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No era la primera vez que las lágrimas caían por sus mejillas en el último minuto del año, pero por primera vez, no podía identificar si eran de felicidad o tristeza.

Se sentía aliviado al mismo tiempo que destruido. Suponía que era tal como ese momento que todos dicen que llegas a experimentar en algún punto de tu vida, ese momento en el que sabes que has sufrido y llorado lo suficiente, tanto que comprendes que lo que sea que viene después no puede dolerte más. Si, así se sentía.

Sentía que una parte de él se hallaba en el suelo agonizando, mientras que otra parte lo miraba desde arriba con una mirada llena de desprecio.

Sintiendo pena por aquella agonía que azotaba su corazón.

—¿Harry?—la voz de Hermione lo hizo desviar la mirada del cielo estrellado sobre él. La miró sin ocultar sus lágrimas, estaba cansado de eso.

—¿Crees que él también lo vea?—preguntó él devolviendo su mirada hacia arriba.

—El cielo sobre ti, siempre será el mismo que se encuentre sobre él.

Una risa amarga salió de lo más profundo de su garganta mientras las lágrimas caían por su mejillas sin detenerse.

—No. Este pedazo de cielo sobre nosotros, no es el mismo que él puede ver. Porque aquellos pedazos de cielo que en algún momento estuvieron sobre ambos, ahora están perdidos por algún lugar del planeta, están tan perdidos como nosotros. El cielo que nos cubre a cada uno, está tan separado y alejado como nosotros lo estaremos siempre—su mirada se dirige hacia la chica con ojos vidriosos por las lágrimas que querían salir, él sonrío con tristeza—. Cómo quizá debimos haber estado siempre.

—No creo que...

—Le entregué mi amor sin ninguna condición, sin esperar nada más a cambio excepto que me amará. ¿Cómo pudo dejar de amarme, Mione?

La chica miró a su mejor amigo, su mirada reflejaba el miedo, tristeza, rabia y decepción.

—Quizá no ha dejado de amarte.

—La verdad, es que ni siquiera estoy seguro de si alguna vez lo hizo.

—Harry...

—Desearía poder olvidar cada cosa de él, poder mirarme al espejo sin preguntar quien se encuentra frente a mi. Desearía poder ser algo más que los vestigios de lo que alguna vez fui y que su adiós destruyo.

Ella lo observo sin saber que decir, sabia que ninguna palabra dicha por ella lo haría cambiar de opinión. Porque ni siquiera ella estaba segura de lo que se suponía, Draco Malfoy había sentido.

—¿Que tienes en la mano?—Pregunto cuando su mirada se enfoco en la mano de su mejor amigo.

—Lo ultimo que me queda de él, de mi, de lo que fuimos. De lo que fui...—Hermione miro lo que Harry le mostro cuando abrió su mano.

Un pequeño soldado de plástico y un pedazo de pergamino con tan solo dos palabras escritas en el.

"Se feliz"

—Una parte de mi, una muy estúpida y sínica, esperaba que no se rindiera jamás. Que quizá me diera tiempo de sanar y que él viera que lo amo como a nadie, que quizá no es a ella a quien ama y que solo estaba confundido. Pero...creo que ya no queda nada que esperar, esta es su despedida.

—¿Y tu estas listo para despedirte de él?

Él negó lentamente con la cabeza dejando caer mas lagrimas. Hermione se acerco hasta estar frente a él antes de rodearlo con los brazos.

—Quiero creer que el día menos pensado, simplemente dejare de pensarlo y extrañarlo. Y que incluso, dejare de amarlo, pero no ahora. Simplemente no puedo.

—Esta bien, tranquilo—Hermione no sabia si podría soportar seguir viéndolo así, mucho menos cuando en cuanto ella dijo esas palabras, Harry se derrumbo en su abrazo.

Ninguno dijo nada por un tiempo, solo que quedaron ahí abrazados entre la oscuridad de la primera noche de un nuevo año. Ella sabia que no había vuelta atrás, ella vio la decisión y el dolor en la mirada perdida de su mejor amigo cuando este se separo de ella con una sonrisa vacía.

—Sera mejor que vayamos con los demás, deben estar preocupados—Hermione asintió sin saber que decir, ella realmente quería poder decir algo, hacer algo más que solo quedarse ahí viéndolo sufrir.

Pero no sabia como, y eso la hacia sentir una mala amiga. 

Caminaron uno al lado del otro hacia la casa que los esperaba unos metros delante, ella tomo su mano y la apretó tratando de que él entendiera que ella estaba ahí, que siempre lo estaría. Hermione lo volteo a ver con duda cuando se detuvo, Harry no la miro pero mantuvo su mirada en el pequeño juguete que tenia en la mano.

—¿Harry?

—No importa lo que pase, no volveré a estudiar en Hogwarts, Mione. No volveré, porque quiero ser alguien nuevo, yo también quiero ser feliz—él la miro con una mirada de disculpa—. Se que quizá soy un cobarde por no querer verlo, pero necesito acabar con este amor de una vez por todas, y aunque me justaría engañarme y regresar para estar con todos ustedes. Se que no seré capaz de dejar de sentir esto si sigo estando donde todos nuestros recuerdos juntos aun me duelen.

Su mirada regreso al pequeño objeto antes de apretarlo con fuerza en su manos.

—Lo siento...

—Harry—Hermione lo llamo tomando su rostro entre sus manos obligándolo a mirarla, obligándose a no llorar—, no tienes porque pedir perdón por nada. ¿De acuerdo? Eres mi mejor amigo y una de las personas que más amo en este mundo, solo quiero que seas feliz, incluso si eso significa ya no verte todos los días, ni decirte que deber cortar tu pelo porque ya esta muy largo o salir a Hogsmeade para comprar dulces. Eso no importa mientras tu estés bien. Todos estaremos bien.

—Pero...

—Pero nada, Ron y yo estaremos bien, los gemelos seguirán haciendo bromas, Ginny y Luna seguirán siendo amigas. Todos te amaremos sin importar donde estés o con quien estés, eres nuestro amigo, nuestra familia. Y yo no iré a ningún lado, siempre sabrás donde encontrarme y siempre estaré dispuesta ayudarte. Eres una parte de mi Harry James Potter e incluso estando separados por millones de kilómetros, una parte de mi siempre siempre estará contigo. ¿Bien?

Harry asintió sin dejar de mirarla entre lagrimas.

—Tu también eres parte de mi Hermione, siempre lo serás.

Ambos sonrieron antes de volver a abrazarse, Harry sabia que era amado y eso era lo que tenia que moverlo. Porque si, al otro lado del mundo había alguien a quien él amaba y por quien no era amado, sin embargo, la gente que lo quería y siempre lo haría se encontraba ahí. Su mejor amiga tomaba su mano mientras él aventaba el pequeño juguete al lago que se hallaba frente a él, el resto de su familia estaba en aquella casa que irradiaba felicidad, sus amigos, su padrino, sus hermanos. Todos estaba ahí esperando por él, para demostrarle que no importaba que pasara, él siempre tendría amor.

"Se feliz", eso es lo que decía la nota.

«Seré feliz», se había dicho Harry aquella noche. No porque aquel recuerdo se lo dijera, sino, porque realmente deseaba serlo.

Hermione camino a su lado hasta que llegaron a la puerta de la vivienda, todos sonrieron al verlos llegar y celebraron con ellos.  Ella sonrió con alegría cuando un ligero brillo en los ojos de aquel chico que ahora se sentaba junto a Harry apareció en su mirada cuando lo vio entrar. Nadie sabia que sucedería a continuación, pero todos estaban de acuerdo en algo, este había sido el final de una pequeña pero hermosa historia de amor. No había nada más, nada que aquellos adolescentes pudieran ofrecerse o si quiera pudieran arreglar.

Dicen que el amor adolescente es el más prometedor, el más esperanzador pero también el más ignorante. Un amor tonto.

Un amor adolescente entre dos magos poderosos. Dos magos que antes de ser amigos fueron enemigos, pero que siempre fueron uno para él otro. Sin embargo, los adolescentes son tontos, no es que no entiendan lo que es el amor, quizá solo no entienden que no solo se trata de lindas palabras y muestras de afecto.

El amor es más, siempre tiene que ser más.

~YC 𓆗

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⏰ Última actualización: May 05, 2023 ⏰

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