voodoo doll

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— minho... —el menor contuvo el sollozo que estaba a punto de salir de sus labios.

— simplemente ya no digas más nada felix, es tu error, ahora busca la manera de remediarlo.

minho salió enojado de la habitación, solo para encontrarse con la tierna mirada de hyunjin llena de lágrimas, lágrimas que demostraban lo dolido que estaba con toda ésta situación. sin decir nada le tomó de la mano y lo alejó de ahí antes de que se pudiese encontrar con felix, ambos chicos decidieron salir de esa casa de locos y caminar.

felix no se sentía bien, se sentía devastado y muy alejado de la realidad, todo ocurría en cámara lenta, como si hubiese perdido toda percepción de lo que había a su alrededor. tristemente no tuvo más alternativa que salir de aquel deprimente espacio. sus ojos no tardaron en encontrar a chan, quien estaba besándose con su, ahora, prometida. se sentía mal pero hablar con él había dejado de ser una opción. caminó por la casa hastiado, quería hablar con hyunjin, o al menos quería hablar con una persona que no le gritase o le maltratase verbalmente cada dos por tres palabras.

se comenzó a sentir mareado, sus piernas no le respondían correctamente y quería huir de ahí, huir del insoportable ruido y parejas felices. no estaba en su mejor ánimo, ni en su mejor forma, no era el felix de siempre e incluso él podía notarlo. vio a changbin a lo lejos, bailando animadamente con aquella chica de detallados rasgos, lo veía feliz, tanto así que sintió celos, él no había tenido problemas, porque él no había sido descubierto. changbin podía seguir viviendo con su vida, a su gusto, con su novia y sus amantes homosexuales, porque él se iría a vivir fuera del país en un año, cuando su trabajo lo traslade a un lugar mejor, y se habrá salido con la suya. pero felix, él apenas y se iba a graduar del colegio, con miedo ya que ni siquiera le habían respondido su solicitud de beca en la universidad de artes de seúl, con miedo de haber perdido a los chicos que más amaba en el mundo, con miedo de no poder volver a casa ya que su madre estaba tan enojada que le había pedido que se fuese por un tiempo, tanto así que ahora vivía con seungmin y sus perritos.

estaba celoso, enojado y con las lágrimas a flor de piel.

— ¡hey changbin! —gritó desde el otro lado de la habitación caminando a pasos rápidos hasta quedar lo suficientemente cerca del mayor.

— felix, hey, no te había visto. —respondió el pelinegro con un tono de nerviosismo colándose entre sus dientes. 

— eres un maldito imbécil.

el empujón que el menor le dio a changbin logró desequilibrarlo, la novia del chico lo estabilizó y quiso refutar pero éste simplemente la alejó. 

— está bien soyeon, tranquila, vete un momento. —y antes de que changbin pudiese seguir hablando se aseguró de que la chica estuviese lo suficientemente lejos. — ¿de qué demonios hablas lee felix?

— tú sabes de que hablo, changbin, ¿o se te olvidó la otra noche, daddy? 

el tono juguetón que usó el menor con la última palabra le trajo demasiados recuerdos sexuales a changbin, tanto que sus pálidas mejillas tomaron un color carmesí fuerte, miró a su alrededor y varios invitados prestaban atención a la interesante conversación que el adulto estaba teniendo con el pequeño.

— felix vamos. —soltó una risa nerviosa. — no sé de qué hablas, hermano.

— ¿ah no? ¿no recuerdas los besos? como me rogabas cada noche para cuando me quedara contigo aún cuando tenías que irte a primera hora a la mañana siguiente para verte con tu noviecita.

chan escuchó todo el alarido que su mejor amigo estaba formando y antes de que pudiese decir otra palabra le tomó del brazo, el apretón que le dio hizo que felix soltase una pequeña queja.

del poliamor y otros pecados del catolicismo ★ hyunho, hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora