°Capítulo 34°

23 3 0
                                    

Después de la advertencia de Yua, la rubia decidió avisar de ello a Yuu para que tuviera cuidado y, de ser posible, descubrir quién era el infiltrado. Por el momento, dejó en manos de Kazuma y Yuu, ella confiaba en ellos.
Al llegar donde los dos hombres estaban, los encontró preparando sus cosas para el día siguiente, pues tenían que irse lo más pronto posible y no perder tiempo para acabar con esto.

Aizawa: -la mira- ¿ya terminaste de empacar?
Nyoko: si, de todos modos no traje mucho...nos iremos cuando el sol empiece a asomarse, iremos por otro camino rumbo a la academia.
Aizawa: -se incorpora- ¿podemos saber por qué?
Nyoko: solo para prevenir, también para hacerles más fácil y rápido...usted se impacienta muy rápido al igual que_

Al instante, calló. Por un momento, lo comparó con su padre y eso la sorprendió, obviamente los dos ajenos a sus pensamientos les extrañó que callara de golpe como si lo que iba a decir era algo prohibido, pero el mayor no la quería obligar a decir algo de ello, como le hubiera gustado de que los dos tuvieran esa misma visión.

Bakugou: -entrecierra los ojos- ¿al igual que quién? Termina la estúpida frase, orbes verdes...
Aizawa: -le enrolla el rostro con sus cintas- tu vocabulario...
Nyoko: -niega- como nadie, solo lo dije sin pensar, como sea, descansen que mañana será una larga caminata.
Bakugou: -con dificultad- ¿q-que no era...que ser-ria más...r-rápido?
Nyoko: -levanta una ceja- tal parece que no se dieron cuenta que el camino por el que vinieron habían depredadores, y para colmo plantas tóxicas, según me dijeron en la Aldea del Zafiro, ustedes se desmayaron en sus habitaciones por haber aspirado el aroma de las plantas...si no hubieran encontrado la aldea, no se que seria de ustedes...-abre la puerta- bueno, descansen.

Al cerrarse la puerta, el silencio inundó la habitación, donde los dos huéspedes estaban en shock, pudieron haber muerto y nunca darse cuenta por ser descuidados.

Aisawa: -lo suelta- bueno, casi morí... por cierto, ¿no puedes cerrar la boca?
Bakugou: -lo mira molesto- ¿qué fue lo malo que dije?
Aizawa: -se sienta en la cama- le preguntaste algo que ella no quería hablar...
Bakugou: ¿y para qué lo dice si al final no quiere hablar de ello?
Aizawa: solo lo dijo sin pensar...
Bakugou: -alza una ceja- ¿y tú le creiste?
Aizawa: claro que no, pero prefiero que ella nos diga cuando se sienta lista y segura, y no forzarla a hablar.
Bakugou: -se acuesta- como sea...

Ni bien apagaron las luces, los dos durmieron rápidamente a causa del cansancio, sin embargo, a la rubia se le estaba complicando, no podía pegar ni un párpado para caer en los brazos de...¿cómo decían que se llamaba?... ah, en los brazos de morfeo.
Miraba desde la cama el cielo estrellado con la luna llena, admitía que ella tenía selenofilia, una adicción a la luna que tenia desde pequeña, al punto de quedarse toda la noche mirándola hasta el amanecer; por alguna razón, observar ese astro la tranquilizaba pero a la vez la deprimía.
Minutos después de estar mirándola, volteó para intentar conciliar el sueño, mañana tendría que caminar mucho para llegar a la ciudad, y ni bien llegaran debía de empezar a coordinar tanto con los habitantes de su Aldea y el de las demás como con los héroes; no tenía tiempo que perder, por lo que, el descansar y comer lo necesario pasaba a segundo plano, o simplemente no lo hacía.

---------------------------------------------------------

Los tres estaban despidiéndose de todos, en especial de Yua, quien aseguró que sería la primera en llegar cuando sea el momento de reunirse con todas las aldeas, por lo que la de otra alfa agradeció con anticipación.
En el camino, se encontraron con piedras, árboles torcidos, plantas espinosas, también la chica aprovechó para enseñarles a los otros dos cuales eran inofensivos y cuales peligrosos, ellos decidieron almacenar esa información en su mente, pues en algún momento tal vez les sirva y evitar terminar en una situación para nada favorecedora.
Cuando estaban pasando el río con ayuda de las rocas, la chica se detuvo de golpe, causando que los dos de atrás casi se cayeran al perder por unos segundos el equilibrio.
El de ojos rubí estuvo por reclamar pero al ver que la contraria levantó la mano para cerrar en un puño, pidiendo silencio, entendió de que algo estaba mal y ella, como guardiana de la naturaleza, lo sabía bien.
Los dos se prepararon para cualquier ataque, ruido o movimiento que se presentara, sin embargo, la misma decidió hablar para ver de quien trataba.

Nyoko: se que estas ahí, es mejor que salgas si no quieres que uno te explote y otro te enrolle para golpearte...

De la copa de un árbol, bajó una persona encapuchada, los tres lo miraban fijamente mientras esperaban a que se identificara pero cuando el viento se presentó, pudo percibir el aroma del extraño ahora conocido, por lo que confundida decidió preguntarle.

Nyoko: -extrañada- ¿qué haces aquí,  Shinso?

Animal Girl - Boku No Hero AcadémicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora