Capituló 03: Nerves.

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Christopher sabía muy bien quienes habían sido las que insultaron a Félix, y por supuesto no podía dejarlo pasar.

Después de dejar al menor nuevamente en su salón dr clases, regresó al suyo. La suerte estaba de su lado, pues justamente esa clase la
compartía con las arpías de antes, además su profesor había faltado. Vió a las pelinegras sentadas hablando tranquilamente sin culpa alguna y se acercó despacio para no mostrar su rabia, parándose de inmediato frente a ellas.

—¿Tienen un momento?

—O-oppa, ¡siempre hay tiempo para ti— Christopher rodó los ojos internamente y por fuera mostró una sonrisa completamente falsa.

—Quería hacerles una pregunta... ¿conocen a Lee Félix?— una de ellas desvió la mirada con clara culpabilidad luego de oír ese nombre.

—N-no tengo la más mínima idea, Oppa, ¿por qué? ¿Es alguien importante?

—Oh, muy importante— ambas tragaron saliva mirando hacia cualquier dirección, menos al azabache—. Resulta que ayer lo encontré llorando, me contó que ciertas personas le habían dicho un sinfín de estupideces, ¿saben quiénes fueron?

—N-ni idea, Oppa, ¿q-quién podría haber hecho algo tan horrible?

—No lo sé... la palabra "defectuoso", ¿no se les hace familiar? ¡Oh, vaya!— fingió sorpresa—, es exactamente igual a la palabra que utilizaron hace un par de meses contra Momo— la más alta de ambas rascó su nuca—. Miren, no estoy para jueguitos de niñas buenas. Quiero que se disculpen apenas termine esta clase, si no lo hacen saldrán muy mal paradas de todo esto.

—¿Qué podrías hacer? No nos dolería tanto olvidarnos de ti.

—Hace un par de días recibí unas fotos muy curiosas de ustedes mismas, las borré de inmediato porque sentí asco, pero fácilmente puedo recuperarlas y... mostrárselas a todo el mundo, ¿querrían eso?— las dos pelinegras negaron efusivamente con claro miedo en sus ojos—. Fantástico. Entonces saben que hacer, sólo tienen el día de hoy para disculparse con Félix o ya saben.

—P-pero oppa...— Christopher se alejó de ellas dejándolas con la palabra en la boca, pero de inmediato se detuvo mirándolas por sobre su hombro.

—Y ya no me llamen así, es desagradable— dicho eso regresó a su puesto dejándolas completamente desconcertadas y para que mentir, también asustadas.

A la hora del receso notó como el par le lanzó una mirada filosa y salió del salón de clases. Durante esa hora libre esperaba que ambas se disculparan. Christopher por supuesto no publicaría aquellas fotos, no era ese tipo de persona, pero estaba seguro de que unas cabezas huecas como ellas creerían todo.

Pasó los diez minutos de su tiempo libre perdido en sus pensamientos, los cuales fueron posteriormente interrumpidos por el sonido del timbre. Las mismas que anteriormente habían salido volvieron con unos rostros difíciles de descifrar. Christopher miró en su dirección levantando una ceja. La más alta, nuevamente, rodó los ojos y regresó su vista al pizarrón. Chris sólo sonrió triunfal.

El timbre que daba por finalizada la clase finalmente se dejó oír y Christopher corrió fuera de su salón en dirección al del menor.

Félix estaba sentado en una de las sillas del pasillo esperando a Christopher. Tenía su mirada fija en el suelo, pero de inmediato la elevó al sentir el aroma del perfume del mayor.

—¡Chanie hyung!— saludó sonriente.

—Hola Lix, ¿cómo supiste que era yo?— Feliz pensó muy bien si debería responder a eso o no, después de todo decir "es que sentí tu olor", sería extremadamente raro.

—I-intuición...— Félix desvió la mirada avergonzado, pero inmediatamente se reincorporó—. ¡Ah, hyung! Iba a hablarle sobre algo importante y... extraño.

—¿Qué es, pequeño?

—Las chicas que me molestaron antes, ¡ellas se disculparon! Dijeron que estaban muy arrepentidas. Tal vez no son tan malas como creía— Christopher agradecía que el menor fuera tan inocente en ese sentido.

—¿De verdad? Fantástico, ¡me alegra que se hayan arrepentido! Esas arpías— Félix le sonrió al mayor y comenzó a caminar.

—Me siento muy bien hyung, ¿le gustaría ir a un karaoke? Mamá tardará en llegar y no me gusta estar solo.

—Por supuesto.

Christopher podía repetir miles de veces que Félix estaba lleno de sorpresas y no se equivocaría. Se sorprendió bastante cuando, apenas llegaron, el menor escogió una de las canciones, a su parecer, más complicadas. Creyó que sería sólo reírse junto a él y que había elegido una canción al azar con ese propósito, pero cuando Félix comenzó a cantar se dio cuenta de que no era una broma para nada. El rubio con esa preciosa voz profunda y rostro angelical alcanzó notas que, según él, nadie podría alcanzar. Su voz normalmente era muy grave y profunda, pero al momento de cantar se volvía tan armoniosa y Christopher no podía evitar gritar en su interior. Él cantaba también, y Félix mencionó que había amado su voz, pero para él mayor no había punto de comparación, la voz de Félix era perfecta.

—Dios mío, Félix— el nombrado exhaló y dirigió su vista al mayor, regalándole una de sus preciosas sonrisas—. T-tú voz es preciosa— Félix se sonrojó ante el halago y cubrió sus mejillas con ambas manos.

—N-no creo que sea así, hyung... pero gracias.

—¡Es así! Hasta creí que lloraría— el menor soltó una risita y comenzó a buscar sus cosas, pero Christopher ya se había adelantado.

—Hyung, ¿usted tiene mi bolso?

—Déjame llevarlo por ti, está increíblemente pesado y te vi quejándote antes— Félix lo miró con las mejillas infladas aparentando estar enojado, pero finalmente suspiró resignado.

—Bien, pero yo llevaré la suya— Christopher sonrío maliciosamente. Lo que Félix no sabía que era el mayor ya se había anticipado a los hechos y dejó sólo un par de cuadernos en su bolso, y los demás los puso en el Félix—. Está bastante liviano, hyung.

—Hoy no debía llevar tantos como de costumbre.

—Ya veo... en fin, ¿nos vamos?

—Claro— Christopher había comenzado a caminar, pero Félix estaba quieto pensando en algo—. ¿Sucede algo?

—No quiero llevar el bastón, es incómodo hyung— mostró uno de sus típicos pucheros tratando de convencer a Christopher. Éste había comenzado a pensar en alguna forma de ir junto al menor sin necesidad de usar el bastón.

—Tengo una idea— Christopher tomó cuidadosamente una de las manos del menor entrelazándola con la suya—. ¿Así está mejor?— Félix debido a la vergüenza no fue capaz de decir algo, así que simplemente asintió.

Terminaron caminando juntos de la mano, en completo silencio.

Christopher creyó que el tomar la suave mano del menor fuera algo tan difícil. Pero cuando su corazón comenzó a latir con fuerza, y sus manos comenzaron a sudar, se dio cuenta de que se equivocaba.

A pesar de todo, no intentó separar sus manos, pues aunque moría de nervios y vergüenza, se sentía curiosamente bien.

Espero les guste el capituló ¡Besos!♡︎

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Espero les guste el capituló
¡Besos!
♡︎

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