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Capítulo ocho: la presentación



13 de Septiembre 2020

20:08 pm.


¿Alguna vez se han preguntado? ¿Cómo? ¿Cómo fue que llegué aquí?. Bueno pues si es así, esa es la pregunta que repite mi cabeza una y otra vez cuando el auto avanza al interior de los complejos de edificios.

Las ganas de morder mi labio son grandes igual que mi ansiedad y angustia, lo único que me detiene de hacerlo es el labial vino tinto que tengo en los labios.

Mis manos sudan y no hago más que ver por la ventana mientras mis manos se aprietan al borde del asiento del auto para evitar arrugar el vestido.

Después de que Dixon se fuera me quedé en la cama recostada viendo el techo como una hora hasta que me caí en cuenta que no tenía ni un jodido vestido en Inglaterra y mucho menos uno para esta ocasión.

Me levanté me vestí y salí a buscar un vestido, debí admitir que me perdí como una o dos horas en buscar tiendas y después en encontrar un vestido que me gustará tarde otras horas y regresar fue el mismo problema, cuando pude regresar y llegar a los dormitorios ya eran las cinco de la tarde.

Todos me habrían preguntado, para no perderte hubieras hablado con uno de tus amigos, ajá eso no se podía, ya que al parecer todos incluida Sammy, Andy, y los hermanitos se fueron a no se dónde y me quedé sola.

Me arregle, atando mi cabello en un moño, dejando algunos mechones de cabello sueltos y tome las tenazas de Angie para rizar los mechones, maquillar mis ojos, rizar mis pestañas, me coloque el vestido azul electrónico hermoso, simplemente hermoso con un escote medio y una abertura desde el piso al muslo dejando mi pierna derecha expuesta, unas zapatillas de 10 cm plateadas, pinte mis labios y finalice con el collar que me entregaron está mañana.

Y ahora tengo más nervios que los que he tenido en toda mi vida...

El auto aparca en el edificio principal, el más grande donde las letras doradas brillan con las letras de RUSSELL HOUSE.

El chófer baja me habré la puerta y suspiro bajando y mirando a todos lados buscando la entrada, este lugar está desierto,  una puerta de abre y los veo salir a ambos enfundados en un traje negro.

Mi mente grita que aún estoy a tiempo de irme, quizás estaba nerviosa porque no estoy segura de que aceptar era la mejor opción.

Los pasos de ambos se acercan a mi y mi corazón comienza a acelerarse, ¿Enamorada? No, no estoy, al menos no aún, hay una atracción muy grande, como la de dos imanes de polos opuestos que se atraen el uno al otro con fuerza y yo me acerco también.

Los miro y a pesar de sumarle 10 cm a mi estatura sigo sintiendo pequeña a lado de ellos.

No, no estamos arrepentidas, estás nerviosa y excitada por volver a sentirlos, porque está vez es más que una noche.

Muerdo mi labio anclando mis pies al suelo y los miro cernir sus sombras sobre mi.

—Llegaste, te ves jodidamente preciosa princesa—Dixon es el primero en hablar extendiéndome una mano para que la tomé y eso hago dejando que me dé una vuelta.

TENTACIONES: EL LLAMADO DEL PECADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora