Tres✓

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Todos estaban aterrados por lo que venía a continuación.

Kenji y Kyouka se hicieron invisibles en sus asientos. Cosas así se deben dejar a los mayores. Atsushi casi quería unirse.

-¿Quien dijiste que abrió la ventana, Kunikida-kun? -Fue lo que dijo Dazai, medio bromeando y medio acusando.

-Demonios.

Fukuzawa se precipitó rápidamente hacia el ventanal por el que el chico había saltado y lo abrió dejando todo el viento entrar. Todos en la oficina agradecían que no fuera especialmente fuerte o si no todos sus papeles habrían salido volando.

-¡Ranpo!

Gritó el presidente.

Alcanzó a ver qué la pequeña figura lo miro rápidamente cuando iba a doblar la esquina del edificio, haciendo un gesto de despedida para finalmente desaparecer de la vista. Ya era muy tarde.

Suspiró en frustración. Si el trabajo no lo mataba Ranpo lo haría primero. Se había acostumbrado tanto al Ranpo mayor que olvidó completamente como podía ser el menor.

Y ahora se debatía entre ir a buscarlo el o dejárselo a sus empleados.

Por supuesto, decidió que su trabajo podía esperar un rato.

Ranpo paseaba por las calles de Yokohama con notoria alegría en su rostro

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Ranpo paseaba por las calles de Yokohama con notoria alegría en su rostro.

Aquel lugar, aunque había sido agradable, no era un lugar donde desearía estar por mucho tiempo. De una manera u otra sabía que terminaría como los otros.

Había guardado unos cuantos dulces en sus bolsillos para la ocasión. Metió uno a su boca disfrutando el sabor, luego recordando al albino que los trajo para el.

¡No era como si no fuera a regresar!

Ellos eran su fuente de alimento y techo, ¡y lo agradecía! Pero...

¿Pero que?

Pero ellos eran adultos, y por más que intentaba no podía comprenderlos.
Quería creer que era solo eso.

Pensando en una cosa y otra, no notó a la persona que pasaba frente a el.

-Vaya, pero si es el pequeño detective maravilla de Fukuzawa. ¿Por qué tan decaído?

-¿Disculpe?

La persona parecía tener la misma edad que el presidente de la agencia, talvez un poco menos. Llevaba de la mano a una niña en un lindo vestido rojo y de la otra un montón de bolsas de varias tiendas de ropa.

-Perdona, ¿Me equivoqué de persona? Es solo que... - Mori pausó un momento y Elise paseo alrededor de Ranpo, luego asintiendo a su acompañante. -No parece ser así.

-Bueno, no está equivocado del todo, pero si me disculpa y como ya lo sabe estoy tratando de dar una tranquila caminata por la acera y me bloquea el paso.

Donde Todo Comenzó. [BSD] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora