~ Cap. No.1 ~

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-¡ Zee !...

¡ Zee !...

¡ Detente!...

¡ William !, por favor habla con tu hijo.

- Zee pequeño.

- William  sonrió y acarició la mejilla de su hijo.

- Se que estas emocionado por este viaje pero no es muy seguro que andes correteando por aquí.

- ¡Papi!.

- Zee daba pequeños saltitos.

- Es que estoy emocionado, es el mar.

- Lo sé pequeño pero debes tener cuidado, recuerda, es un crucero y si caes al agua el barco podría seguir y dejarte.

- No lo hará.

- Zee sonrió de forma pícara.

- Porque tu eres el capitán.

-  Lawan, este niño es demasiado para mí.

- William sonrió.

- Es tu hijo.

- Lawan sonrió.

- Mi koalita puedes jugar pero ten cuidado.

- ¡Bien!

El pequeño Zee de 10 años siempre amó el mar, sentía cierta atracción, cierto encanto con aquel mundo azul y amplio, como si de alguna manera hubiera tenido alguna conexión con el, como si en su anterior vida había venido al mundo como un pequeño pez el cual amaba navegar libre por el vasto océano.

Su emoción fue inmensa cuando supo que gracias al trabajo de sus padres podría estar durante una semana en el mar, el señor Pruk era el capitán de uno de los cruceros de Oceanía Cruises, debido a su empleo compartía muy pocas veces con su familia así que está vez los traía consigo, sobre todo para cumplir el deseo de su pequeño el cual era navegar en el mar.

La familia vivía cada día, cumpliendo con su rutina y responsabilidades, ajustándose a aquello que llamaban mundo sin imaginarse que en aquel vasto mar, bajo aquellas aguas azules otro mundo se encontraba, un mundo lleno de misterios y magia, donde vivían en armonía hermosas Sirenas y hermosos Tritónes, seres increíbles, fantásticos de aspecto único, de gran inteligencia, fuerza y belleza.

- Que bueno que no me vieron.

- El pequeño príncipe Tritón nadaba con rapidez.

- ¡ Saint !.

- Otro pequeño Tritón lo seguía.

- ¡ Basta !.

-  Saint hizo un puchero.

- ¡ Joss ! Por favor no le vayas a decir nada a mi papá.

- Te vas a meter en problemas por travieso.

- Es solo por un rato.

- Se acercó y lo abrazó.

- Vamos, cúbreme.

-Esta bien pero solo por un rato.

- El pequeño Joss frunció el ceño.

- No quiero que me castiguen junto contigo.

- ¡Bien!

El pequeño Saint nado con emoción en dirección a la superficie.

Saint era un hermoso Príncipe Tritón de cabello castaño, ojos café miel y cola color negro brillante, un pequeño y único en toda su especie.

Era el hijo menor del rey Suppapong.

El pequeño Saint dulce y encantador príncipe, también un tanto curioso, con un rostro angelical, sonrisa hermosa y brillante era capaz de alegrar el día a quien lo viera.

El pequeño príncipe amaba merodear por la superficie, aquel mundo lo llenaba de fascinación pero lo que más fascinación le brindaba eran aquellos seres un tanto parecidos a él, algunas veces Saint  se acercaba a la costa sólo para observarlos desde su escondite, se pasaba horas viendo a los humanos, caminar, platicar, jugar y reír para el era un deleite, siempre soñó con poder acercarse a alguno, tocarlo y hablarle, lo que el pequeño Saint no se imaginaba que ese día su sueño se haría realidad.

- ¡ Zee !.

- Lawan gritaba de manera frenética.

- Mi bebé.

- ¡ Querida !...

- El capitán Pruk  llegó a toda prisa.

- ¿ Que ocurre ?

- William ¡ Nuestro bebé !.

- Lloraba y gritaba.

- ¡ Nuestro bebé cayó al mar !

El pequeño Zee se había precipitado al mar mientras se trepaba en uno de los barandales mientras jugaba con un rehilete y se dejaba llevar por su colorido Zee se descuido y resbaló, su madre al verlo caer dio la voz de alarma, estaba histérica, asustada y lloraba desesperadamente, su bebé, su único hijo se encontraba sumergido en el mar.

El pequeño pelinegro daba brazadas de desesperación mientras veía como se le hacía cada vez más lejos la superficie, asustado sólo pensaba en una sola cosa "No volveré a ver a mis papis" sus ojitos empezaban a cerrarse, su cabeza a marearse, el agua empezaba a invadir sus pulmones y su cuerpo dejaba de batallar, sentía como su cuerpo dejaba de pertenecerle a medida que se hundía, pero aquel no era el día indicado para dejar de existir.

SACRIFICIO DE AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora