Capitulo 1

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CAPITULO 1

Taeho se adelantó a sus acompañantes y se abrió paso entre la multitud para lanzarse a losbrazos de su padre.

— Te extrañé – dijo el niño y hundió la cabeza oscura bajo la barbilla de el, para así ocultar sus lágrimas.

Taemin lo abrazó con fuerza. El estuvo con su padre durante todo un mes. Taemin observó el calendario durante cada día de su ausencia, resintiendo el poco habitual silencio que había en la cabaña y el vacío de los fines de semana. Cuando despacio colocó sobre el suelo a su pequeño de tres años, notó a los dos hombres que vestían trajes oscuros y que estaban a cortabdistancia. Eran la escolta de Taeho.

Uno de ellos se adelantó y señaló con frialdad: — En realidad no era necesario que viniera al aeropuerto, joven. Hubiéramos llevado aTaeho a casa como lo hacemos siempre.

El hombre estudiaba con insolencia y sus ojos oscuros recorrían su cuerpo. Sin poder evitarlo, Taemin se ruborizó. Sabía que no debería de permitir al personal de seguridad de MinHo que lo amedrentara, mas lo hacía. Para ellos, el no era una persona importante, sino el exesposo olvidado, quien ni siquiera disfrutaba una relación afectuosa con su jefe, después del divorcio. Podían darse el lujo de ser tan rudos y superiores como quisieran, pues sabían mejor que nadie que MinHo ni siquiera recibia una llamada telefónica de el. Las probabilidades de que el chico se quejara, eran mínimas.

Haciendo un esfuerzo, el levantó la barbilla y manifestó: — Quise venir al aeropuerto.

— El señor Choi prefiere que llevemos a su hijo a salvo hasta la puerta de su casa, "joven".

— Soy perfectamente capaz de llevar a mi hijo a casa – aseguró Taemin, y con toda deliberación se volvió, pues no quería un enfrentamiento en el centro del aeropuerto.

— Hasta que el niño llegue a casa, es nuestra responsabilidad – insistió el hombre y colocó una mano sobre el hombro tenso de el.

Taemin no podía creer que eso sucediera. Que uno de los hombres de seguridad lo intimidara y tratara a su hijo como un pequeño Lord. Taeho era su hijo, y aunque también lo fuera de MinHo, ¿tenía el que soportar ese trato? Arruinaba por completo la llegada de Taeho a casa. Taemin era consciente de que los ojos de color café de su hijo estaban fijos en su rostro y que lo miraba con ansiedad. Taemin intentó controlarse.

— Cuando yo estoy aquí, él es mi responsabilidad – aseguró Taemin y en su boca apareció una sonrisa forzada — . En realidad, esto es ridículo. Y sólo porque decidí venir a recibirlo al avion...

El otro hombre también se adelantó. En una mano llevaba la maleta de Taeho. Los dos hombres intercambiaron unas palabras y Taemin sintió deseos de asesinarlos. Los últimos cuatro años fueron muy difíciles para el y lo que no podía aceptar, era que cada vez resultaran más complicados. Celosamente, MinHo trataba de mantener a su lado a Taeho cada vez por períodos más largos y el abogado de Taemin era una persona muy introvertida que le decía que no debería de provocar la hostilidad de su ex esposo.

— Al señor Choi no le agradará – habló el hombre mayor por primera vez. Lo hacía como si MinHo fuera Dios o tal vez el demonio, se dijo Taemin. La gente siempre empleaba ese tono impresionante de voz cuando se referían a su ex marido. Taemin llegó al punto en que sentía que la sangre se le helaba en las venas siempre que lo mencionaban. MinHo se convirtió en una persona remota e intocable, con incalculable poder de influencia, mucho antes que se divorciara de el. Resultaba humillante reconocer que la manera como MinHo lo trataba en los últimos años, lo dejaba petrificado.

Ese día Taemin decidió que ya era suficiente. Taeho era de el y esos hombres estaban, lo creyeran o no, en tierras coreanas. El no tenía que estar allí dejándose intimidar por los secuaces de MinHo. Sus ojos cafés miraron a los dos hombres con enfado.

Una Cruel Mentira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora