~Cap. No.8 ~

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Horas después, la pareja salio se dirigían a un restaurant donde se encontrarían con  Kao y Earth, quienes estaban con ansias por conocer al chico que tenia cautivado a Zee.

Cuando llegaron, Earth se puso a conversar con Saint preguntado.

¿Dice Zee que viniste a buscarlos?

-Saint asintió...

¿ Te enamoraste de el a primera vista ?

-Saint  volvió a asentir. -Pero eso ya tiene tiempo

-Earth se quedo bobo.

¿ en serio ?

¿ lo conocías  de antes ?

-Casi de toda la vida, Saint respondió mientras una hermosa sonrisa se  dibujaba en su rostro…

-Earth lo miraba asombrado …

-Saint recalco, años de conocernos, hasta que el destino nos volvió a unir.

-Saint… Zee le susurro al oído que lo acompañará al jardín del restaurant. Saint asintió y lo siguió, cuando Zee abrió las puertas, Saint vio un hermoso jardín con una enorme fuente en el centro, Había una Sirena en la cúspide Saint sonrió acercándose a ella.

-Es muy bonita dijo..

-Zee asintió detrás de el..

-Cariño... dijo y cuando Saint volteó a verlo, estaba con una rodilla hincado en el pasto. Entre las manos llevaba una cajita de terciopelo roja que abrió para mostrarle un anillo dorado con tres brillantes discretos incrustados en él—, ¿te casarías conmigo?

Saint sonrió, gritando un enorme Siiii.. Cuando Zee se levantó y le colocó el anillo, le rodeó el cuello con los brazos y lo besó como la primera vez.

-En ese momento la magia se vio cortada por unos aplausos rítmicos, pero solitarios. Alguien más los había seguido hasta ahí y Saint sintió que la tierra se abría bajo sus pies cuando reconoció al hombre. Zee frunció el ceño, también, lo reconoció.

-Yo te conozco – dijo -, eres el Dr. Arthur Doom

-Dr. Arthit Doom- corrigió Arthit con exasperación.

-Ah... eso - Zee giró hacia Saint, él estaba en el crucero.

-Sí, te ayudé a volver  ¿ recuerdas? -dijo Arthit rodando los ojos.

-Sí, también recuerdo que dijiste que mejor me hubiera ahogado, así, tal vez, podrías hacer un análisis en tiempo real de mi cuerpo descomponiéndose en el mar.

-Eso aún lo puedo hacer.

Zee frunció el ceño. Si antes le había caído mal, ahora más. Saint le sujetó del saco.

-Zee, vámonos - pidió.

-Me temo que eso no será posible, dijo Arthit Doom, estoy algo cansado de perseguirlos por todos lados como un idiota. Así que no más.

-¿De qué habla? – dijo Zee

-Supongo que quieres ocultarlo ¿ verdad ? pero yo se quién es en realidad.

-¡Vámonos, Zee! Pidió Saint  de nuevo.

Zee asintió, no le gustaba la actitud de ese tipo, así que tomó la mano de Saint  dispuesto a volver. Como respuesta, Arthit sacó un revólver del bolsillo interno de su saco.

-Tenemos suerte hoy -dijo apuntándoles, Zee se puso frente a Saint y ambos retrocedieron hacia el borde de la fuente, me temo que el agua estará fría.

Miró hacia Saint y lo intimidó.

-No sé qué pretendes - dijo Zee - pero...

-No crea que soy tonto - dijo Arthit -. Sé lo que es esa cosa - dijo señalando a Saint.

-No sé de qué hablas, pero será mejor que te vayas.

-Nadie se había dado cuenta, los comensales seguían tranquilos en su mesa.

Zee dio un paso hacia él y Arthit disparó. La bala le dio a Zee , pero hizo más que eso, lo empujó hacia atrás topando con Saint, quien intentando atraparlo terminó tropezando, con el borde de la fuente y ambos cayeron en ella.

Arthit sonrió y corrió hacia ahí, acercándose a la fuente.

Saint sintió el agua empapando su ropa, sabía que no podría huir, Zee estaba en sus brazos, herido, su sangre coloreaba el agua de la fuente. También sabía que el agua de la fuente no lo podía convertir en Tritón. Entonces vio a Arthit, de pie frente a él en el borde de la fuente, sentía odiarlo. Pero lejos de que se descubriera su secreto, temía por Zee.

-Saint, ¿ estás bien ?

Saint asintió, incapaz de ocultar sus lágrimas.

-Al ver que Saint seguía como humano Arthit salió corriendo, se escucharon gritos y disparos en el interior del restaurant. Casi en seguida las ambulancias y patrullas estaban frente al restaurant.

Zee despertó al día siguiente.

Le dolía la cabeza y el brazo derecho no lo podía mover sin que le diera una punzada en el hombro.

En ese estado se sentía inútil, y era algo que no podía permitirse, así que estaba poniendo todo de su parte para sentirse mejor y salir del hospital cuanto antes. No podía dejar solo a Saint tenía que protegerlo.

SACRIFICIO DE AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora