don't stop

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lee felix, felix, felixie, fefi, felix-ah~

esos y más apodos tiernos estaban escritos en el cuaderno de hyunjin, una perfecta caligrafía y varios corazones rellenos con un lapicero rojo acompañaban todo aquello. el chico ni siquiera entendía porqué no podía sacarse de la cabeza a aquel muchacho tan tierno. estaba en un mundo de ensueño, no dejaba de ver por la ventana incluso el pasto parecía más fresco después de haber entablado una leve conversación con el muchacho, descubrir que compartían intereses quizás fue lo mejor que le pasó, y saber que iba a salir con él al día siguiente era aún mejor, y saber que tenía su número para hablar con él cuando quisiera era diez veces mejor. sonrió inconscientemente y después se regañó internamente por ello.

 — alumno hwang, como veo que anda muy distraído eso quiere decir que ya usted sabe todo este tema. —la voz del profesor mingyu lo tomó por sorpresa. — ¿quiere decirme por favor en qué siglo se dio el romanticismo?

— en el siglo xviii, profesor. —hyunjin respondió con su clásico tono despreocupado. — ¿algo más en lo que pueda colaborar?

— ya que estamos dígame su máximo representante. —el maestro se cruzó de brazos expectante.

— usted y yo sabemos que hubo varios, ¿quiere que empiece a mencionar nombres?

— no le vendría mal, alumno hwang.

— françois rené de chateaubriand, víctor hugo, charles nodier, alphonse de lamartine, alfred victor de vigny... —su profesor hizo una seña para que parase y él sonrió satisfecho, ahora sabía que no tendría otra más que dejarlo tranquilo el resto de la clase.

volvió su vista a la ventana y suspiró, de alguna forma u otra tendría que sacarse a ese niño de la cabeza, o definitivamente se iba a volver loco.

hyunjin nunca fue bueno entablando amistades, cuando estaba en la escuela solamente había logrado hacerse amigo de un chico mucho más bajo que él y grandes mejillas, por eso cuando llegó a la universidad y no logró congeniar con ninguno de sus compañeros de clase no le importó mucho, aquello le daba pie para mantener su excelente promedio. el chico se encontraba leyendo en el patio de su facultad cuando pequeñas gotas comenzaron a posarse en las hojas de su libro, suspiró y se levantó no muy contento con el hecho de tener que entrar, pensó muy bien en si valía la pena ir a la cafetería, y terminó aceptando que en realidad no era la mejor opción.

los pasillos se llenaban cada vez más de estudiantes pero al menos no había ruido, aún así no encontraba donde sentarse de nuevo a leer, se estaba resignando entre aquel gentío y decidió que era mejor ir a su próxima aula, esperar media hora a que comenzara su clase. filosofía era más fácil estando en tranquilidad, y además, con aire acondicionado.

se encaminó hacía su destino y se acomodó sus gafas sobre el puente de su nariz, las personas no lo notaban al caminar, no era intimidante como los de la facultad de ingeniería, ni atractivo como los de comunicación social, tampoco era un nerdito como los de física, él simplemente era hyunjin y sólo era un personaje secundario.

al llegar a su destino suspiró aliviado al no encontrar a nadie y se metió rápidamente al aula, se sentó justo al lado de la ventana como siempre y sacó su libro. no había traído sus audífonos ese día y le estaba haciendo falta un poco de música, así que con una sonrisa comenzó a cantar su canción favorita hasta el momento. no sabía cuanto tiempo había pasado pero él seguía repitiendo aquella melodía una y otra vez, lo suficientemente alto para que repicara contra las paredes devolviéndole el eco pero también lo suficientemente bajo para no ser escuchado en los pasillos. le encantaba cantar, no sabía hace cuanto no lo hacía ya que en su casa no le dejaban cantar otra cosa que no fuesen alabanzas. esto lo hacía sentir vivo de alguna manera.

un ruido le hizo levantar la mirada y se dio cuenta de que ya no estaba solo en el aula, cerró sus labios y se sonrojó bajando la vista.

— no, no, por favor no pares, tu voz es realmente hermosa, deberías seguir cantando. —el muchacho que le habló le dedicó una sonrisa. 

— no, de todas formas ya iba a parar. —hyunjin carraspeó. — estoy desafinando, disculpa ¿cuánto tiempo llevas ahí?

— un par de minutos, lo suficiente para darme cuenta que tu voz no es desafinada y es completamente hermosa, ¿cantas en algún grupo?

hyunjin negó, el pelinaranja que estaba en frente suyo pasó a acomodarse su corbata y el muchacho frunció un poco el ceño asimilando su rostro, aquel tenía unas facciones realmente perfectas, los dientes blancos que dejó ver al sonreír, su nariz tan perfilada, aquellos ojos oscuros que intimidaban a primera vista, todo lo hacía parecer un dios griego. hyunjin se obligó a apartar la vista del chico y tosió. ¿qué clase de pensamiento estaba teniendo? siempre había admirado la belleza masculina pero esto pasaba lo ridículo. 

— ¿eres nuevo en la clase? —no sabe cómo pero las palabras salieron de su boca, si bien le parecía hermoso también sabía que nunca lo había visto antes.

— no, de hecho...

pero sus palabras fueron interrumpidas por la manada de estudiantes que entraban al aula, pronto todo el recinto se llenó de risas y ruidos, el chico suspiró y se mordió el labio al ver que aquel pelinaranja aún no se movía del lugar de donde se encontraba, no pudo evitar seguir sus pasos y se dio cuenta que agarraba su maletín para caminar hasta el puesto que se supone que era para el maestro. nadie le prestaba atención exceptuando hyunjin, que no sabía porqué estaba tan atento a como él sacaba papeles y libros de su bolso, entre todo el desorden el chico pelinaranja alzó la vista encontrándose con la de hwang y sonrió, este último se sonrojó como nunca antes lo había hecho. 

— silencio por favor. —la voz resonó por toda el aula y los murmullos pararon, hyunjin frunció el ceño. — por motivos que desconozco su profesor de filosofía ya no se encuentra en la institución, tengo entendido que ustedes ya estaban al tanto de las situación. —el chico se acomodó nuevamente la corbata y aclaró su garganta. — mi nombre es lee minho, y seré su nuevo profesor de filosofía y en el cuarto semestre, si dios lo permite, seré su maestro de literatura, para sus caras confundidas tengo 23 años y soy recién graduado de esta misma universidad, espero que nos llevemos bien todos y que sepan usar los honoríficos conmigo. ahora para comenzar haré unas preguntas al azar y espero que sepan responder.

minho tomó su libreta donde estaban todos los nombres de sus estudiantes junto con una imagen de apoyo, sonrió al fijarse en un nombre en especial y después de relamerse los labios habló.

 — ¿hwang hyunjin? —el aludido levantó la vista un poco nervioso. —un placer conocerlo, alumno hwang. 

del poliamor y otros pecados del catolicismo ★ hyunho, hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora