~ Cap. No.4 ~

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Zee tenía 25 años a pesar del tiempo recordaba al hermoso niño de ojos y sonrisa linda, su dulce voz y aquel primer beso, no lo había olvidado.

Se preguntaba en donde estaba, si estaba bien, si era feliz, pero sobre todo, si lo recordaba de la misma manera en la que el lo hacía, Zee estudió biología marina, ahora más que nunca amaba el mar y todo lo que tenía que ver con el, se dedico a estudiar las especies marítimas y  los lugares más inhóspitos del mar sólo buscando un indicio de donde podría estar aquel niño.

Zee nunca aceptó los sentimientos de otras personas, no tenía interés alguno, sólo pensaba en algo "Lástima, te hubiera llevado conmigo a casa para que fueras mi esposo." era un pequeño niño pero aún así aquellas palabras nunca se borraron de su mente, deseaba regresar el tiempo y tomar la mano de aquel niño para decirle "Si, vamos juntos".

- Saint es peligroso.

- No lo es.

- En la superficie hay una tormenta por favor no te aventures las aguas están muy turbias.

- Pero estaré en la costa solo daré una mirada.

- ¡ Saint !.

Joss trataba de persuadir a su inquieto amigo pero este no prestaba atención.

El príncipe nado a toda prisa alejándose de su amigo el cual lo observaba con preocupación, cada día Saint se aventuraba a la costa solo para probar suerte, observaba a las personas mientras rogaba que el destino fuera benevolente con el y le dejara ver a aquel chico.

Habían pasado años desde aquel encuentro pero estaba más que seguro que lo reconocería.

La lluvia azotaba la costa y las aguas estaban muy movidas, el cielo era completamente gris, el frío era cada vez más intenso y las olas empezaban a volverse agresivas, aun así Saint observaba todo a su alrededor escondido entre las rocas su atención sólo estaba en las personas que corrían de un lado hacia otro buscando refugio de aquella lluvia, no se percató de la enorme ola que se levantaba a su espalda, que lo golpeó con tanta intensidad y lanzó su cuerpo a las rocas haciendo que se golpeara la cabeza, su vista se volvía nublosa y sus ojos empezaron a cerrarse.

- Earth sonreía, por suerte la tormenta no fue tan fuerte.

- Así es, por suerte pudimos llegar a casa a salvo.

- Kao observó a Zee,  Zee... lamento haberte gritado.

- Esta bien primo.

- Zee sonrió pero su sonrisa se borró cuando observó las rocas en la playa.

- ¿ Sucede algo ?

- ¿ Ah ?.

- Zee observó a su primo.

- No... no es nada.

- Bien.

- Todos descendieron del yate.

- Vamos a casa.

- Adelántense,  Zee tenía su vista en las rocas, quiero caminar un poco.

Una vez que todos se marcharon Zee corrió a toda prisa en dirección a las rocas, lo que había visto lo sobresalto, no podía creer que su mente le estaba jugando una treta y rogaba qué no fuera así, su cuerpo completo tembló al ver frente a él a aquel chico inconsciente sobre una roca, la mitad de su cuerpo estaba sobre ella y la otra en el agua, con rapidez Zee se lanzo al agua, todo en el se agitó al ver aquel hermoso rostro, lo conocía a la perfección, lo había dibujado en su mente por años, ahí estaba, frente a él aquel niño que robo su primer beso y sus sentimientos.

Saint empezaba abrir los ojos con suavidad mientras acariciaba su frente, se agitó al sentir que alguien  lo sostenía de la cintura, frente a él estaba aquel lindo niño, aquel que se veía tan tierno llorando por sus padres, el niño que lo cautivó con solo una mirada.

- E... eres tú.

-  Saint sonrió entre lágrimas.

- Saint... ¿ SupSup ?.

- ¿ Me recuerdas ?.

- Saint sonrió y derramó lágrimas.

- Si me recuer...

Zee atrapó los labios de Saint, dándole un dulce beso lleno de anhelo, amor y pasión Saint  correspondió cada beso aferrándose al cuello de Zee, mientras derramaba lágrimas de alegría, finalmente estaba junto a él, junto a la persona que su corazón anhelaba, aquel beso fue cortado con suavidad mientras ambos respiraban agitadamente y unían sus frentes.

Ambos sonreían con dulzura mientras se admiraban, tratando de asimilar lo que había ocurrido, se buscaron por tanto tiempo, estaban tan cerca y a la vez tan lejos y ahora que se encontraban juntos les resultaba algo increíble, se quedaron viendo por un largo tiempo, rememorando aquel dulce momento y calmando sus corazones agitados.


SACRIFICIO DE AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora