DELIRIOUS PLEASURE [Zayn Malik]

Capítulo Nueve

Habíamos ido a un restaurante francés llamado “Clam christ” la comida era tan buena que tenía que repetir volver a ese lugar. Al estar en aquel restaurante, habíamos hablado un poco de las cosas que nos gustaba a ambos, las cosas no se sentían como antes, en el ambiente ya no había odio, al contrario había un tipo de tranquilidad, al hablar de las cosas había aprendido cosas de Zayn, pero había un tema que no quería escuchar y ese era el de los hijos.  Ya poco me  disgustaba de casarme con Zayn, pero el tema de los hijos ya lo veía un poco difícil. La cena había sido para no olvidar, pero en el instante que subimos al auto todo había cambiado, Zayn volvió a ser el mismo hombre de siempre, cada uno en una esquina opuesta, a oscuras y callados. Mire hacia la ventana, habían pequeñas luces de casas a lo lejos, nada iba ser fácil entablar así sea un matrimonio con Zayn, nunca era fácil el tema de dejarse tratar como un animal. Suspire pesadamente y mire a mis manos, y como jugada de mi mente, empecé a pensar en Alfred, Mi mente estaba pensando mucho últimamente, como se me ocurría pensar en que Alfred y yo pudiésemos ahora vivir bien. Imposible, él y yo jamás podríamos vivir bien, por la misma razón por la cual terminamos, yo quería estar con alguien fuerte, que eme cuidara; no con alguien débil al cual yo cuidar. Cerré los ojos para descansar un instante la vista, solo tenía que cerrar los ojos, pensar que los sentía limpios y listos para volverlos abrir.

Escuche un ruido al fondo, eran de dos hombre hablando muy despacio, uno pidiendo llevar a alguien y otro negándose.

-ya lo hare yo, al final es  mi prometida- la voz de Zayn se escuchaba a lo lejos tan ronca y masculina, que maúlle como una catita. De un momento pase de sentirme acostada en algo, a sentirme volando, me sentía tan ligera-. Vaya que si pesas Tommy

La voz de Zayn diciendo mi nombre, me hizo reaccionar de inmediato, en el momento en que abrí los ojos me sentí caer, pero me sujete fuerte para no caer.

-¿Qué diablos hacer?, ¡bájame a hora mismo!- bueno, quien era yo para peor, estaba tan sujeta a él que no quería bajarme.

-pero veo que te encanta que yo te sujete- me sujeto con más fuerza mientras subía hacia la habitación.

-bájame Zayn-intente soltarme pero fue en vano, él me tenía muy bien sujeta.

-ahora mismo pienso en una cosa, en cómo será mi futura esposa en la cama- ante aquellas palabras quede estática, ¿qué pensaba hacerme aquel hombre? ¿Violarme acaso? Yo había quedado en estado de shock, el tiempo se había detenido y no podía respirar. Relájate Thomasa, esto será como estar con otros hombres, pero con la diferencia de que este te compro. Habíamos llegado a la habitación y Zayn me había de lado con los pies sobre la tierra.

-¿A qué te refieres con eso de la cama, con tu futura esposa?- pregunte algo curiosa mientras me quitaba aquellos altos tacones.

-vas hacer mi esposa, tienes que acostumbrarte a mis gustos.

-¿y cuáles son tus gustos?

-el sexo Thomasa, es algo importante para mi vida, ahora quiero que te des una ducha y vuelvas totalmente desnuda- él en ningún momento me miraba a la cara, solo se dignaba a quitarse la ropa y dejarla organizada sobre una de las sillas.

-¿y si no quiero?- aquello había sido lo peor, Zayn detuvo lo que estaba haciendo y se volvió a mirarme.

-esta tarde te demostré que a mí no se me desafía- su voz intentaba mostrarse tranquila, pero no lo estaba.

-¡y a mí no me gusta que me den ordenes!

No sé en qué momento ya Zayn se encontraba en frente de mí, estaba calmado y sereno, sea cerco a mi rostro y coloco sus labios sobre los míos, era un beso sencillo, un simple beso que fue tomando más intensidad al paso que su lengua pedía un contacto con la mía. Sus manos estaban por todo mi cuerpo y lo peor de todo es que este empezó racionar en ellas, sabia donde tocar, donde acariciar y sobre todo donde apretar, mi pulso y mi respiración se empezaron acelerar. Él me fue moviendo a paso lento hacia la cama, pero en ningún momento separo nuestros labios, eran tan dulces, y con un toque de sabor a vino. Sus manos estaban en mi muslo; alzando de poco mi vestido hasta que él logro sacarlo de en medio. No llevaba en aquel momento sujetador y mi cabello estaba totalmente recogido con una trenza. Sus manos fueron a mis pechos y los acaricio como si fueran dos pequeños botones de algún móvil, mi cuerpo ya no resistía, sus manos habían sido más que suficiente para calentarme tano que me hallaba restregándome sobre su pantalón buscando con tacto. No paso mucho tiempo cuando él me acostó sobre la cama. Sus besos fueron bajando de mis labios a mi mejilla, de mi mejilla a mi barbilla, de mi babilla a la garganta. Fue bajando lentamente, tomando mis pechos uno entre sus dedos y otro dentro de su boca, era mágico sentir tremendo placer bajo solo su boca y sus dedos, era lo mejor, era único e inmejorable. Su boca dejo de torturar mis pezones y fue bajando dejando regueros de besos sobre mi vientre y con su otra mano, pasando sus manos sobre los muslos de mis piernas. Sus labios ahora se hallaban sobre mi pelvis, besando sobre mis braguitas, y luego sentí sus dientes tomar mi clítoris, gemí tan fuerte que no me importo quien estuviera en casa, grite todo lo que pude, empecé a moverme al mismo ritmo en que él tenía sus labios sobre mi centro. Se retiró en el momento exacto en que iba a tocar mi orgasmo, coloco sus dedos dentro de mi braguita para quitarla, las lanzo a cualquier lado de la habitación. Volvió de nuevo con sus labios, esta vez  sin ninguna tela de por medio. Lamia de arriba abajo empujando su lengua dentro de mi coño y era tan alucinante que estaba al punto de alcanzar mi orgasmo. Coloque mis manos sobre su cabeza en busca de más, cada vez sentía las olas cerca y quería que él se apresurara, pero no fue por mucho, tomo mi clítoris entre sus diente haciendo que yo tuviera una explosión del mejor orgasmo que me han dado oral, su lengua no se detuvo, no se detenía y solo seguía logrando que diera pasa a un segundo orgasmo. Me haba quedado totalmente sin aire, era lo mejor que me había pasado en la vida inmejorable.