Capítulo 2

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Los días pasaron con mucha rapidez y nadie sabe nada de Diego, ni Manuel ni sus compañeros, y eso me preocupa aún más. Aunque Juan me dice que Diego en este último año desaparecía por semanas, pero nunca lo había hecho sin decirme nada, además todos los días me llamaba o me enviaba mensaje, y eso ahora no sucede.
El viernes por la tarde a última hora salí de la oficina para armar la sorpresa que tengo pensada para Juan, llegué a nuestra casa y me fui al dormitorio coloqué velas por toda la habitación de color rojas, y arme un corazón con pétalos y en los pies de la cama una caja, que es un regalo para Juan. Cuando terminé tomo mi bolso para ver la hora en mi celular, me doy cuenta que no lo tengo, hice memoria y como no puede ser de otra manera lo dejé en mi oficina, y seguro que ahora si intento comunicarse Diego conmigo.
Sin pensarlo regresé a la oficina, todos se han ido solo queda la guardia mínima, todo está a oscura fui directamente a mi oficina y veo que es el único lugar que hay luz, abro despacio la puerta y me encuentro que las dos computadoras están encendidas y a Gustavo enfrente de la computadora de Juan.
-¿Gustavo que haces trabajando hasta esta hora?
-Guada... solo... que... yo... -No entendí que quiere decir, está muy nervioso.
-Apaga las máquinas y vamos que tanto trabajar te está afectando. -Dije mientras tomo mi celular. Nos fuimos juntos.
Cuando llegué a mi auto revisé el celular, tengo llamadas perdidas de Juan pero ni una sola de Diego. Llamé a Juan y le dije que me había olvidado el celular en la oficina por eso no respondí a sus llamadas hablamos unos minutos y luego de terminar la llamada me fui a mi casa.

Llegó el sábado y ni rastro de Diego, ya casi lista para ir a la iglesia, según Tina piensa que llegaría a la iglesia directamente, pero yo no me conformo con eso. Estuve buscándolo en los lugares y amigos que podía estar pero nada. Hablé con sus compañeros pero no saben nada desde el lunes pasado, igual que yo. Decidida llamé a Juan.
-Hola amor, ¿ya estas lista? Para el medio día ya seremos marido y mujer ante los ojos de Dios...
-No, Juan suspendo el casamiento.
-¡¿Por qué?! -Gritó.
-Juan ¿te parece poco que Diego no aparece?, no me ha hablado, no sé nada de él. Estoy preocupada.
-Tranquila, amor. Ya se comunicará contigo.
-Juan estoy preocupada de verdad. -Se produce un momento de silencio entre él y yo.
-Amor... -Dice Juan al final. -Hagamos una cosa si a la hora del casamiento no se ha comunicado contigo, nos casamos y suspendemos la fiesta para ir a buscarlo. Lo que importa es que nos casemos y encontrar a tu hermano lo demás no importa.
-No lo sé, Juan, él es mi única familia. -Dije en sollozo.
-Lo sé mi amor.
Siento el sonido que entra un mensaje a mi celular.
-Espera me llegó un mensaje -Fui hasta la mesita de luz y lo vi, Diego al fin. Sin más que esperar lo leí.

"Guadalupe, no voy a llegar a la boda espero que me perdones"

-¿Qué pasa mi amor? -Me preguntó Juan, que está en la línea mientras yo releo el mensaje. -¿quién es? -Algo confundida y desconcertada respondo con hilo de voz.
-Es Diego...
-¿Qué dice?
-Que no vendrá, que lo disculpe.
-¡¿QUÉ?!
-Lo que escuchas.
-¿Se ha vuelto loco?
-No sé, todo es muy extraño.

-¿Por qué lo dices?
-Nunca me llama Guadalupe y menos si está en falta.
-Lo es. -Respondió con un suspiro. -¿Qué vamos hacer? -Preguntó.
-Lo que dijiste, nos vamos a casar pero la fiesta la suspendemos. Sé que a mi hermano algo le ha pasado, él sabe que es un día importante para mí. Y él no se lo perdería.
-Pienso igual que tú, entonces nos casamos y luego mandamos a alguien a avisar que se suspende todo, ¿te parece?
-Gracias, amor.
-Te amo, nunca lo olvides.
De camino a la iglesia, estoy acompañada por Tina, que me pide reiterada veces que cambie la cara, pero no puedo, tengo muchos sentimientos encontrados, estoy feliz que me caso con el hombre que amo y me ama, pero también preocupada y triste de saber que mi única familia, mi hermano no estará conmigo compartiendo un momento tan importante, y sé que algo le está pasando.

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