Capítulo 1

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Advertencia: Adora G!P

Adora

Es pequeña pero curvilínea, con un culo bonito y unas tetas preciosas.

Pero eso no es lo primero que noto en ella. Lo primero que me llama la atención es que su abrigo no es lo
suficientemente grande para un invierno en Chicago.

Afuera está oscuro, y apenas por encima del punto de congelación. Ella está de pie en una esquina hablando de algo con un hombre en voz baja, agitando sus manos dramáticamente mientras habla. Es casi medianoche, y la calle está casi desierta.

Tiene el cabello largo y oscuro, una complexión recortada y una boca
llena de pucheros. Y parece estar enojada. Curioso por ella, me acerco más y luego disminuyo mi ritmo.

-Bien. Dime lo que se necesita,cariño -le dice el tipo. Se pone rígida y pone una mano en su cadera.

-No estoy a la venta, imbécil. Hice mi trabajo, pero eso es todo. Cuando sales por esas puertas, la fantasía termina.

Están parados frente a un club lúgubre, el tipo de lugar que huele a humo rancio, cerveza barata y sexo sin sentido. Yo debería saberlo. He estado aquí una o dos veces para despedidas de soltero y ese tipo de cosas. Mis amigos lo llamarían un bar de tetas. Pero mis amigos son en su mayoría futbolistas profesionales, y sus modales dejan mucho que desear.El lugar no es realmente un club de striptease, sino más bien un bar de topless donde hermosas mujeres sirven bebidas en ropa interior. Todo parecía bastante inocente, hasta ahora... hasta que una sensación de hundimiento me invade mientras veo a esta mujer ser propuesta en la calle mientras intenta dejar el trabajo. El tipo se ríe, el sonido abrasivo, como si no le creyera.

-Trescientos dólares. Vamos, nena. Será rápido.

Ella mastica uno de esos labios regordetes mientras pesa sus palabras, contemplando lo que parece ser una decisión que cambia la vida... y no la cambia de una manera positiva.No lo haga, señorita... solo diga no a lo que este imbécil le está ofreciendo. Una parte de mí sabe que tengo que ocuparme de mis propios asuntos, que este tipo solo quiere un polvo rápido.

¿Quién soy yo para juzgar cómo decide esta mujer mantenerse a sí misma? La otra parte de mí, la feroz parte protectora que hay en mí, dice que esta es una situación que no puedo ignorar. No permitiré que este imbécil obligue a una mujer a hacer algo con lo que no se sienta cómoda.Camino, mis piernas se mueven por su propia voluntad.

-Discúlpenme -digo, interrumpiéndolos.

Su mirada se dirige a la mía, y el tipo con el que está hace una doble toma. Lo sobrepaso por lo menos por treinta centímetros. Ahora que lo miro mejor, veo que el tipo es de mediana edad, redondo en el estómago, con el cabello canoso en las sienes. También sé que puedo derribarlo si es necesario. Me lanza una mirada que está medio cabreada porque interrumpí su sesión de negociación, y medio aterrorizada de que pueda patearle el trasero. Esto último es definitivamente lo que debería preocuparle más si intenta alguna mierda. Puede que decida hacerlo de todos modos, a pesar del hecho de que acabo de prometer a mi agente que me comportaré y no terminaré en más sitios de noticias sensacionalistas.

-La señorita dijo que la dejara en paz. Te sugiero que te largues de aquí. -Me quedo mirando al tipo.

Sus ojos se entrecerraron, pero da un paso atrás y levanta las palmas de sus manos.

-Bien. Me voy.

Se va por la calle y desaparece a la vuelta de la esquina, dejándome de pie frente a la mujer. Probablemente no mida más de un metro setenta, y pese más de cincuenta y cinco kilos empapada. No hay forma de que se
haya defendido de alguien de su tamaño. Más importante aún, no debería tener que defenderse de ese imbécil.

Finding (Catradora Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora