CAPÍTULO 02.

1.3K 180 1
                                    


UN CORAZÓN ROTO POR COMPLETO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

UN CORAZÓN ROTO POR COMPLETO.

Nami sintió como la mujer la abrazaba con fuerza, sollozando levemente al ver que su querida hija aún continuaba con vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nami sintió como la mujer la abrazaba con fuerza, sollozando levemente al ver que su querida hija aún continuaba con vida. La rubia entrecerró los ojos y dejó que el fuerte sentimiento de paz y cariño al fin apareciera en su pecho tras días y días sintiendo como si su alma se pudriera al estar tan alejada de su familia. Entonces finalmente entró en razón y correspondió el agarre, pasando sus brazos por la espalda de la mayor y devolviéndole el abrazo.

━Has vuelto...━susurró Tamayo entre lágrimas, realmente conmovida de que la menor estuviera nuevamente entre sus brazos.━No sabes cuanto me alegro, Nami... Yo sabía que lo conseguirías.━dijo separándose y limpiando las gotas que recorrían sus mejillas y dándole una cálida sonrisa a la ojiazul.

━Le prometí que volvería Tamayo-san, no podía romper mi palabra.━respondió haciendo una leve reverencia al tener demasiado respeto por aquella mujer que le había salvado la vida, y la había alejado de la muerte cuando ese infierno iba a volverse peor.━Y no creía que fuera bueno dejar solo a mi hermano...━añadió bajando la cabeza apenada.

━Siempre pensando en los demás antes que en ti... Eres demasiado amable.━dijo la demonio acariciando la cabeza de la menor con delicadeza, para después arreglar el lazo rojo que ella le había regalado para que mantuviese su pelo en orden.━Vamos, seguro que Yushiro y tu hermano se alegran de que hayas regresado también.━y tomó su mano para que ambas entraran en la casa.

Nami no respondió y simplemente le siguió el paso a la mayor por los silenciosos pasillos de su hogar. Desde hacía varios años ella y su pequeño hermano vivían en aquel sombrío lugar alejado de la luz del Sol, como hacían desde que tenían memorias que recordar y no olvidar. Sin embargo había un inconveniente; el rubio había caído en coma un año atrás y no volvió a despertar desde entonces.

━¿Cómo se encuentra Daichi, Yushiro-san?━preguntó cuando llegaron a la habitación del menor, y vieron al hombre salir de allí con su rostro serio.

━Un poco mejor.━respondió para no darle demasiadas ilusiones a la chica, sabiendo lo que significaba perder a un ser querido.━Me... alegra que hayas vuelto.━dijo después, a lo que Nami sonrió sabiendo lo mucho que le costaba expresarse al demonio con personas que no fueran Tamayo.

━Gracias. Gracias por cuidarlo.━contestó y soltó la mano de la mayor avanzando hacia la puerta.━Estaré un rato a solas con él si me dejan... Gracias por todo de nuevo.━agradeció otra vez y se adentró en la habitación, cerrando la puerta con suavidad bajo las miradas de ambos demonios que se entristecían de la situación de la chica. La ojiazul siempre les agradecía cualquier mínimo detalle, y es que para ella, cualquier acción para un monstruo como ella era un milagro.

Pero ninguno de los dos la consideraba un monstruo, es más, era lo que les dejaba tranquilos por saber que aún siendo demonios podían tener la confianza de un mero humano como ella.

Pero ninguno de los dos la consideraba un monstruo, es más, era lo que les dejaba tranquilos por saber que aún siendo demonios podían tener la confianza de un mero humano como ella

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se sentó junto a la cama en la que seguía descansando su hermano menor, y tomó delicadamente su mano izquierda para asegurarse de que aún su corazón seguía latiendo. Por lo que un suspiro de alivio salió de sus labios al notar el fuerte pulso que aún notaba brotando de su piel y su sangre recorriendo sus venas. Después apretó el agarre y miró hacia el suelo, disfrutando del silencio y la compañía del chico a pesar de que no pudiera hablarle o hacer siquiera un pequeño gesto para indicarle que todo estaba bien.

A diferencia de ella, la salud de su hermano pequeño siempre había sido muy delicada; como si hablase de una simple flor de cerezo en mitad de una tormenta de invierno. Perdido, suave, débil, pero con un corazón y una sonrisa que derretirían hasta el mismo hielo. Y cuando cayó en coma al haber empeorado su enfermedad, el mundo entero de Nami cayó por los suelos.

Entonces su salvadora Tamayo nuevamente hizo algo que le devolvió la esperanza. Le dio sangre de demonio para transformarlo en uno, tal y como había hecho décadas atrás cuando Yushiro cayó enfermo de gravedad y estaba a punto de morir. Sin embargo el proceso no se había completado por alguna extraña razón y ahora el cuerpo de su hermano era mitad demonio y mitad humano. 

Al principio la mujer no se lo había contado para que su hija no la odiara y los abandonase, pero cuando se enteró simplemente Nami volvió a agradecerle por ser su familia y ayudarla a pesar de que fuera un monstruo del que deberían sentirse avergonzados.

Y ahora que su cuerpo comenzaba a recuperarse y a cerrar poco a poco sus heridas, Nami había decidido unirse al Cuerpo de Cazadores de Demonios como tenía planeado desde mucho tiempo atrás. 

En un primer instante solo quería unirse para limpiar el nombre de su familia y que ambos pudieran librarse finalmente del nombre de las Glicinias y vengarse del demonio más poderoso de todos, pero ahora que Tamayo le prometió transformar a su hermano nuevamente en humano si traía sangre de muchos demonios, tenía otro objetivo fijo. Y para ello...

Derrotaría a Kibutsuji Muzan costase lo que le costase para vengarse y traer a su hermano de vuelta. 

Aunque le costase la vida, dejaría de ser un monstruo y conseguiría que su propio corazón volviera a recomponerse. Porque se odiaba a sí misma más que nada, y si pegaba los trozos esparcidos de sus sentimientos quizás y solo quizás: podría volver a ser una persona normal.

 Porque se odiaba a sí misma más que nada, y si pegaba los trozos esparcidos de sus sentimientos quizás y solo quizás: podría volver a ser una persona normal

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


❛MONSTER❜ → KNYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora