V.: A little passion

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***

─ ¿Cómo estoy segura que esto va a funcionar? ─ Interpeló Elizabeth apretando su mandíbula. ─ ¿Terminará todo bien? ─

─ Si fuera lo contrario, nunca te hubiera confiado esa información ─ Respondió Ciel directamente encaminado al lado de su esposa.

─ Suena arriesgado, incluso para ti... Sí sabes a que me refiero ─ Tragó en seco la rubia con su brazo entrelazado con el de su marido.

─ Sé lo que piensas ─ Declaró Ciel con serenidad. ─ Pero si ocurre algún problema; Sebastián se encargará hasta dejar ni polvo en el camino ─

─ Ya veo querido... ─ Murmuró con franqueza.

La pareja Phantomhive se dirigía hacía el salón principal donde yacían todos los invitados, debido que era hora del vals real, y cada quien bailaba en movimientos clásicos y sofisticados con sus parejas, al compas de la música fielmente seguían y seguían. Por mientras bajando de las escaleras... ¡Que se veía a la vista! ¡El matrimonio Phantomhive!

Uniéndose a la fiesta, la pareja se ha puesto ha danzar el precioso clásico vals. Pasos correctos, postura llega de elegancia. Un amor.

─ ¿En qué momento comenzará "tu plan"...? ─ Susurró la rubia observando a los ojos a Ciel.

─ En solo 5 minutos, solo sé paciente ─ la hizo girar en la pieza, nuevamente agarrándola con dulzura su delgada cintura.

Elizabeth sentía su corazón bailar de la emoción a la gran cercanía con su su marido, si hubiera momentos donde convivían, eran muy escasos pero bellos. Solo más tiempo, más tiempo deseaba como antes donde estuvieran ambos, juntos, amándose. 

─ Ahora... ─ Susurró de forma discreta en su oído, sintiendo un escalofrío por su espalda estremeciéndose.

"Confió en lo que ocurra... Que sea obra y gracia de ti", cerró sus parpados mientras aún sentía como se movía con elegancia en su danza. Suprimiendo los sonidos de su alrededor, ignorando su realidad.

Podía sentir como bailaba, como una hermosa bailarina, como una esplendida dama, siendo guiada una y otra vez, sintiendo que solo los sonidos exteriores, se volvían música para sus oídos. Guiada una y otra vez por su acompañante, ¿No suena retorcidamente adorable? ¿Si le implementamos el hecho de la sanguinaria realidad que ocurría?

Se ilusionó, con la idea que solo debía ser una broma, y solo se tratará que danzaba con su esposo, en la mansión, solo ellos solos. Como él la sujetaba de forma delicada, como sus movimientos eran precisos y han sido perfeccionados. 

Aún recordaba como le llegaba a pisar accidentalmente los pies en sus danzas pasadas, era divertido en ese momento, hasta cuando se coloraba el pobre conde por hacerlo. Solo eran un accidente.

Un accidente el cual culminó en cierto punto hasta esta edad.

─ ¿Estas bien? ─ Esa voz retumbó por su cabeza, haciendo que despertará de su cabeza de sueños fantasiosos, solo chocando con la mirada azul de su esposo.

De repente, todo se ha congelado. Segundos costaron que Elizabeth se haya hipnotizado, hasta que despertó, al sentir su alrededor distinto, y muy cambiado.

Solo pudo reprimir un fuerte grito de miedo al deleitar horrorizada lo que ha hecho su marido.

En grandes charcos de color carmesí, yacían todos los invitados en el suelo teñidos de ese color por sus heridas, logro divisar con algunos que han sido pegados en el techo y paredes con cuchillos y tenedores de plata, pintarrajeando las ventanas y paredes de más y más rojo.

Married demonized (Ciel Phantomhive y Elizabeth Midford)||KuroshitsujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora