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Cuando salio del baño solo pudo negar con la cabeza divertido al ver la escena de sus dos amigos riendo sobre la cama, Isa reía como loca mientras Leo le hacia cosquillas riéndose también. Harry no pudo evitar pensar en lo diferentes que eran de Ron y Hermione, eso lo había notado desde el momento en el que lo conoció. No podía creer que ya hubieran pasado tantos meses desde entonces.

Recordaba la manera en la que todos lo miraban cuando paso por los pasillos del colegio con su baúl a un lado, él miro el lugar con nerviosismo y decisión, estaba dispuesto a  todo con tal de olvidar.

Incluso recordaba como fue que al chocar por accidente con aquella chica un poco más baja que él, y como ella solo le sonrió tranquilizándolo. Harry no sabia porque la mirada de ella solo le transmitió un sentimiento de tranquilidad que le gusto, y solo pudo saludarla y aceptar cuando ella se ofreció a mostrarle donde estaban los dormitorios.

—Eres nuevo, ¡genial! Aquí casi no pasa nada interesante, de hecho, tu eres lo único interesante que ha pasado desde hace años—Ella le dijo sonriendo, él sonrió de igual manera tratando de no mostrarse nervioso.

No le gustaba sentirse de ese modo, porque le recordaba a cuando era niño y entraba a un nuevo curso, él sabia que no tendría amigos gracias a su tonto primo y no se hacia esperanzas de tener alguna amistad, hasta que le llego la noticia que le cambio la vida. 

Ahora se sentía así, con esa tristeza de creer que estaria solo, estar solo despues de haber dejado todo lo que amaba atrás.

—¿Quien es tu apuesto amigo, Isa? Estoy seguro que no lo había visto por aquí.—La primera vez que vio a Leo fue ese mismo día, él se acerco a ellos cuando llegaron a una pequeña sala que Harry pensó era una versión de una sala común.

—Por supuesto que no lo habías visto por aquí, tonto. Él es James y acaba de llegar—Habia respondido Isa mirándolo.

—James Potter—Habia interrumpido Harry cuando él estaba por decir algo.

—Es un verdadero placer, James. Soy Leo, Leo Laurent.—Respondió él con una sonrisa en los labios, Harry le sonrió aún más nervioso.

—Bueno, si ya dejaste de molestar a James. Tengo que mostrarle su habitación.—Isa había tomado del brazo a Harry llevándolo consigo hacia unas escaleras que subían hacia dos pasillos distintos, y él solo pudo pensar que probablemente se trataba del lado de dormitorios para chicas.

Leo los seguía sin dejar de mirar a Harry, lo que lo hizo sentirse un poco incomodo y nervioso. No pudo evitar pensar en la ultima persona que le había lanzado una mirada de esas, una mirada que decía que él realmente era apuesto y que alguien lo había notado. Y eso, le revolvió el estomago de mala manera, odiaba pensar en él.

Cuando llegaron a un pasillo repleto de puertas que parecían ser las habitaciones, Isa lo guió hasta una de ellas que se encontraba en el centro de todas. Él pudo ver las letras doradas pegadas en la madera y casi por inercia una sonrisa se dibujo en su rostro.

«Potter»

—Esta es tu habitación, la mía esta del otro lado de las escaleras así que si necesitas algo puedes ir. Mi puerta dice Moreau así que no dudes en ir cuando lo desees.—Isa sonrió con dulzura, como cuando ves a un niño asustado despues de ver una película de miedo y tratabas de tranquilizarlo diciéndole que nada le haría daño por que no era verdad. Así se sentía Harry, como un pequeño niño asustado y nervioso.

Y odiaba eso.

—La mía esta a un par de puertas de aquí, así que tampoco es tan necesario que la vayas a buscar tan lejos—Habia interrumpido Leo sin dejar de sonreír.

Sentido de la ironíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora