El boggart de Sirius Black

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Suben a paso acelerado las escaleras hacia la Torre Norte mientras estas se mueven de un lado a otro. Sirius agradece que Lily vaya a la cabeza porque si uno se desconcentra demasiado puede terminar en cualquier otro sitio.

Llegan justo en el momento en que el profesor Flecher pretende cerrar la puerta.

-Jóvenes, el tiempo es un recurso valioso y no pienso perder el mío volviendo sobre lo ya explicado. Pasen, que sea la última vez-concluye abriendo la puerta y permitiéndoles la entrada.

El profesor Flecher es un hombre bajito, con el pelo cano y la espalda algo encorvada. Tiene unas entradas bastante pronunciadas y una perilla bien rasurada. Posee un rostro amigable. Sirius sospecha que es ese rostro precisamente lo que hace que se esfuerce en mantener una postura artificialmente severa en las clases. Al fin y al cabo, el puesto de defensa contra las artes oscuras ha sido bastante cambiante en Hogwarts y hay cierta expectación con el señor Flecher que lleva apenas un año ocupandolo.

-Ahora que estamos todos-comienza-habrán sus cuadernos por la páginas 57.

En aquel momento se abre la puerta de forma abrupta. Detrás de ella aparece una muchacha de alborotado pelo cobrizo.

El señor Flecher la mira ceñudo.

-¿A que se debe su tardanza?- pregunta

-Perdone, me he quedado dormida-murmura en un susurro.

El señor Flecher la observa molesto y prosigue.

-En circunstancias normales no la dejaría pasar señorita Alice. Pero ya que aún no hemos comenzado y a usted le gusta tanto dormir creo que sería apropiado que fuera la primera en enfrentarse a sus pesadillas-concluye. -Así ilustrará el camino al resto de la clase.

-¿Mis pesadillas?-pregunta.

-Así es señorita Alice. Hoy les enseñaré cómo enfrentar un boggart. Severus lea la página 57 si es tan amable.

Snape empieza a enumerar en tono monocorde las características de los boggarts, las debilidades de los mimos, los lugares en los estos se hallan y como el encantamiento ridículus ayuda a enfrentarlos.

-No teman. Si la situación se descontrola intervendrá para ayudarles. Serenense y piensen que están ante una fachada, un artificio, un disfraz. Repítanse esto cuando contemplen sus miedos -dijo suavizando bastante el tono. Mientras miraba a la señorita Alice, con cierto aire compasivo.

Si bien quiere que los alumnos sean disciplinados tampoco desea ensañarse.

Van sucediéndose uno tras otro, insectos, dragones, abuelos, profesores. Los temores de los alumnos son de lo más variopintos.

Sirius se acerca a Remus y le susurra

-Chtss, Lunático.

Remus se inclina hacia él.

-¿Qué crees que te aparecerá?

Remus no tiene tiempo de responder pues en ese mismo momento se escucha.

-Lupin, avance, es su turno.

Remus avanza varita en mano y el armario se abre y ante sus ojos se encuentra una noche cerrada con una inmensa luna llena.

-Joder Lupin ¿te da miedo la oscuridad? – retumba en el aula la voz de Malfoy secundada por las risas de varios Slytherin.

Remus no se gira, ni siquiera parece haberle oído, esta absorto en la imagen de aquella gigante blanca.

Sirius aprieta la mandíbula pensando en lo imbécil que hay que ser para pensar que aquello es ser ocurrente e ir un paso por delante cuando en realidad te encuentras seis pasos por detrás.

-Siempre he pensado que eras una nenaza pero esto es demasiado hasta para ti-prosigue acompañado de nuevas carcajadas

Se fija en que Severus es el único que no se está riendo y por el contrario palidece. En aquel momento desea con todas sus fuerzas haberle enseñado a Lucius y no a él como atravesar el árbol boxeador. Pero recuerda el tono dolido de Remus recriminándole tamaña estupidez y sabe que le querría matar y no haría falta porque el desearía morirse.

-Lucius si no soy tu boggart no tienes bien alineadas las putas prioridades porque te van a encontrar flotando en calzoncillos en el gran comedor y yo voy a tener la culpa-escupe Sirius-Ponlo en tu próximo trabajo de Adivinación.

-Suficiente-parece reaccionar por fin el profesor Flecher- no permitiré ni alentaré este tipo de vocabulario en mis clases. 30 puntos menos para Gryffindor

-Pero profesor no es justo ha empezado Malfoy- se queja James

-¿Quiere que sean 40 puntos menos señor Potter?

El aula enmudece y en aquel momento se escucha un sonoro Ridiculus! de la boca de Remus que hace que la luna se transforme en un globo de helio blanco que sale disparado por el aula mientras se desinfla.

-Estupendo Lupin, realmente encomiable-le alaba el señor Flecher que vuelve a centrarse en la clase de la que momentáneamente se había olvidado

Los alumnos se suceden. Apenas quedan personas y se va acercando lentamente su turno

Sirius está casi seguro de que su boggart será su madre. Aunque le cuesta reconocerlo todavía recuerda los latigazos de dolor en la espalda de las continuas reprimendas con más temor que rabia. Y aquello lo recuerda con muchísima rabia.

Por eso cuando sale él mismo del armario no le comprende. Porque iba a darse miedo, qué sentido tiene todo aquello.

Hasta que se mira a los ojos y es él, pero no es él. Sus ojos son frío e inexpresivos. Y lo entiende.

Lo entiende antes de bajar la mira y verla.

En el interior de la muñeca. De su muñeca. La marca tenebrosa.

Y se queda congelado.

Él, que se estaba relamiendo ante la idea de convertir a Walburga en aquella elfa doméstica que continuamente la persigue por casa con insufrible peloteo.

Por un momento se queda lívido y no sabe que hacer.

Tampoco sabe que su mayor miedo se volverá realidad a los ojos del mundo y que cuando llegue ese momento sus convicciones serán lo único que le quede.

Nicotina y otras adicciones (Wolfstar) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora