Capítulo 22

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Pasaron seis meses, algunas cosas cambiaron y muchos, otras no tanto. Nico vive conmigo y con él nadie se puede aburrir pero eso sí, todos se pueden volver locos. Nos llevamos muy bien en la convivencia diaria, nos vemos todo el día, si no es en el trabajo, es en casa y sino organiza salidas pero no me ha dejó nunca sola en estos meses, aunque se lo haya pedido de mil formas diferentes. En la comisaria integraron a María, luego del trabajo en equipo que hicimos con ella, Nico y yo, además de valorar el modo operandi y los resultados también vieron el gran equipo que hacemos los tres, así que Manuel le pidió que formara parte del equipo de elite que pertenecemos. Desde entonces trabajamos en una gran armonía y profesionalismos y si a eso le agregamos los resultados, todo va mejor que nunca. Diego, Mia, Tina y el niño nos visitan al menos una vez a la semana, aunque intentan hablar de Gastón yo no les permito. Desde que se fue hace seis meses con Estela, no me envió un solo mensaje ni una sola llamada. Para todos, bueno casi todos creen que estoy superando todo lo que me ha pasado en este año, claro está que ha Nico, Manuel, Tina y a Diego no los puedo engañar ni que hablar de Maru, que no deja de pedirme que saque todo lo que tengo adentro. Pero no quiero, si hablo tengo que recordar y solo quiero olvidar.
Tengo mucho trabajo, entre el hospital y los operativos cada vez tengo menos tiempo libre pero si hay algunos minutos libre me voy al gym para no pensar, todavía tengo muy presente la imagen de Gastón tomando el brazo de Estela y yéndose de mi casa sin mirar atrás, me duele y mucho. Lo peor de todo es que sigo esperando que vuelva y que me diga que me elige a mí.
Además de los cambios en estos meses, también hubo grandes noticias. Hace cinco meses atrás cuando confirmamos que no corríamos peligro alguno, Manuel nos invitó a cenar a su casa y ahí nos presentó a Jimena, su novia que además está embarazada de seis meses, resulta que como Diego, hace tiempo que tiene una relación con ella pero para protegerla no hizo oficial su noviazgo hasta que todo terminara, se ve muy enamorado y feliz, eso me alegra mucho se lo merece. Esa misma noche Nico y María nos contaron que están juntos y que llevan una relación algo explosiva ya que tienen personalidades fuerte, fue una sorpresa para todos, aunque yo ya lo sospechaba, hacen una gran pareja.
Juan me habla por teléfono tres o cuatro veces a la semana, desde que se fue de mi casa, está viviendo en Alemania, antes de irse del país les entregó casi todos los negocios a Velázquez con la condición de salirse, gracias a Juan pudimos desactivar todas las bandas en Argentina con la condición de protegerlo y no enviarlo a la cárcel, eso sí un error y va derecho, sin escala, a la cárcel y se dedicó de lleno a sus empresas, las legales, está muy contento con su nueva vida, no deja de hablar de sus respectivos viajes y de su secretaria, aunque insisto para que me cuente si pasa algo, si bien fue idea de él que seamos amigos, todavía no se siente cómodo en contarme esas cosas y lo entiendo. Lo nuestro lo va superando lentamente, y aunque no me lo dice abiertamente sé que es gracias a Camila, su secretaria. Me alegra y ruego que pronto se decida a empezar una relación con ella y sea feliz, se lo merece.
Las bocinas me sacan de mis pensamientos y hace que regrese a la realidad, ya está la luz verde acelero y en unos minutos estoy estacionando mi auto me toca trabajar en el hospital, tengo pacientes que atender, nada urgente pero eso me llevara todo el día, así que le dije a Clara que solo me llame si surge algo urgente al teléfono del hospital porque hace un par de semana que mi celular no está funcionando bien, a pesar que Nico y yo nos hemos quejado en la empresa de celular por el pésimo servicio que nos brinda a él y a mí, nos aseguran que no han recibido quejas más que las nuestras y que no es responsabilidad de ellos así que estamos incomunicado porque tampoco funciona el teléfono fijo de casa y por ende el internet.
Los demás no tienen este inconveniente porque hace unos meses todos decidieron cambiar el número de celular pero Nico y yo no lo hicimos, tenemos muchos contactos como para avisar uno por uno que cambiamos el número. Me pasé toda la mañana trabajando y en la tarde ordenando y guardando las historias clínicas, para que siga su curso. Estoy trabajando muy concentrada me sobresalto cuando suena el teléfono, atiendo sin dejar de mirar el monitor de la computadora.
-¿Si?
-¿Dónde estás? -Me pregunta Manuel sin saludar.
-Terminando de guardar las últimas historias clínicas, ¿Por qué?
-¿A esta hora?
-¿Qué tiene?
-¿Sabes qué hora es?
-La verdad que no. ¿Qué hora es? -Pregunto con un tono irónico.
-Las nueve de la noche. -Sin creerle miro el reloj de la computadora, en efecto es esa hora, no me di cuenta que ya tenía que estar en mi casa.
-Bueno termino con esto y me voy a casa.
-No, ya.
-¿Y eso por qué?
-¿Has olvidado que día es hoy?
-No, te llamé temprano para saludarte y te envié un desayuno a la oficina, así que no creo que me haya olvidado.
-Me refiero que esta noche vamos a un restaurante a festejar mi cumpleaños, es el primero que puedo festejarlo con mi familia y mi novia, todos juntos.
-Lo entiendo pero yo no voy...
-¿Cómo que no vas?
-Van todos en pareja yo no voy a estar cómoda...
-No te preocupes Nico se encargó de eso...
-¿Qué hizo?
-Llamó a Facu un amigo, lo invitó y además ya me canceló Gastón, así que no tienes excusas, por lo tanto vas a tu casa te bañas y te pones más hermosa de lo que ya eres y te espero en una hora y media en el restaurante, y es una orden.
-Está bien.
Cuando terminé la llamada sin esperar un segundo, apagué la computadora y las luces, cerré todo y me fui a mi casa, ahí me están esperando Nico, María y Facu, luego de saludarlos a todos me fui a mi dormitorio me bañé y me puse un vestido azul corto unos zapatos altos y el cabello recogido. Una hora después estamos los cuatros entrando al restaurante. Ya están todos los invitados de Manuel que al vernos vino a nuestro encuentro a saludarnos y nos presentó a los padres de Jimena, su novia.
Fue una velada muy agradable entre festejos, brindis y risas. Facu es muy divertido y una gran persona, lo conozco desde hace tiempo forma parte del círculo íntimo de amistades de Nico.
Al terminar la cena, los padres de Jimena y de Manuel se fueron, todos decidieron ir a un bar, el que está de moda, así continuamos con el festejo del cumpleaños. Al llegar nos fuimos a una mesa libre y pedimos unos tragos, luego comenzó la música y la gente baila en el centro del local, Facu que no se ha despegado de mí ni un minuto, me invitó a bailar y acepté. Nos fuimos a bailar, en cuanto llegamos al centro de la pista, él me tomó de la cintura y me acerco a él hasta quedar bien pegados y así bailamos aunque la música no exigía estar tan cerca, me incomoda pero no me aparté porque al llegar a su cuello pude percibir su perfume, es el mismo que usa Gastón y al cerrar los ojos me imaginé que estoy bailando con él, tanto que me lo creí. Así bailamos varias canciones hasta que se me acercó al oído y me dijo.
-No sabes lo bien que la estoy pasando. -Abrí los ojos y me aparté lo suficiente al comprobar que todo fue una imaginación, se me llenaron los ojos de lágrimas, al verme así me preguntó. -¿Te encuentras bien? -Asentí y le dije.
-Volvamos a la mesa. -Me aparté de él y nos fuimos a la mesa, María al verme que apenas puedo controlar las lágrimas me pidió que la acompañara al servicio de dama, Jimena, Mía y Maru nos acompañaron.
Al llegar yo me apoye en la pared mientras las demás ocupaban los servicios libres.
-¿Qué pasó? -María preguntó en voz baja.
-Ya no puedo más, me voy a mi casa, discúlpame con el resto.
-Espera ¿cómo te vas a ir así?
-Fue un error venir.
-Pero ¿Qué pasó? ¿Por qué estas así?
-Nada solo...
-No me vengas a decir que no te pasa nada, si fuiste a bailar muy animada y cuando volviste estabas a punto de llorar.
-¿Lo viste? -Preguntó Maru mientras se une a la conversación.
-¿A quién? -Preguntamos unísonos María y yo.
-A Gastón, ¿Quién más?
-¿Esta aquí? -Pregunté algo desconcertada, y a la espera de una respuesta que no sé si quiero que diga que si o que no, no pude contener los nervios.
-Sí, llegó minutos después que llegáramos nosotros y se escondió en un rincón. -Sin pensar más comencé a caminar hacia la puerta y cuando salieron Mía y Jimena, al verme no entendían nada y se asustaron.
-¿Qué pasa? ¿A dónde vas? -Preguntó Mía.
-A mi casa. -Dije sin dejar de caminar hacia la puerta, cuando la abrí salí corriendo y me tropecé con la razón de mi huida, me sujeto de los brazos para frenarme pero no dejo de moverme para liberarme y salir de ese lugar.
-Suéltame. -Dije en un ataque de nervios.
-Tranquila.
-Suéltame. -Repetí mi pedido pero esta vez entre sollozos.
-Guada soy yo, cariño tranquila. -Y me abrazo impidiendo cualquier movimiento. Y con la mano libre me sujeto la cabeza en su pecho, pude sentir lo fuertes latidos de su corazón. Ya más calmada le dije en un susurro.
-Suéltame, por favor.
-Necesitamos hablar. -Dijo mientras me suelta lentamente, una vez que me soltó di unos pasos para atrás, vi como todas nos miran con una sonrisa y nos dejan solos. Me sequé las lágrimas y comencé a caminar para la salida, pero me sujeta del brazo y me dice.
-¿Dónde crees que vas? -Algo irritado.
-Eso a ti no te importa.
De algo estoy segura que aquí no me puedo quedar, pude soportar como se fue con ella, como la eligió a ella dos veces, una tercera no lo soportaría. Todavía no me recupero de la segunda, tengo que poner distancia.
-De aquí no te vas sin que hablemos. No ves que vine por ti. Solo por ti. -Me di media vuelta para irme pero, de un empujón me hizo entrar al baño y cerró la puerta.
-¿Pero qué haces?
-¿Qué crees?
-¿Te has vuelto loco?
-Ya te dije tenemos que hablar y...
-Yo no tengo nada de qué hablar contigo.
-Bien, escucharas lo que tengo para decirte. -Dijo acercándose lentamente mientras yo doy pasos hacia atrás hasta que quede atrapada entre la pared y él. Mirándome a los ojos vi mucha desesperación, estiró la mano y me tomó la mano y me acercó a él, no puse resistencia. Se acercó tanto que apoyó su frente en la mía, ambos cerramos los ojos y dijo.
-Cariño, no sabes cuánto me duele que intentes escapar de mí. -Lo expresó en un susurro, al escuchar decir eso se me escaparon unas lágrimas y a partir de esas primeras le siguieron otras y no pude controlar a las que seguían. -¿Por qué me miras con dolor...? -Abrí los ojos al escuchar la pregunta.
-¿Y lo preguntas? -Le dije entre sollozos, él abrió los ojos y al verme llorar se apartó un poco, desconcertado. -Déjame ir, por favor. Estoy intentando olvidarte, házmelo fácil. -Me miró desesperación y me dijo.
-Mi amor no quiero que me olvides.
-Por favor, no me llames así.
-¿Por qué?
-Porque entre tú y yo no hay nada.
-¿Que no hay nada? Yo te amo...
-¡Por favor! -Le dije empujándolo y yendo a la puerta. -¿No voy a ser la otra? ¿Me has entendid...?
-¿La otra? -Me interrumpió.
-Si.
-¿De qué hablas?
-De Estela, de ella hablo. -Abrí la puerta y estoy saliendo cuando escucho.
-Terminamos hace meses...
-¿Cómo dices? -Dije dándome la vuelta para mirarlo de frente mientras cierro la puerta y me apoyé en ella, sino seguro que me caigo por cómo me tiemblan las piernas.
-El día que nos fuimos de tu casa, le expliqué que estoy enamorado de ti, y le dije que me quiero casar  contigo y formar una familia, ella lo entendió y se fue con Pablo ese mismo día de casa. -Me dijo con los ojos llenos de lágrimas.
-¿Pero por qué no regresaste? Te estuve esperando... -Dije y las traidoras lágrimas comenzaron hacerse presente sin poder controlar. -Te esperé todo el maldito día, y el siguiente y el siguiente hasta que María me dijo que no volverías, y tuve que convencerme que lo nuestro se había terminado y que tenía que empezar a vivir sin ti. Y cuando estoy tratando de asumir vienes y me dices todo estos. ¿Por qué? -Dije entre sollozos.
-No llores, cariño.
-Responde por favor.
-Me moría por volver pero...
-¿Qué te lo impidió? ¿Tú falta de criterio?
-Por favor basta con eso, a esa maldita frase la dije cuando hacia menos de media hora me había enterado de lo que había pasado en mis narices y no lo había ni sospechado.
-No respondes a mi pregunta.
-¡Diego!
-¿Qué tiene que ver mi hermano en todo esto?
-Todo, él al llegar a casa, me pidió que no te buscara hasta que tú lo hicieras, que necesitabas tiempo y espacio para superar todo lo que habías pasado y le prometí que no te buscaría... -Dijo mientras se le escapa unas lágrimas.
-Te necesité, en estos meses te necesité mucho. Si pude soportar verte con ella y estar lejos de ti, era porque al final íbamos a estar junto, y me encuentro con un final totalmente diferente al pensado, al deseado.
-¿Y te piensas que la pasé bien en estos meses esperando una llamada, un mensaje que me pidieras que fuera a estar contigo? -Me fui bajando hasta llegar a sentarme en el piso, me cubrí la cara con las manos y comencé a llorar sin parar. Unos segundos después sentí como se acercó y me abrazo con fuerza y dijo.
-Ya estamos juntos cariño. Y esta vez no le voy hacer caso a nadie que me diga que tengo que hacer lo contrario, aunque seas tú misma. -Levanté la cabeza y lo miré a los ojos y él con una sonrisa.
-¿Me lo prometes? -Le dije en voz muy baja.
-Te lo prometo. -Nos levantamos y me besó. En eso la puerta se abrió con tanta fuerza que casi rompe la pared al estrellarse contra ella, entra Diego súper enojado y a los gritos, seguido del resto de nuestros amigos, Nico y Manuel lo sujetan para que no se pelearan. Gastón me puso atrás de él.
-¡Gastón lo prometiste!
-Diego... -Intentó defenderse pero no se lo permitió.
-Diego nada, quedamos que si ella te buscaba recién podías acercarte a ella, ¿no te has dado cuenta cuanto a sufrido?
-¡¿Qué hiciste qué?! -Preguntó Nico, muy enojado.
-Diego, lo cumplí pero no pude soportar los celos que me dió verla en los brazos de otro cuando bailaba. Por favor entiéndeme.
-¡Lo prometiste!
-¡¿Cómo que le prometiste eso?! -Dijeron en unísono María y Nico a Gastón.
-¡No se metan! esto es entre él y yo. -Les gritó Diego señalando a Gastón.
-¿Qué no me meta? -Pregunto desencajado Nico.
-¡Exactamente no te metas! -Repitió Diego a los gritos.
-Como no nos vamos a meter si hemos sido testigo de cómo Guada esperó a que Gastón regresara día tras días, hasta que tuve que decirle que no regresaría... -Intentó explicar María pero la interrumpió Nico.
-Era triste verla llorando a moco tendido...
-¡Nico no estoy para tus cosas! -Interrumpió Diego.
-¡Diego ya basta! -Le grité para que me pudiera escuchar, cuando conseguí que me mirara le dije. -Te agradezco que siempre busques protegerme pero aquí no puedes intervenir. Diego... lo amo. Y en estos meses he sufrido mucho...
-No te das una idea de lo que ha sufrido ella y nosotros viéndola en ese estado agudo de tristeza, así que no me digas que no me meta. -Dijo Nico muy enojado, creo que es la primera vez que lo veo en ese estado.
-Guada yo lo hice... -Intenta explicar Diego con mucha culpa.
-Diego, sé que lo hiciste por mi bien, y te lo agradezco. Pero mi bien es estar con este hombre que tanto amo y me ama. -Le dije mientras nos abrazamos.
-¡Al fin! Te veo sonreír hermosa, de haber sabido que lo que pasaba en realidad hubiera sido más fácil juntarlo que lo que hicimos.... -Dijo Nico, lo miré confundida.
-¿Qué has hecho? No me digas...
-Si Guada todo fue un plan y Facu nos ayudó. Para que alguno de los dos reaccionara -Dijo María mientras abraza a Nico que sonríe como un niño que ha sido descubierto de su travesura.
-Y fue un placer. -Dijo Facu.
-¿Cómo? -Pregunté cada vez más confundida.
-Nico le pidió a Facu que usara el mismo perfume que usa Gastón para que lo tuvieras más presente que nunca... -Explicó María.
-Y que a mi seña te llevara a bailar como lo hizo, menudo sacrificio compadre -Dijo Nico mientras le da un abrazo a Facu.
-Pero si Gastón no iba a venir... -Afirmé pero él me interrumpió.
-Lo sé, me lo dijo Manuel, por eso me encargué de que viniera.
-¿Qué hiciste?
-Mandarme un mensaje que supongo que la equivocación fue intencional. -Respondió Gastón.
-Exacto, -Dijo María sonriendo. -No fue tan inocente.
-¿Qué decía el mensaje? -Preguntó Maru que no deja de reír.
-Algo así, 'Guada quiere saber si vienes al departamento o nos vemos en el restaurante' luego se disculpó diciendo que el mensaje era para Facu y bueno todo lo que solo Nico puede decir para que cualquiera pise el palito. Ya lo conocen. -Dijo María.
-Gracias amor precioso. -Le dije a Nico y lo abrace.
-No tienes nada que agradecer, hermosa.
-Gracias hermano, te debo una.
-Ten cuidado, mira a quien le estas diciendo eso... -Dijo Diego.
-Le entregaste el alma al diablo con esas palabras. -Dijo Manuel.
Luego de las disculpas que ofreció Diego a Gastón, a Nico y a María, nos fuimos a la mesa, no solo seguimos festejamos el cumple de Manuel, sino también que al fin todos podemos estar juntos sin mentiras, ni terceros en el medio.
A la hora de irnos Diego me pidió que fuera a su casa así teníamos un desayuno en familia como hace mucho tiempo no lo tenemos y sin pensarlo le dije que sí.
Al llegar a la casa, Diego me abrazó y me acompañó a mi dormitorio.
-Pitufa, está como lo dejaste, nadie más que Gastón ocupó este dormitorio.
-Gracias Diego por todo. -Dije y le di un abrazo. Luego del abrazo él me dejó sola, fui hasta el placar busqué un pijama y me lo puse y me metí en la cama, apagué la luz y cuando pensé que Gastón no vendría, siento que se acuesta a mi lado y me abraza.
-¡Ay! Como extrañaba estar así contigo. -Lo dijo en un susurro cerca de mi oído.
-Yo también te extrañé.

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