Nyoko Hayashi, una chica de 15 años es citada en la U.A por una hazaña que hizo por instinto de ayudar a los dos Héroes Profesionales en Hosu.
... es en donde empieza la historia...
La menor le señaló el camino que debían tomar para llegar a su destino, pues ella debía hacer unas cosas antes de volver a su casa, por lo que no los podía acompañar, pero los demás le agradecieron su ayuda. Cuatro personas saltaban de roca en roca para poder volver al camino que inicialmente estaban pero como estaba cubierto por rocas, tuvieron que sobrepasarlas. Cuando la rubia llegó a lo más alto mientras que los demás ya bajaban, pudo observar desde allí a su meta, la Aldea del Ámbar.
Bakugou: -algo irritado- ¡hey, niña del demonio, apresúrate! Nyoko: -lo mira confundida- ¿enserio le gusto?
Cuando se dio cuenta de lo que pensó, se sonrojó levemente, no era tiempo de pensar en ese tipo de cosas, pero por alguna razón, esa pregunta estaba rondando en su cabeza.
Bakugou: solo no te distraigas que no iré a buscarte si te pierdes...-se aleja- Nyoko: <todo a su debido tiempo>...¿en serio piensa que me voy a enomorar así de él?...dudo...
Simplemente suspiro para después salta y aterrizar suavemente en el suelo, mucho antes que los demás. Avanzó un poco más para luego encontrarse con un camino de flores colgantes, algo hermoso a decir verdad pero por precaución decidió no tocarlas, cosa que por lo visto, no estaba en los planes de los otros tres.
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(Algo asi)
Nyoko: -voltea a verlos- ¿saben que planta es? Los tres: no Nyoko: entonces no las toquen -vuelve a caminar al frente- Kane: -aleja su mano, lentamente- gracias por el aviso... Nyoko: es una hermosa entrada pero estoy segura que estas flores no es solo algo estético, tienen alguna función... Kane: -la mira confundido- ¿no lo sabes? Entonces, ¿dónde estamos y por qué vinimos aquí?
La chica se detuvo siendo imitada por los demás, quienes la miraban entre confundidos y curioso, pues dos de ellos sabían que ya era momento de revelarle al de orbes magenta hacia donde iban.
Nyoko: -baja la cabeza sin voltear- estamos en la entrada a la Aldea del Ámbar...
El silencio reinó al instante, los ojos de los dos que ya sabían miraron al contrario, quien estaba paralizado mirando fijamente a la espalda de su amiga de infancia, con una mirada que expresaban confusión, miedo, y hasta odio.
Kane: -temblando- tú...¡¿POR QUE VINIMOS AQUÍ?!¡ES CONTRA ELLOS QUE DEBEMOS PELEAR! -furioso- Nyoko: -voltea a verlo- lo siento, pero no es lo que parece... Kane: -rie sarcástico- ¡¿"NO ES LO QUE PARECE"?!¡ESAS PERSONAS SON LOS QUE NOS QUIEREN MUERTOS Y QUIERES IR A SU ALDEA!¡¿ACASO ESTAS DEMENTE?!¡NO IRÉ NI LOCO! -voltea y empieza a caminar- ¡ME LARGO! Nyoko: -preocupada- ¡Kane!¡Por favor, escúchame! Kane: -voltea furioso, apuntándola con su dedo- ¡NO, TU ESCÚCHAME!...NO ME VOY A ALIAR CON ESOS BUENOS PARA NADA, ES POR SU CULPA QUE ESTAMOS COMO ESTAMOS...POR CULPA DE ELLOS ES QUE MIS PADRES SUFRIERON... Nyoko: -nerviosa- ¡PERO TU NO HUBIERAS NACIDO!... Kane: ...ojalá nunca hubiera existido...-se va-
El pelirrojo desapareció de la vista de todos, el rubio vio a la chica con los ojos cubiertos por su flequillo para después voltear y empezar a caminar hacia adelante, él sabía que ella estaba mal pero nunca lo demostraría a nadie para no preocuparlos. Los dos hombres se miraron para luego seguir a la fémina en silencio, dándole cierto espacio para no agobiarla.
???: se lo que es que tu amigo te grite...
Los tres se alarmaron al escuchar otra voz, por lo que se pusieron en posición de combate ante cualquier anomalía que notaran de repente. El azabache divisó que entre las paredes de aquel túnel de flores de oro había una mujer de ojos de sol con cabellera cobre cercano al oro con una vestimenta simple pero delicada a la vez.
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Aizawa: -curioso- ¿y usted quién es? Nyoko: -sorprendida- u-usted... Yua: -voz pacifica- bienvenidos a la Aldea del Ámbar, soy la Alfa, Yua...-sonríe a la de orbes verdes- tiempo sin verte, pequeña capullo... Nyoko: -la abraza, emocionada- ¡Yua-sama!
