Capituló 04: past.

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Christopher llevaba lentamente el tenedor con un trozo de pastel a su boca mientras, con sus mejillas rojas, observaba atentamente al rubio frente a él, quién tenía una animada conversación con su madre.

¿Cómo habían terminado en esa situación? Todo fue culpa del mismo Christopher.

Después de varias semanas compartiendo una bella amistad, casi dos meses de hecho, Félix se hizo más cercano a Christopher, y no era diferente para este último. La llamada del menor a su vida fue una de las mejores cosas que le han sucedido. Se volvió totalmente indispensable para ambos el encontrarse todos los días para, incluso, simplemente salir a tomar un helado.

En uno de esos días fríos, en los que tomar un chocolate caliente Jung a una cálida compañía eran lo primordial, Christopher decidió ir a beber, en efecto, chocando caliente junto a Félix. Parecía ir todo muy bien, hasta la inesperada llegada de la madre del menor.

—Oh, vaya Lix, ¿qué haces aquí?

—¡Mamá! Más bien, ¿qué haces tú aquí?

—Vine por pastel. Pretendía tener una agradable tarde madre e hijo pero te encuentro aquí engañándome con un chico atractivo— Félix soltó una carcajada y las mejillas del mayor se tiñeron de rojo.

—¿Es un chico atractivo?

—Oh sí, realmente lo es— Félix rió mientras negaba—. ¿Cuál es tú nombre?

—S-soy Christopher Bang, mucho gusto— se levantó haciendo una exagerada reverencia.

—¡Ah! Así que tú eres el famoso Christopher. Mi hijo pasa la mayor parte de su tiempo hablando de ti.

—N-no es cierto mamá, ¿p-por qué dices mentiras?— el mayor soltó una risita provocando que Félix lo mire con el ceño fruncido.

—Tenía muchas ganas de conocerte la verdad. Félix casi nunca habla de sus amigos y el que te tuviera presente de manera tan alegre en cada conversación me pareció muy curioso— Christopher le sonrió a la mujer aún con las mejillas sonrojadas. Se sentía extrañamente nervioso—. ¿Saben? Deberíamos comer el pastel ahora, todos juntos.

De esa manera acabaron en aquella situación un tanto incómoda, donde Félix hablaba animadamente de como había sido su día y Christopher sólo comía pastel en silencio, pero secretamente observando las expresiones del rubio.

—Y bueno, señor Christopher, ¿pasará el resto de la tarde mirando a mi hijo con cara de bobo o tiene algo que decir?— Christopher se sobresaltó avergonzándose hasta el punto de atragantarse con un trozo de pastel—. Ah, no te preocupes, es la misma cara que tiene Félix cuando habla de ti. Es genial, son tan amigos que hasta sus expresiones se parecen— al igual que Christopher, el menor adquirió un color rojo en todo su rostro hasta llegar a sus orejas—. ¡Son muy graciosos! En fin, debo irme, si no preparo la cena tu padre lo hará por mí y no querrías eso, ¿verdad?— el menor negó efusivamente provocando que su mamá riera—. Te veo en casa. Un gusto Christopher, algún día de estos podrías ir a cenar con nosotros. Estoy muy segura de que Félix se pondría feliz.

—Y-ya mamá, vete a casa— la mujer volvió a reír y se dispuso a salir del local.

Un vergonzoso silencio se formó en el ambiente, junto a un incómodo silencio, el cual fue roto inmediatamente por el menor.

—¿Q-quisiera hablar de algo hyung?— el mayor pareció pensarlo, hasta que obtuvo una respuesta de su cerebro.

—Quisiera hablar sobre ti... Ya sabes.

—Ah, entiendo. Supongo que merece saberlo, después de todo es mi hyung favorito— Félix le sonrió derritiendo, una vez más, el corazón del mayor—. No es algo muy increíble, ¿sabe? Pero me trajo dos problemas terribles. Mi problema de visión y además, un terrible miedo a las bicicletas. Hace seis años salí tranquilamente a pasear en bicicleta junto a mi ex mejor amigo. Íbamos riendo y no me percaté de que casi atropello a un cachorro en mi bicicleta, mi amigo iba un poco más adelante así que no se vió afectado, pero yo tuve que esquivarlo sin opción. Estaba tan preocupado por esquivar al cachorro que no noté al auto que venía a toda velocidad en mi dirección. Lo último que ví fue al hombre corriendo preocupado hacia mi, luego todo se tornó negro. Cuando desperté habían pasado tres días, ¿pero sabe hyung? No me di cuenta de que había despertado hasta varias horas después. Mi diagnóstico fue milagrosamente dos costillas rotas y lamentablemente... Perder el noventa por ciento de mi visión. Los primeros dos años fueron los peores. No sólo comencé a ver todo negro, sino que mi forma de pensar también se tornó oscura. Mis supuestos amigos ya no querían juntarse conmigo porque dijeron que era una carga— el menor limpió una de las lágrimas que caían por su mejilla—. Y hasta el día de hoy sigo pensando cosas así... Por eso me he esforzado en hacer amigos, de hecho con usted hyung estuve a la defensiva y no lo considere un amigo hasta varios días después. L-lo siento por eso. T-también podría operarme y recuperar mi visión, aunque tendría que usar lentes, pero la operación es demasiado costosa, al igual que los lentes. Mamá ha ahorrado, pero le pedí que se detuviera, estaba quedando exhausta debido al trabajo en exceso.

Entre ambos sólo se podían oír sus respiraciones entrecortadas.

—Señor. ¿Quiere la cuenta o desea ordenar algo más?— el mesero observó al pelinegro y se alarmó—. ¿S-se encuentra bien? ¿Necesita un pañuelo? V-voy por uno— el chico desapareció torpemente, corriendo hacia la cocina de la cafetería.

—¿Estaba llorando hyung?

—N-no...— la voz débil del mayor daba a entender lo contrario.

—Qué tierno hyung, pero yo ahora estoy bien. Tengo a muchas buenas personas a mi lado— Félix soltó una risita mientras acercaba su mano tímidamente al rostro del mayor—. Sí, estaba llorando. Su rostro está húmedo— a pesar de haber hecho lo que tenía pensado, no quiso retirar su mano—. Su piel es muy, muy suave— movió su mano un poco más arriba tocando suavemente por sobre sus ojos—. ¡Qué pequeños!— río ante su descubrimiento.

—¿N-no es suficiente?— Christopher comenzaba a ponerse nervioso por las caricias del menor con sus suaves manos.

—Espere un poco más— volvió a bajar su mano acariciando su mejilla hasta toparse con sus labios. Con su dedo pulgar delineó lentamente los labios de Christopher, copiando su forma y guardando su sensación para sí mismo— muy suave...— inconscientemente comenzó a acercar su rostro al de Christopher. Su mente estaba completamente en blanco, pensando una sola cosa: los suaves labios de Christopher, pero rápidamente volvió a la realidad cuando sintió el aliento caliente del contrario sobre sus labios—. ¡L-lo-lo siento mucho hyung!— se levantó de un salto tomando su bastón— Hablamos m-mañana... Y l-lo siento... Espero, ya había dicho lo siento, ¿v-verdad? Ahg, olvídelo. N-nos vemos o sea u-usted a mi e-eh...— su rostro estaba más rojo que un tomate mientras intentaba decir algo coherente.

Finalmente después de varios intentos fallidos por disculparse, creyendo que el mayor se había enfadado con él, optó por huir. Lo que Félix no sabía era que Christopher en realidad no había escuchado ninguna de sus disculpas, pues si me te había viajado a tres planeas distintos el transcurso de lo recién sucedido.

 Lo que Félix no sabía era que Christopher en realidad no había escuchado ninguna de sus disculpas, pues si me te había viajado a tres planeas distintos el transcurso de lo recién sucedido

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¡Espero les guste el capituló!
¡Besos!
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