NO CONTROL;Eren Jaeger × Lectora

03.

                     《1 SEMANA DESPUES.》

Parecía que el tiempo no quería avanzar o al menos eso sentía yo. Podía jurar que vivía el mismo día una y otra vez. Llevaba una semana en casa de mi hermana, quedándome y siguiendo acomodando algunas cosas. Eren y yo no cruzábamos palabra alguna, en cambio Mikasa y Armin venian seguido para ver que estuviera bien, cocinaba y me ayudaban a pasarla de forma agradable.

—¿Han sabido del puesto que dejó mi hermana en el hospital?—pregunté acomodando los platos que había lavado después de la cena.
—Al parecer alguien ya lo ocupo. Es una mujer—menciono Armin.
—Es Historia Reiss. Es simpática. Pero,no creo que llegue a ser como Rose tan buena con los niños—decía Mikasa con su sonrisa.
—Espero que le vaya bien, trabajar con niños es algo de admirarse,yo no tendría mucha paciencia—sonreí al igual que ellos.
—¿Y que hay de ti?¿Dejaras la cirugía por todo esto?—cuestiono Armin.
—Para nada,es solo que..—suspire sentándome frente a ellos—Ya no pienso volver a Italia,ya no tengo nada que hacer allá.
—¿Y tu lugar en el hospital?—pregunto Mikasa sorprendida.
—Al enterarme que mi hermana murió, deje todo. El jefe me dijo que si me iba sin autorización que me despidiera de mi lugar como jefa de neurología. Así que aquí estoy,en casa de mi hermana desempleada y de arrimada—jugué con mis dedos mirando hacia la mesa blanca.
—Podemos hablar con el jefe de nuestro hospital. El doctor Ackerman es algo difícil de llevar pero al saber que tu eres una de las mejores cirujanas y más de neurología, no podrá decir que no—dijo Armin.
—¿Harian eso por mi?.
—Claro. Además, le prometimos a Rose cuidarte,y no dejarte sola.

Mikasa tomo mi mano sonriendo dándome ánimos. Tal vez sea mi imaginación pero todo esto parece ser que fue planeado por mi hermana. ¿En verdad quieres que trabaje en donde tu trabajaste Rose?.

                         《3 DIAS DESPUES.》

—Así que tu especialidad es la  neurología.
—Así es señor. Era jefa de departamento en Italia,pero por cuestiones personales que usted puede estar enterado. Estoy aquí.

El Doctor Ackerman leía mi historial una y otra vez, su mirada fría me hacía poner los pelos de punta. Armin me comentó que era algo difícil,pero al verlo pareciera el mismo diablo.

—Aquí dice que estuviste en un centro de rehabilitación. ¿Puedes comentar algo al respecto?—cuestiono mirándome fijamente.
—¿Tiene relevancia?.
—Mi hospital es uno de los más grandes, es muy privilegiado. Todos quienes estudian, quieren hacer su residencia aquí. ¿Porque debería dejar que tus manos toquen a mis pacientes?.

Era una pregunta muy acertada y dura, pero no dejaría que eso afectará mi vida. Sabía que yo podía ser una gran doctora aquí.

—Porque soy una mujer que supo levantarse gracias al apoyo de mi hermana, por ella es que estoy aquí. Demostrándole a usted doctor Ackerman que soy una de las mejores neurocirujanas de Europa. Miles de doctores y pacientes, volaban desde lejos para que yo los pudiera operar. Yo soy la mejor,como su hospital es el mejor. Yo debo estar aquí, tal vez no como jefa pero se que llegara a hacerlo porque soy la mejor en mi rama.

La mirada del Dr Ackerman era difícil de descifrar, pero no me causaba nerviosismo como en un principio. De hecho estaba más confiada, pero al final el tenía la última palabra. Llevo una mano a su mentó para girar su silla dándome la espalda.

—Mañana te hare llegar tu contrato, y si no tienes inconveniente puedes empezar ahora mismo—aquellas palabras me hicieron respirar y querer gritar, pero debía controlarme. Así que solo sonrei levantándome de la silla.
—Muchas gracias Dr Ackerman. Ya verá que no se arrepentirá—agradeci con una enorme sonrisa.
—Eso espero Dra Dal Monte.

Salí de la oficina viendo a Mikasa,Armin y Eren con su uniforme azul marino y sus batas blancas.

—¿Y?..—pregunto Mikasa.
—Mañana me hará llegar el contrato, pero puedo empezar ahora..—sonreí y todos me felicitaron.
—Me alegro tanto por ti, bueno te llevare a...—el celular de Mikasa y Armin sonaron al mismo tiempo—Más bien, Eren te llevará a recoger tu uniforme. Llego un trauma, y es de cardiologia también.
—Tranquila. Vayan,estaré bien—sonreí
—Me alegro que estés aquí—menciono Armin antes de irse.

Solo sonrei y los vi irse corriendo hasta la sala de urgencia. Me quedé ahi junto a Eren quien parecía todavía estar en la luna. Sus ojeras eran más marcadas y se veía más delgado que antes. Pero aun así,no perdía ese toque suyo.

—Bueno, vayamos por ese uniforme.
—Si, el uniforme. Vamos—su voz me saco de mis pensamientos para seguirlo. Era demasiado alto a diferencia de mi, así que iba detrás de él como niña pequeña. Su espalda ancha y su cabello con una media coleta desarreglada lo hacían ver ¿apuesto?.
Pero..¿Que diablos piensas _____?. Es el viudo de tu hermana,no puedes verlo de otra manera,si que soy una maldita loca al pensar que es bastante apuesto con su uniforme.

—Bien. Aquí es la sala de los titulares. Generalmente aquí estamos Armin,Mikasa, Yo..y bueno...
—Rose...—murmure.
—Si, pero bueno también esta Jean,Connie y Sasha. Aquí podrás descansar y comer, por supuesto también cambiarte—me entrego el uniforme completo.
—Gracias Eren—sonreí, el solo cerro sus ojos e inclino su cabeza.
—El último día que ella vino, dejó su gorro, y pensé que lo querrías—de su bata saco aquel gorro color rosa pálido que llevaba mi hermana siempre. Trague saliva tentada en tomarla pero, no quería, no quería que me conociera por ser la hermana menor de Rose, no porque no amara a mi hermana,pero todos pensarían que éramos iguales y claramente no lo eramos.
—No—dije firme—Es decir,ya es demasiado con vivir en su casa. Pienso que debías tenerla tu, todos pensaran que soy igual a ella, y no lo soy. Traje la mía. Con esta estaré estaré.
—Entiendo. Pero, tampoco quisiera tenerla. No es bueno, así que la guadare aquí. ¿Te parece bien?—me pregunto para no ofenderme.
—Eren,son las cosas de tu esposa. Puedes hacer lo que quieras, yo ya tome las cosas que quiero conmigo. Lo demás, no me corresponde

Me encerré en el baño para ponerme el uniforme,era extraño verme con este color, era bonito no iba a negarlo. Me hice una cola de caballo alta y terminé poniéndome la bata blanca agregando unas plumas. Pasaría tiempo para que me dieran una bata con mi nombre. Suspire mirándome por última vez al espejo lista para comenzar a trabajar.

—Augurami buona fortuna sorella.