Lección #6: Olvidar un aniversario y morirse son casi lo mismo (II)

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Ya saben de quien lo cogí.

A mis gatos que me leen, con amor :')

Próxima actualización: agosto (si Dios y Etecsa quieren)

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(En la tarde)

8:30 a.m.

Fungami Yuuya cruzó el umbral de su casa.  Aquella sería la última vez. Bajó las escaleras, rumbo a la nevera, donde escogió dentro un sándwich preparado la noche anterior. Su padre leía las noticias, sentado a la mesa. Apartó la mirada del papel, volcándola de forma distraída hacia el chico.

Un gato se acurrucaba a los pies del hombre. De lustroso pelaje gris, el animal miraba fijamente la bandeja de sushi aparcada en la cúspide de una enorme montaña metálica de color blanco.

Yuuya ponía mostaza en el sándwich cuando notó los ojos del hombre sobre él. No dijo nada, envolvió el alimento y salió.

- Yuuya –la voz le detuvo ya en el intermedio a la sala - ¿Piensas no volverme a hablar?

El chico quedó inmóvil, sin voltearse. Kira dejó a un lado el periódico. Suspiró.

- No soy un buen padre, lo sé –los ojos del hombre se clavaron en su espalda –No lo fui, cuando dejé que Toyomi se marchara. Yo...di rienda a... a mis gustos... sin tenerte en cuenta. Tú has pagado el precio por mí, y yo solo...

El felino salió de entre las patas de la silla, desplazándose hacia el refrigerador. Rápido, saltó hacia la meseta. A poco más de un metro, el manjar despedía un intenso olor el cual le hizo relamerse. Instintivo, sus patas traseras se echaron para atrás. Apoyó firme las frontales y sus ojos se clavaron en la presa.

La voz de quien era su padre atravesó la nuca del chico hasta llegar al interior de su cabeza. Yuuya apretó los puños. Aun así, no se movió.

- Lo siento... -soltó Kira antes de que su voz terminara por quebrarse. El hombre tragó, se aferró a la taza de cerámica a su derecha. Volvió a suspirar. Entendió que no había más nada que decir.

El pie derecho de su hijo se alzó para atravesar la sala cuando aquella voz le detuvo una vez más. El gato saltó.

- Yuuya...lo siento –intentó decir, aunque sabía no eran las palabras deseadas. La frase quedó en su garganta, obstruida por el remordimiento. Murió sin que las verdaderas palabras vieran la luz.

No dijo nada. El chico continuó su camino hasta la puerta. El ruido de esta al cerrarse trajo consigo un férreo silencio.

Kira quedó inmóvil. Miró el periódico entre sus manos durante minutos que le parecieron infinitos. Ni siquiera el estruendo del gato al caer enredado entre la bandeja logró apartarlo de sus pensamientos.

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¿Dónde estaba Josuke aquel día? ¿En qué parte del tablero se encontraba? Nuestro chico popular no tenía planeado ir a la fiesta de Reiko. Miraba una porno, auto consolándose recostado en su cama. Fue cuando sonó el teléfono y la voz de su madre surgió para pedirle que comprara la cena.

- ¿Qué es ese ruido? –preguntó ella.

Josuke alejó el auricular al tiempo que bajaba el volumen.

- Es una película que están pasando por la tv.

Su madre no dijo nada, le pidió que se apresurara y colgó.

Morioh's Bizarre HigschoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora