Eterno (Poliamor) ; Yeonjun x Soobin

파티 (Party)

Chapter's song: Play with Fire (feat. Yacht Money) – Sam Tinnesz

— Hace mucho no hacemos esto, ya no sé si quiero ir — dije frente al espejo tratando de subir el cierre trasero de la minifalda negra de cuero que había decidido usar. Soobin me miraba desde la cama donde estaba sentado.

— Vamos, Hyejin. Será divertido — respondió Yeonjun apoyado en el marco de la puerta y luego dió unos pasos hacia mí — Además, ¿no tienes ganas de bailar entre Soobin y yo como sabes hacerlo? — preguntó cerca de mí con la respiración sobre mi cuello haciendo que la piel se me erizara.

— ¿O prefieres que yo baile en medio de ustedes? — se acercó Soobin y terminó de subir el cierre de mi falda dejando sus manos sobre mis caderas.

Yeonjun se colocó frente a mí, dejándome en medio. Me miro con una media sonrisa en sus labios y se inclinó juntando mi respiración con la suya, lo besé con deseo y mordió mi labio inferior después de separarse. Levantó pa mirada hacia Soobin para besarlo, salí del medio y Yeonjun pasó sus manos por la cintura del otro para atraerlo más a él. Los miré por unos segundos juntando más sus cuerpos. Disfrutaba tanto esta imagen de mis novios.

— Vámonos ahora o estaré a punto de quitarles la ropa a ambos — dije con una sonrisa provocativa, se separaron y rieron.

— Suena a una buena idea — respondió el mayor siguiéndome el juego.

— Sólo vámonos — Soobin nos empujo hasta la entrada.

. . .

Entramos al lugar y la música que se oía desde hace unas cuadras atrás ahora retumbaba en mis oídos, las luces de colores que llenaban el lugar nublaron un poco mi vista pero después me acostumbré a ellas. Yeonjun nos tomó de la mano y nos dirigió a la barra. Pidió algo de beber para los tres y una vez con los vasos de whisky en la mano, los tres brindamos aunque sin saber por qué. Sólo estábamos felices y queríamos divertirnos.

Después de unos cuantos vasos, risas y coqueteos entre la intensa música que resonaba, una canción con melodía sensual comenzó a sonar. Ví a algunas parejas alejarse de la pista y otras más unirse a ella. Así que quise hacer lo mismo, tomé a Soobin de la mano y lo guíe hasta la pista.

Una vez que encontramos un lugar entre las personas, dejé descansar mis brazos sobre sus hombros y comencé a mover mis caderas suavemente de un lado a otro. Él me tomó por la cintura pegando mi cuerpo al suyo y se unió a mi movimiento. Volví la mirada a nuestro novio que aún estaba sentado con ambos brazos recargados en la barra encendida con luces neón y nos miraba con una sonrisa cínica, la misma que me volvía loca. Me guiñó un ojo y me giré de nuevo al alto que ahora había bajado más sus manos y respiraba en mi cuello sin dejar de moverse, podía sentir el bulto en su pantalón así que me moví más cerca de él tratando de provocarle.

Sentí un segundo par de manos tocar mi cuerpo, me tensé un poco ante la repentina acción pero luego reconocí el tacto y una sonrisa se formo en mis labios. Soobin levantó la vista y sonrió satisfecho al ver a Yeonjun detrás de mí. Los tres nos movíamos al compás de la música, yo meneaba mi trasero en medio de ellos mientras sus cuerpos me apresaban y ambos recorrían los costados de mi cuerpo con sus manos.

La melodía cambió y sentí la necesidad de beber algo, el calor que se estaba apoderando de mí realmente se volvía insoportable.

— Ya vuelvo — susurré en el oído de Yeonjun y le dí un beso en los labios. Lo mismo hice con Soobin.

Me abrí camino de nuevo entre la gente dejando al par aún bailando en la pista. Caminé de nuevo hacia la barra y pedí un trago, el único que me sabía. Normalmente Yeonjun es quien pide por nosotros, así que lo único que se decir cuando me toca pedirlo a mí es « Margarita »

La amable castaña me lo entregó y lo bebí casi de una, aclarando mi garganta antes de dar el último trago. Pero no logré terminar mi bebida ya que un hombre con el pelo aparentemente teñido de un rojo intenso se acercó a mí haciéndome sentir incómoda sólo con su mirada.

— Hey, preciosa ¿por qué estás sola? — llegó cerca de mí, demasiado cerca.

— No estoy sola, de hecho — le respondí con disgusto y dí un paso hacía atrás.

— ¿Entonces donde está tu novio? No lo veo cerca, así que no creo que le importe mucho — me miró de arriba hacia abajo y guiñó un ojo. Las ganas de vomitar me invadieron.

— No tengo un novio — volteé hacia la multitud buscando a mis chicos y noté como se miraban y reían al mismo tiempo que se abrían paso para llegar a donde yo estaba — En realidad tengo dos, ahí están. Así que vete y déjame en paz — el tipo rió incrédulo pero le señalé con la mirada a los dos castaños que ahora se acercaban a mí con una mirada desconcertada.

— Vaya perra, ¿no te es suficiente con uno? — escupió con asco justo cuando mis novios llegaron al lado mío.

— No — Yeonjun pasó su brazo frente a mí y me puso detrás de él — Y para ti tampoco lo va a ser, maldito bastardo — en un parpadeo mi novio estrelló su puño contra el pómulo del contrario haciéndolo caer al suelo.

Este se levantó al segundo y devolvió el golpe haciendo que Yeonjun se estrellara con la mesa alta detrás de él, tocó su pómulo herido y removió su lengua contra su mejilla mientras se acercaba de nuevo al imbécil que ahora había recibido otro golpe por parte de Soobin, provocando que su labio sangrara.

Tomé a Yeonjun de la chaqueta de cuero que usaba repitiéndole que nos fueramos de ahí. Él sólo me miro y removió mis manos de su pecho con suavidad. Podía estar enojado, pero siempre nos cuidaba.

Dió unos pasos hacia el imbécil que ahora sostenía con fuerza el cuello de la camisa de mi otro novio. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, apretó el brazo del pelirrojo y lo alejó de Soobin. Dobló el brazo que sostenía y al momento el otro se quejaba del dolor.

— No jodas conmigo — soltó Yeonjun con coraje sin quitarle los ojos de encima — Y mucho menos con mi novio y mi novia — lo empujó haciendo que se estrellara con la barra y un par de bebidas que se encontraban sobre ella cayeran al suelo. Dió la vuelta hacia nosotros y los tres salimos del lugar sin mirar de nuevo a las personas que ahora nos rodeaban.

Una vez afuera, se aseguró de que ambos estuvieramos bien, pasó su pulgar por la herida que Soobin tenía en el labio limpiando una pequeña gota de sangre.

— Lo siento, amor. Debiste dejarmelo a mí — dijo y el más alto sólo negó con la cabeza.

— ¿Estás bien? — se volvió hacia mí, yo asentí y luego dejó un rápido beso en mi frente.

— Vamos a casa — dijo Soobin antes de depositar un beso en mi cabeza y luego repitió la acción con Yeonjun.

Nos tomó a ambos de la mano y caminamos tranquilos las pocas cuadras de regreso a casa.