Capítulo 28. Demonios.

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Hace un par de horas Jiang WanYin y Wei WuXian habían llegado de su viaje. Enterarse de todo lo que sucedió en su corta ausencia los sorprendió. Acababan de llegar y ya tenían trabajo que hacer.

—Apenas llegamos—se quejó WuXian tirándose en el sofá de la habitación.

Hua Cheng ni siquiera se fijó en el berrinche que estaba haciendo para no trabajar. —Deja de llorar y alístate.

—¡Pero estoy cansado!—replicó el omega ocultando su rostro entre los cojines.

Jiang WanYin había esperado de la forma más paciente posible a que su hermano dejara de actuar como un niño. Pero era suficiente. —¡Ya cállate y levántate!—gritó contenido las ganas de arrojarle una de sus cuchillas a WuXian. —Dijiste que después de ver a Jiejie trabajarías sin peros cuando volviéramos.

WuXian por fin dio la cara a sus compañeros. —¡Pero no pensé que sería tan literal!—el omega pataleó como si se tratara de un niño de tres años. —Estúpido He Xuan, si estuviera aquí no tendría que ir.

El Jiang ignoró el drama de WuXian y se giró para ver a Hua Cheng. A pesar de lo que harían esa noche el alfa lucía tranquilo, como siempre. No comprendía qué clase de don tenía ese alfa para que, incluso con las cosas más peligrosas, Hua Cheng siempre pareciera fresco y sereno. La única forma de alterarlo es que Xie Lian resultara herido o algo por el estilo, pero mientras no fuera así el alfa sólo seguiría como si caminara por un prado de flores con rocío matutino y no en medio de una guerra de balas y bombas.

Omitiendo la tranquilidad «casi indiferencia» del alfa, Jiang Cheng se preguntaba por He Xuan. —¿No ha llegado desde su incidente con los Wen?

—Llegó a mediodía pero se fue casi de inmediato, desde entonces no he sabido nada de él—respondió Hua Cheng con monotonía.

Ellos trabajaban juntos, pero tampoco eran niñeros, cada uno hacía sus cosas, y Hua Cheng era de las personas que sólo sabía lo indispensable de sus compañeros, de ahí en fuera el resto no le importaba. Por lo que claramente no estaría como madre preocupada buscando a He Xuan.

Jiang Cheng bufó analizando la situación. —En vista de que He Xuan se fue y QiongLin está en celo tendremos que ir nosotros dos—de nueva cuenta el Jiang se veía obligado a trabajar fuera de su comodidad. Con todo lo que estaba pasando ahora su presencia se hacía cada vez más necesaria. Sabía que algo así pasaría, pero no dejaba de incomodar. —Dudo que Wen Qing vaya, estará al pendiente de su hermano.

Hua Cheng asintió dándole la razón al Jiang, pero el alfa en realidad deseaba tocar otro tema más impresionante que los hermanos Wen.

—Llamé a HuaiSang para pedir un favor—la voz de Hua Cheng advertía que lo siguiente sería importante. —Me mencionó que alguien recientemente intentó embaucarlos.

Incluso WuXian, quien había fingido dormir todo ese tiempo miró al alfa incrédulo. Jiang Cheng guardó silencio unos segundos.

—¿Quién podría hacer algo así?—para empezar quién podría ser capaz de engañar a Nie HuaiSang. Ese omega era más astuto de lo que aparentaba, de hecho era escalofriante en algunas ocasiones.

Hua Cheng se encogió de hombros. —No lo dijo, sólo mencionó que si nuestros problemas terminan arrastrándolo tendría que mantener la distancia.

—¡Ese maldito quiere huir!—exclamó WanYin, conocía demasiado bien a HuaiSang para saber que era una especie de retirada. No porque el Nie tuviera miedo, todo lo contrario, era tan astuto que siempre retrocedía para evaluar a su oponente y después atacar. Pero sus acciones a veces terminaban afectando a segundas y terceras personas. —¡Ya estamos muy lejos como para que quiera retractarse!

C O N E X I Ó N | Omegaverse & Crossover MXTX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora