Capítulo 8

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Adora

Le doy una palmada ligera en el trasero a Catra para despertarla, incapaz de mantener mis manos alejadas de sus exuberantes nalgas. Aunque sé que debo demostrar control, es lo último que quiero hacer.

—¿Hmm? —murmura, parpadeando con ojos nublados.

—Es hora de levantarse, nena. —Sonrío. Me encanta verla en mi cama, no puedo evitarlo.

—¿Por qué? —gime. Solo son las siete, así que lo entiendo, pero la despierto de nuevo.

—Tengo práctica.

—Mmm. —Hace un ruido, pero no estoy segura de lo que significa.

Podría significar que te jodan. O ve a hacerme café. También podría significar está bien, suena genial. Me rio y balanceo las piernas sobre el costado de la cama. Me dirijo a la ducha solo porque me ayuda a despertarme, y no porque quiera dejar a la mujer que está en mi cama.Veinte minutos después, Catra sigue en la cama, y créeme, lo entiendo. Ella insistió en levantarse con Finn ambas veces anoche, aunque le dije que yo cuidaría de la bebé. Me dirijo a la cocina, con la intención de prepararle una taza de café fuerte, y quizás un plato de huevos para mí. Anoche fue increíble, y estoy más que un poco orgullosa de haber dejado a Catra tan inútil esta mañana. La chica de las cavernas que hay en mí se golpea el pecho con orgullo. Sonrío con suficiencia al encender la cafetera y ver el goteo que empieza a funcionar. Ya tengo un biberón listo para Finn sobre la mesada, sabiendo que estará despierta en los próximos veinte minutos. Cuando regreso al dormitorio cinco minutos después con una taza de café humeante para Catra, se sienta en la cama y me sonríe.

—Eres mi salvadora.

Hay algo en esa sonrisa, y en la forma en que dice eso, que me golpea justo en el pecho y quiero que se repita en este momento.

—De nada. —Le doy un suave beso en los labios—. Anoche fue increíble. Eres increíble.

Catra se sonroja y mira hacia abajo. No puede ser tímida ahora. No después de lo de anoche. Levanto su barbilla.

—Dime en qué estás pensando.
Por fin encuentra mis ojos.

—Me encantó cada minuto.

No puedo evitar sentirme orgullosa de cómo la complací. Deslizo mis manos a lo largo de sus brazos hasta su cuello, su rostro, y luego inclino su boca hacia la mía. Robo un beso largo, que Catra me da libremente. Mi polla tiembla a la vida, agitándose entre nosotras.

—¿Tienes tiempo para esto? —pregunta entre besos.

—Haré tiempo —digo, y golpea en la parte superior de mi brazo—. Lo digo en serio. Te deseo tanto, nena.

Sin decir palabra, Catra se baja los pantalones cortos por las caderas y se los quita, quedándose desnuda de la cintura para abajo, y le saco la camiseta. Dios, es sexy. Sus tetas son llenas y redondas, y las quiero en mi boca ahora mismo. Me acerco más y tiro de su pezón entre mis labios. Catra hace unbsonido lleno de necesidad como nunca antes había escuchado, y mi polla se sacude en mis shorts. Me levanto de la cama y me desnudo en unos tres segundos, y luego me reúno con ella, levantando su pantorrilla alrededor de mi cadera.

—Necesito estar dentro de ti —gimo cuando mi polla desnuda hace contacto con su coño caliente y húmedo.

—Estoy limpia. Estoy en control de natalidad —murmura. Mierda.

—Yo también.

Levanta las cejas con un toque de diversión ante mi respuesta, porque sonaba como si dijera que yo también estoy tomando anticonceptivos.

—La parte limpia —digo, aclarando—. Me han hecho la prueba.

Ella sonríe.

—No creo que el control de la natalidad masculino haya sido aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) todavía —agrego brillantemente. Dios, cállate, Adora. Catra solo sonríe.

—Menos hablar. Más follar. O más específicamente, follar piel con piel.

Finding (Catradora Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora