Capitolo 23: Nuevos Lazos

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Carlo no se separaba del teléfono

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Carlo no se separaba del teléfono. Cada vez que este timbraba, vibraba o la pantalla se iluminaba, él, con ansiedad desbordante, esperaba ver señales de vida de su hermano menor.

¿Y si algo le había pasado en el camino? ¿Y si pidió ayuda a personas que le hicieron daño? Había muchos escenarios que el idiota no se molestó en preverle. Se dijo a sí mismo que confiaría y esperaría a que el tiempo, preciso y exacto, sin un minuto más, pasara. Y si eso sucedía y no tenía a Toni de regreso, ya había formado un plan de búsqueda junto a García e Igor.

Pero su única ocupación no era estar preocupado de brazos cruzados, claro que no. Él mismo también hacía lo suyo, investigando o tratando de encontrar la identidad de los últimos atacantes de Toni. Ahora que los Malavida estaban muertos de su propia mano, ¿qué opciones le quedaban?

—Las bandas locales no tienen la capacidad que ellos tenían —insistió García—, sean quienes sean, no son de Marbella.

—¿A qué te refieres con "capacidades"? Qué, ¿acaso llevaban tanques?

García resopló, pero no dijo nada por la actitud borde. Empatizaba con Carlo hasta cierto punto.

—Eran armas extranjeras. No las vi muy de cerca para saber de dónde, pero estoy seguro que no son de Marbella, ni de España.

Merda —masculló Carlo. 

"¿Y si eran italianas?", pensó, observando distintas especificaciones en papel tiradas por la mesa.

Había fotografías, algunos informes que Cano les había proporcionado y hasta una lista de nombres de organizaciones sospechosas que Claudio les dio. El médico estaba de visita luego de desocuparse y guardó absoluto silencio para no delatar a su paciente, es decir, Toni. En ese preciso momento, se encontraba con un estetoscopio revisando los latidos de Raúl Salinas.

Tal y como le dijo a Toni por teléfono, estaba bien. La DREA tenía la ventaja (o desventaja, según quién lo viera) de no poder ser utilizadas en ningún Alfa para los efectos que no fueran un desmayo temporal. Lo curioso era que, según la historia de la creación del estupefaciente, esta se hizo con la misión específica de asesinar Alfas. Por eso mismo, "Droga Reduce" y al final la "A", que el dueño de la patente (dudoso mérito) decidió dejar así, sin adecuarlo a los resultados obtenidos.

—Ya estás bien. Y si no hay dolor, puedes salir de observación.

Salinas pujó un sonido afirmativo desganado y se volvió a acostar en su cama.

A él, como a su cuñado, la ausencia de Toni lo estaba matando. Peor sabiendo que su Omega estaba creyendo lo peor de él, que lo había traicionado de cualquier forma. Sólo de considerarlo, el pecho se le oprimía y su Alfa interno aullaba como perro abandonado. Quería a Toni a su lado.

Con ello en mente, se inclinó para obtener el teléfono de línea fija y ordenarle a Lina que le llevase el papeleo a su habitación, así, mientras no desatendía sus obligaciones como alcalde, podía ayudar de alguna forma a recabar información de los agresores de su pareja.

Nascondilo [Raúl Salinas x Toni Gambino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora