Song of the Ocean ~ Shadonic (2° temporada)

3

El pueblo estaba en silencio total, cada uno caminaba hacia la costa con velas prendidas en sus manos.

Muchos quedaron en la arena, otros se detuvieron dentro del mar como fue el caso de Shadow y Verena, al igual que el resto de los piratas. Ayudaban a empujar el esquife que tenía una vela para poder avanzar con la ayuda del viento.

El cuerpo de María estaba en aquel esquife. Ella tenía puesto un elegante vestido y uno de sus favoritos, sus manos sobre su vientre con los dedos entre lazados. Alrededor, había la paja suficiente para que el fuego prendiera con facilidad.

Todos dieron una suave reverencia ante su ya fallecida líder.

Los piratas empujaron con suavidad el esquife y este avanzó con la ayuda del viento. El Capitán Tiniebla mantenía la mirada fija y el ceño fruncido, Verena tenía sus cejas arqueadas mientras sus lágrimas caían.

En cuanto el esquife estuvo una distancia más lejos, Silver preparó la flecha prendida de fuego en la punta y, con la ayuda del arco, la lanzó hasta que caer perfectamente en el esquife y la paja se incendió.

En eso, Shadow abrazó de lado a su hermana consolándola.

Poco a poco que el esquife se alejaba, uno a uno se iban de regreso sosteniendo sus velas, algunos las iban apagando.

Toda la tripulación se quedó ahí en un profundo silencio que duró algunos minutos.

– ¿Dónde está la esmeralda? – cuestionaba el Capitán con seriedad.

– Guardada en un cofre. – respondía el gato rojo – Está bajo llave.

– Escondan esa cosa. – ordenaba con desprecio – De preferencia, escóndala de mi vista. No quiero volver a ver ni saber de ella.

– Buscaremos un buen lugar para hacerlo. – respondía el cocodrilo.

– Hagámoslo de una vez, muchachos. – sugería el plateado comenzando a caminar – También tú, Storm.

– Quería ir con Wave. – se quejaba caminando detrás del plateado – ¿No podemos hacer esto otro día?

– Mueve ese cuerpo gordo. – ordenaba el gato caminando con ellos.

La tripulación se retiró.

Verena permanecía callada mirando el mar con mucha atención.

– ¿No se supone que cuando tocas el mar te conviertes en sirena? – preguntaba el moreno rompiendo el silencio.

– Solo si yo lo permito...

– Lamento que... No hayas podido ir a tu hogar. – ambos se miraron – Las circunstancias cambiaron para todos...

– Es mi deber quedarme en el puesto de mamá. – sonreía un poco.

– Todos estos años... Oculté que ella era nuestra madre y... – suspiraba con pezades apretando el puño.

– El culpable fue Knuckles y lo sabes. – suspiraba – Sonic...

– Ni siquiera menciones su nombre. – pedía casi en susurro e interrumpiéndola – No pretendo ni volver a verlo... No puedo... – confesaba, su voz se comenzaba a quebrar – Estaré condenado si vuelvo a bajar la espada por él...