Siete✓

600 76 1
                                    

Mientras todo pasaba en ese callejón, Yosano propuso el jugar a las cartas. Era obvio que el Ranpo de esa edad no sabia como jugarlo, y le impresionaría que Kenji supiera del todo, pero no había nada apostado así que solo eran partidas amistosas. Los tres estaban sentados en la recepción de la agencia.

–Ranpo, saca una carta.

Ranpo sacó una carta, y rápidamente la tomó, bajando otras tres formando un grupo, tirando una que no le servía.

Claro, no se podían llamar partidas lo suficientemente amistosas para Yosano.

–Maldición, deja de deducir las cartas... – Yosano tiro las cartas que tenia, indicando que se había quedado sin juego.

–Pero no es nada raro, ¡Es Ranpo-san después de todo! – Soltó Kenji con una sonrisa.

–¿Cuantas veces has ganado ya? –Preguntó Yosano.

–54 veces. –Dijo Ranpo, como si no fuera la gran cosa. – ¿Donde están todos? Empiezo a aburrirme de esto..

–¿Te aburres de ganar? Entonces deja de deducir las cartas.

Yosano recogió todas las cartas y las volvió a poner en el empaque. Al parecer ya habían terminado de jugar.

Yosano y Kenji se levantaron, y en cuanto Ranpo se levantó del sillón, perdió el equilibrio y casi caía sobre la mesa donde jugaron si no fuera porque Yosano alcanzó a detenerlo.

–¿Que pasó? ¿Estás bien? –Preguntó Yosano, preocupada.

–Lo siento, no se porque me mareé justo ahora..

Eso no era bueno. El tiempo estaba corriendo.

—Kenji, trae un vaso con agua. — Pidió Yosano.

Siendo una doctora, su trabajo al quedarse a cuidar a Ranpo era el observar y actuar en caso de que su situación se agravara.
En todo el tiempo que Ranpo llevaba en esa condición jamás había sufrido algún mareo, e incluso como un adulto Ranpo difícilmente los tenía.
¿Que era lo que pasaba con el Ranpo adulto para que los tuviera?

—Yosano-san, el agua.

—Gracias.

Yosano sentó a Ranpo de nuevo en el sillón mientras ella se sentaba a su lado. Pasó el vaso de agua hacia el menor, pero no lo dejó que lo agarrara.

—¿Qué pasa?— Ranpo quedó extrañado por eso. Había tenido la molestia de pedirle agua, pero ¿No iba a dársela?

—Estas temblando.

Efectivamente. Cuando el detective iba a tomar el vaso notó como es que su mano temblaba débilmente. Eso la llevo a pensar que si le daba el vaso, probablemente lo dejaría caer.

—¿Que está pasando?...

Aquellas palabras no fueron más que murmullos.
Ranpo no podía soportarlo. Todo lo que estaba pasando le parecía estúpidamente falso. Aun cuando no quería llorar, sus lágrimas ya estaban derramándose. No podía detenerlas, el pánico simplemente le estaba ganando.

Quería recordar porque se sentía así, sin embargo había un gran espacio en blanco en sus memorias en ese momento. Se sentía horrible.

¿Por que debías venir aquí por tu cuenta? No te das cuenta de lo obvio, y olvidas lo que lo es.

¿No sería genial cambiar el pasado? ¿Que tal cambiar todo aquello que fue tan malo? No es posible, no te confundas.

Anhela tus memorias. Una vez que las pierdas, sentirás como mueres lentamente por dentro.

Donde Todo Comenzó. [BSD] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora