas en su habitación? Además de ver con la arrogancia con la que las tiraba al suelo.
No era tan difícil valerse por sí mismo. Adam era un inútil, fingía serlo; y lo hacía muy mal.
El propósito estaba claro, sólo quería molestarlo, malgastar su tiempo. Adam era egoísta, quería tenerlo a su disposición en todo momento, así podría controlarlo sin problema, y si le hacía sufrir, sería mucho más gratificante para él.
Así podría tenerlo todo: comodidad y diversión.
─¿Estás intentando disculparte?─ Rio con cinismo. ─No tienes excusas, si te digo que hagas algo, tienes que hacerlo, me importan una mierda tus condiciones.
─Te estoy diciendo que me quedé dormido, no me di cuenta.─ Karan respondió, su tono no era duro, quería parecer arrepentido.
Adam lo miró minuciosamente soltando su cabello, sus facciones mostraron una expresión de desagrado y se acercó al sofá para coger la corbata que anteriormente dejó allí antes de entrar a la habitación de Karan.
Volvió a acercarse a él y mirándolo fijamente colocó la corbata en el delgado cuello del contrario.
─No quiero enterarme de que estás metido en líos, Karan.─ Sus ojos se posaron en la parte superior desnuda del cuerpo del muchacho. Volvió a dirigir la mirada hacia su cara, pero no levantó la cabeza, le sonrió inquietantemente.
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The Comedown『BL』
Roman d'amourTomar decisiones precipitadas siempre trae amargas consecuencias. Karan estaba acostumbrado a huir del odio, era la viva imagen de la decadencia. Su padre, preso en el frenesí que lo arrastra hacia sus actos, no muestra arrepentimientos, se encuentr...