Capítulo 30. Demonios.

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El vehículo claramente ya había sobrepasado el exceso de velocidad, pero Hua Cheng no se podía dar el lujo de conducir como dictaba la ley, bueno, nunca lo había hecho para empezar. Había terminado con varios autos por detrás, al alfa no le había quedado otra opción que seguir la misma ruta que había tomado Xuan Ji, aunque ella también había acelerado logrando ganar distancia. Todos iban en una carrera contra el tiempo, era claro que pronto se desataría la pelea.

Casi en cuanto estuvieron totalmente lejos de la ciudad, prácticamente en la nada y sin espectadores, varios disparos comenzaron a impactar en la parte trasera del auto, lo primero en hacerse añicos fue el cristal, mal día para no salir en un auto blindado.

—¡Gege agáchate!—exclamó el alfa pisando más el acelerador y comenzado a manejar en zigzag para esquivar de mejor manera las balas. Hua Cheng estaba molesto, de estar solo no le importaría lidiar con todo eso, pero el simple hecho de pensar en que Xie Lian podía salir herido le enfureció.

Hua Cheng tenía un conocimiento de la ruta que habían tomado, sabía que más adelante había un largo puente que cruzaba un río. Si él fuera el encargado de todo ese espectáculo pediría sin duda una emboscada en ese puente, esperaba estar equivocado «lo cual rara vez sucedía» y que estas personas no pensaran como él.

—Debemos deshacernos de esos estorbos para poder retornar, de lo contrario nos acorralarán—dijo el alfa pensado en sus posibilidades de ese momento.

Sin embargo, Xie Lian parecía tener otros planes.

—Tú conduce, yo puedo desviarlos y ganar tiempo—aseguró el omega sacando un arma de entre sus ropas.

Xie Lian retiró el seguro y bajó la ventanilla del auto con claras intenciones de asomarse y comenzar a disparar. Hua Cheng quería replicar, pero no lo hizo, confiaba en que su omega podía lidiar con aquello y cumplir sus palabras.

—Ten cuidado—pidió el alfa al ver como Xie Lian se quitaba su cinturón de seguridad. Era lo único que podía hacer, observar a su omega luchar.

Xie Lian le dio una corta mirada y sonrió. —Estaré bien.

Hua Cheng asintió y le regresó la sonrisa.—Te daré diez segundos, después voy a pisar el acelerador hasta el fondo.

—Más que suficiente.

Xie Lian cerró los ojos y respiro hondo, cuando los volvió abrir su mirada era completamente diferente. Parecía como si hubiera entrado en un modo de asalto, donde tenía un objetivo fijo y no pararía hasta derribarlo.

El omega terminó sacando la parte superior de su cuerpo por la ventanilla y disparó sin siquiera pestañear, Hua Cheng miró por el retrovisor y observó como uno de los autos se desviaba ocasionando un aparatoso accidente, aunque el resto de vehículos que resultaron intactos sólo siguieron adelante ignorado el caos.

Tal como dijo el alfa, a los diez segundos pisó el acelerador hasta el fondo. Con aquello por lo menos ganarían más tiempo para pensar en lo siguiente.

Debido a la cantidad de autos que aún les perseguían Hua Cheng supo que no había una forma de escapar si no tomaban medidas más desesperadas. Era necesario terminar con todos de un solo golpe.

—Gege, revisa en el asiento de atrás, en la parte de abajo debe haber una caja negra—pidió el alfa mientras sus ojos viajaban del espejo retrovisor al frente repetidas veces.

Aparentemente habían alcanzado el auto en el que viajaba Xuan Ji, aunque más bien el auto de ella había bajado la velocidad para encontrarlos por fin.

Xie Lian obedeció la petición de Hua Cheng, una vez encontró la caja que creía pedirle la tomó y la puso en sus piernas para abrirla. Los ojos del omega se mostraron asombrados al mirar su contenido, comprendiendo el motivo de su peso.

C O N E X I Ó N | Omegaverse & Crossover MXTX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora