마녀 7: Brujas 마녀

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Lia se acercó a otra de las bancas, agachándose delante de su hermano San al que había arrancado los ojos. Este cayó entre sus brazos, muerto.

- ¡San! ¡Dios mío, Sannie!- grito, mientras lágrimas salían de sus ojos.

- ¡Brujería!

- ¡Mal, es el diablo!

- ¡Es obra de brujas!

Aquella noche, todas las mujeres se encerraron en sus casas. Al mismo tiempo, una reunión en la iglesia se estaba atendiendo, con todos los hombres allí.

Lia y Ryujin se asomaron a la ventana, tenían demasiada curiosidad, puede que todo aquello fuera culpa suya.

- Esto ha sido obra de una fuerza oscura y maligna.- habló uno de los hombres, al frente de todos.- Si queremos acabar con esto, debemos encontrar a los culpables.

- El culpable de todo esto, ha muerto, el pastor Shin...- dijo otro de los hombres.

- Nuestro pastor era un hombre de Dios.- dijo el otro hombre, seguro.- Esto no ha sido obra suya, algo le poseyó. Nuestro linaje ha sido arrebatado, ¡Alguien debe pagar!- dijo en alto.

Todos empezaron a quejarse y apoyar su idea.

Sanghyeon se levantó de su asiento, comenzando a hablar.- Yo vi a algunos corderillos de nuestro pueblo, riendo y coqueteando la pasada luna llena.- empezó a decir.

- Pero somos jóvenes, no hacíamos nada malo...- murmuró otro chico.

Todos los hombres empezaron a hablar a la vez, discutiendo sobre si estaba bien o mal lo que hacían, excepto por una voz que se hizo escuchar. El chico que había acosado a Ryu la noche de la fiesta.

- Yo tengo pruebas.- dijo, haciendo a todos callar.- Ella estaba en el bosque desnuda, con un hombre con astas, estaba yaciendo con el diablo.- dijo seguro.- Y no era la única... Había dos.

- ¿Quiénes eran?- pregunto alguien.

Se hizo un silencio.- Shin Ryujin, y Choi Jisoo.

- ¡Brujas!

- ¡Sí, brujas!

Ambas se apartaron de la ventana en el momento en el que eran vistas por otro de los hombres allí dentro, que empezó a gritar.

Las dos empezaron a correr con desesperación, con la intención de escapar. Las calles eran irregulares, mientras una multitud de hombres las seguían. Ryujin cayó al suelo, quedando su pie atorado en un hueco en el suelo.

Lia se paró, queriendo ayudarla.

Ryujin negó.- ¡Vete Lia!- grito la rubia, la castaña dudo.- No pueden cogernos a las dos, vete.- le dijo.

Y Lia empezó a correr.



















마녀

Hanging witches // JinliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora