Capitulo cinco: Sucio
Todo el mundo se arrepiente de preguntar algo en algún punto de su vida bueno este es el mío.Dos, dos segundos le tomo a Dalton Russell ponerme sobre sus piernas y subir el vestido y bajar mis bragas para comenzar a azotar me el trasero.
Lo primero que llegó a mi fue.... No fue el dolor, fue la vergüenza de traer pantis de conejito rosadas, esas donde por enfrente tiene la cara del Conejito estampados y la colita por detrás.
En mi cabeza jamás creí terminar es está situación jamás, literalmente JAMAS.
Una no va por la vida pensando que terminara en el asiento trasero de un auto echada en el regazo de una persona que le lleva dos cabezas siendo azotada.
—siete... Ya... Por favor... Duele... —murmuro bajito sintiendo mis ojos aguarse, el trasero me arde Y mi mente recrimina que debí mantener la boca cerrada pero mi canal dice todo lo contrario ya que después de la tercer nalgada la humedad comenzó a crecer en mi entrepierna.
—Cuando te diga que debes callar y obedecer lo haces —asiento rápidamente sintiendo que el décimo azote en vez de un quejido saca de mi un pequeño gemido.—Si, Dalton lo entendí pero ya para...-suplico apretando los muslos cosa que solo logra que la fuerza de ella azotes aumente hasta llegar a quince azotes.
Debería sentir me humillada, denigrada, usada y enojada pero no, me siento caliente logrando que los últimos cinco azotes en vez de quejarme algunos jadeos salieran de mi boca.
Limpio las lágrimas que resbalan por mis mejillas y suspiro aliviada cuando sube mi ropa interior y baja el vestido de nuevo, con cuidado me acomoda sobre su regazo girándome y sentándome asiendo que mi cabeza quedé en su pecho.
—¿Entendiste la lección?—¿Lección? ¿A esto le llama lección?.
Hago pucheros y lo miro achinando los ojos con enojo y vergüenza y asiento lentamente.
— Entendí... Lo hice... -murmuro y muerdo mi lengua para no soltarme a decir un montón de majaderías que quiero decirle.
Me muevo para verlo y su rostro está un poco más relajado y podría decir que una leve curvatura aparece en sus labios cuando sube mis bragas y baja mi vestido me acomoda en su regazo lo miro mal.
—No me gustó tu lección... -murmuro mirándolo.
Mentirosa... El charco que tenemos entre las piernas dice otra cosa totalmente distinta...
Calla conciencia.
Suspiro cuando Dalton acaricia mi cabello y besa mi cabeza con cariño.
—No te gusto por qué era un castigó no una felicitación pero me alegra que lo aceptarás bien -suspiro y asiento otra vez apretando los muslos sintiendo como pica intimidad por atención, lo miro y muerdo mi labio viendo como sus labios se mueven pero mis oídos no escuchan.
Llevamos demasiado tiempo sin sexo... Y él... Ellos en realidad...
No dejo que mi conciencia diga más cuando soy yo la que ataca sus labios colocándome sobre el dejando mis piernas separadas a los costados de las suyas.
Joder, está boca me ara enloquecer... Sus dientes atrapan mi labio y su mano se cuela entre mis cabellos jalando de este separándome de su boca.
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TENTACIONES: EL LLAMADO DEL PECADO
Roman pour AdolescentsMucha gente ama lo dulce, las experiencias agradables, duraderas y suaves... Así es él... Así es Dixon. Mucha gente también prefiere lo nuevo, lo amargo, las experiencias nuevas llenas de adrenalina he incluso dolor... Así es él... Así es Dalton. Po...