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—Por favor, Harry. Hablemos... –Draco miraba hacia los lados del pasillo, viendo a las personas que se habían juntado alrededor de ambos–a solas..

–¡¿Por qué?!, ¡¿que tienes que decirme?! –Preguntó Harry gritando con lágrimas en los ojos, estaba furioso y dolido.

El pecho le dolía y sentía cada uno de sus sentidos cada vez más débiles, como si en cualquier momento pudiera caer inconsciente.

—No hay nada que hablar Draco, ni mucho menos nada que el resto de las personas aquí presentes no puedan saber—dijo Harry señalando con ambos brazos a las personas que ahora sí estaban rodeandolos sin intención de desviar la mirada de la situación, una sonrisa rota apareció en sus labios mientras las lágrimas caían sin detenerse—que todos se enteren que te entregue todo de mi, pero que al parecer, nada de ello fue suficiente. ¡Que el maldito mundo se entere, que Draco Malfoy y yo hemos terminado lo que fuera que tuvimos!

Todos los presentes soltaron exclamaciones de sorpresa, para empezar a cuchichear entre ellos mientras Draco los miraba nervioso y dirigía miradas tristes a Harry. Todo se quedó en silencio cuando una despeinada Astoria Greengras corría lejos de Hermione, Ron y Pansy,quienes llevaban sus varitas en alto apuntandolas. Nadie evitó el grito de sorpresa al ver la escena de como la chica corría a refugiarse detrás de Draco, mientras este miraba a Harry.

—Espero que sean muy felices juntos, se merecen uno al otro—Dijo Harry soltando una risa amarga y dejando caer unas últimas lágrimas antes de abrirse paso entre las personas y corriendo lejos de la situación, dejando a Draco sin nada que decir.

Hermione y Ron lo miraron furiosos mientras pasaban por su lado antes de correr detrás de su amigo, Draco cruzó miradas con una furiosa Pansy mientras está negaba con la cabeza y se alejaba de ahí.

Después de unos minutos todos los expectadores siguieron en lo suyo, Draco no se había dado cuenta de cuánto tiempo estuvo parado en el mismo sitio hasta que un jalón en su túnica lo sacó de sus pensamientos. Miró a la chica que había olvidado por completo que estaba detrás de él, ella le mostró una sonrisa triunfante.

—¿Seguimos en lo que estábamos, cariño?—Preguntó ella con voz melosa, Draco la miró antes de asentir y caminar con ella a su lado.

Sin dejar de pensar en aquellos ojos esmeralda que momentos antes lo habían mirado con una tristeza y rencor.

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Las semanas pasaron rápidamente, su relación con Astoria era conocida en todos los rincones de Hogwarts y del mundo Mágico, así como su rompimiento con Harry Potter. Draco sabía que tenía que hablar con Harry, aclararle que nada de eso era como él hubiera querido que fuera, contarle que esperaba que fueran amigos o al menos que le dejara explicarle porque no le había contado antes, pero nunca fue posible.

Harry Potter se había encargado de no encontrarselo ni por accidente, había hecho todo porque sus clases fueran cambiadas para no toparse con los Slytherin's y según sabía, ahora tomaba clases con los Hufflepuf, llevándose consigo a Granger y Weasley a quienes ya tampoco solía ver, a excepción de las veces que sus amigos estaban con ellos. Hubo unas cuantas veces que creía poder conseguir esa oportunidad pero Harry casi siempre estaba con sus amigos quienes ahora le dirigían miradas de odio.

Pansy y sus amigos seguían estando con él, y platicaban de cosas sin sentido evitando por completo el tema de su traición hacia Harry, pero eso no evitaba que se diera cuenta que poco a poco se estaba alejando también de ellos. Estar con una Greengras implicaba mucho tiempo en reuniones y eventos, sin contar que los momentos que pasaban ellos dos solos eran muchos ya que la chica parecía no querer alejarse de él.

Sentido de la ironíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora