CAPÍTULO 5

112 16 15
                                    

Nos encontrábamos en la mesa del salón cenando, Ana había pedido unas pizzas, ya que no había mucho para cocinar hasta mañana que irían a comprar.

-¿Os apetece si después nos metemos un rato en la piscina?-Propone Damiano cogiendo su vaso de agua.

-Es una gran idea.-Acepta rápidamente Claudia.-Me he traído un bikini nuevo, precioso.

-Bueno, yo me refería a Ethan, Vic y Thomas...-Responde Damiano algo incómodo.-Mañana puede que se te haga difícil despertarte si te quedas hasta tarde despierta.

-Ah, bueno.-Dice Claudia aún más incómoda.-Yo me voy ya a la habitación ya, se me ha quitado el hambre.

Sin decir ni una sola palabra nadie se levantó y subió a la habitación. Yo estaba un poco a mi bola, sin entender muchas cosas de mi amiga. Quizá sonaba muy repetitivo, incluso ya era agotador para mi mente, pero no conseguía entender ese cambio tan repentino de ser Claudia, la amiga que conocí en un momento de mierda, y que incluso en esos momentos tan horribles era mejor persona, mejor amiga, sentía que de verdad era mi familia, porque me cuidaba, me animaba, éramos uña y carne como se suele decir. Pero ahora en cuanto podía me echaba tierra a los ojos, me trataba como si yo la hubiera destrozado la vida. ¿Para esto quería que viniese a Italia? No entendía la situación, quizá de verdad había hecho algo y ahora se estaba vengando, pero, ¿el qué pude hacer?

-Mary, ¿estás bien?-Pregunta Victoria mirándome con preocupación.

-¿Qué?-Pregunto saliendo de aquellos pensamientos.-Perdón, creo que estaba en otra dimensión, ¿qué me habéis dicho?

-Estabas con la mirada fija en la ventana y aún sigues espachurrando el trozo de pizza que te quedaba.-Me explica Thomas dándome un par de servilletas.

-Lo siento, a veces hago cosas sin querer mientras me como la cabeza.-Dejo el trozo de pizza en mi plato y cojo las servilletas que Thomas me ofrecía.-Creo que yo también me iré a la cama, pasarlo bien en la piscina.

Me levanté y cogí mi plato y el de Claudia y antes de irme los lavé. Me despedí del grupo y subí las escaleras, en la planta donde me dirigía no se escuchaba nada, asique supuse que Claudia ya estaría más que dormida. Entré en la habitación con cuidado, la luz estaba encendida, pero no le di mucha importancia. Cierro la puerta despacio, y me giro hacia la cama. En milésimas de segundo me encontraba agachada en el mismo sitio donde me encontraba mientras los cristales caían sobre mí.

En el momento que me giré tras cerrar la puerta vi a Claudia sentada en la cama con un vaso de cristal en la mano, el cual me arrojó con suerte de romperlo contra la puerta, ya que yo me había agachado en el suelo.

-¿Por qué me dejas sola?-Pregunta enfadada.- ¡RESPONDE!

-¿Sola de qué Clau?-Pregunto levantándome con miedo.- ¿De qué hablas?

-¡Me he tenido que subir sola a la habitación a pesar de que no nos querían a ninguna de las dos allí!-Exclama a voces.- ¡No eres una amiga de verdad! Me dejas sola siempre que puedes, nunca me das la razón, ¿te piensas que eres mejor que yo?-Esta vez coge un bote de crema, también de cristal.

-No, no, Claudia, no me creo mejor que nadie.-Intento que entre en razón.-Desde que he llegado no has hecho nada más que intentar hundirme, ¿te crees que eso es de ser buena persona?-Me acerco a ella lentamente.-Si no te doy la razón es porque no la llevas, como ahora.

-¡Siempre llevo la razón!-Exclama de nuevo apretando un puño.- ¡Quieres hundirme tú la vida! Desde que has llegado no dejas de recordarme el pasado, no dejas de querer ser la mejor en todo.-Su mirada cambia totalmente, no me daba buena energía.-Y como no quiero seguir sufriendo por tu culpa, será mejor que te mueras.

Prisión Mental [Ethan Torchio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora