❝Escondo en mi interior un verdadero monstruo que nadie desea despertar.❞
→ Nami quiso desde siempre ver la felicidad en el rostro de los demás, a pesar de que ella careciera de la esperanza suficiente para levantarse cada día a ver la luz del Sol...
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EQUIPO FINALMENTE REUNIDO.
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━¡¡Peleemos, peleemos!!
━¡Yo no sé lidiar con este cabeza hueca!
Inosuke finalmente había despertado entre gritos, y al momento comenzó a perseguir a Zenitsu en busca de un contrincante al que enfrentarse de nuevo. El rubio se escondió tras su amiga, que de inmediato puso una mano delante del ojiverde haciendo que se detuviera de una vez por todas.
━¿¡Qué diablos están haciendo!?━preguntó confundido el cazador señalándolos.
━Enterrarlos, ¿no lo ves?━devolvió la pregunta Tanjiro mientras los niños le ayudaban a poner tierra sobre las tumbas.
━Eh, jabalí.━llamó su atención Nami, provocando que este frunciera el ceño y mirara de inmediato a la rubia.━Deja de gritar y ayúdanos, aún quedan cadáveres en la mansión.━mencionó caminando hasta la puerta.
━¿De qué sirve enterrarlos? ¡No pienso ayudarte! ¡Pelea conmigo, no voy a perder esta vez!
Zenitsu se escondió tras el pelirrojo con temor por lo que pudieran hacer aquellos dos locos. Sin embargo los dos compañeros de la ojiazul se miraron nerviosos cuando una sonrisa traviesa cruzó el rostro de Nami, dejando por fin la seriedad que solía caracterizar a su amiga. Definitivamente las palabras de la chica iban a ser tan honestas y dolorosas como siempre.
━Ya veo... ¿Es por las heridas que te dejé, no? Suponía que no podrías hacerlo.━respondió soltando una pequeña risa y comenzando a enojar al chico.━Veo que sigo siendo mucho más fuerte que tú, mejor ve a descansar y déjale a la nueva reina de la montaña el resto.━sonrió consiguiendo que el ambiente se pusiera tenso.
A Nami le estaba empezando a gustar poner de los nervios a Inosuke, sobre todo porque tenía una manera de vengarse por los constantes gritos del ojiverde que la molestaban tanto. Y supo que tenía toda la razón del mundo cuando el Hashibira terminó por estallar por la ira al escuchar sus insinuaciones.
