-Mucho ego.-pensó -¿Como alguien tan pequeña puede ser tan egocéntrica?
Merlin observo como la de menor estatura fruncía el ceño y contestaba sin quitar la vista de en frente.
-¿Cómo alguien tan poderoso puede ser tan tonto?-contra atacó la pelirroj...
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ᴛʀᴀɪᴛᴏʀ
ELAIN TENÍA la cara del mismo color que su cabello. Estar de cabeza hacia que toda la sangre en su cuerpo terminara en su cabeza.
Estaba empezando a sentirse mal, intento cortar la cuerda que tenía preso su pie, sin embargo Merlín la había hechizado para que está no pudiera ser cortada.
Hace una media hora habían empezado su entrenamiento dentro del bosque que se encontraba cerca de su hogar. Ambos se habían ido por caminos diferentes y tenían que encontrar la manera de atrapar al otro.
Si no se sacaba la cuerda pronto, iba a perder.
Analizo todo a su alrededor y agudizó su oído esperando que Merlín no estuviera cerca.
Había sido tan tonta en caer en la trampa que ella misma le había enseñado a hacer para cazar animales. La había escondido tan bien que la pelirroja no se había percatado de que caería.
La cuerda rodeaba su pie derecho sobre su bota, su otra pierna trataba de mantenerla recta para no lastimarse.
La cuerda rodeaba su bota.
Elain se dio un golpe mental por no haberse dado cuenta antes. Se elevó un poco con ayuda de dos esferas escarlata que salían de sus manos, y con sus manos se quitó sus botas siendo liberada de la cuerda.
—Fue más fácil de lo que creí.— dijo en el suelo mientras se sacudía el polvo de ropa.
Escucho los pasos de Merlin así que envolvió su pie en materia roja y se coloco en la posición que debía de estar según el mago.
—Fuiste Merlineada.—el joven se acercó hacia ella, burlón.
Elain contuvo la risa debido a qué esa frase le parecía tan graciosa y tan poco original. Lo miro seria.
—Si si, lo que sea, ya bajame que creo que voy a vomitar.—dijo haciendo cara de asco.
Merlín se acercó hacia un árbol donde la cuerda estaba amarrada,y antes de que hiciera algo. Sintió un golpe en su cabeza.
Elain le había lanzado ambas botas a su cabeza y ahora lo estaba sujetando por los pies con ayuda de la magia roja que salía de sus dedos.
Ahora Merlín era el que estaba de cabeza, con ambos pies amarrados. El mago se cruzó de brazos y mientras veía a la pelirroja frente a el, sus caras habían quedado a la misma altura.
Elain sonrio orgullosa y comenzó a burlarse de su amigo.
—La última vez que me dijiste eso terminaste en el piso de un callejón.— la pelirroja se acercó hacia el y tomo sus mejillas.
Merlín se quedó paralizado ante las acciones de su pequeña amiga. La miro unos segundos hasta que sintió que está lo pellizcaba y jalaba sus mejillas hacia los lados.
