Proxima actualización: finales de junio, Dios mediante
Cuando estaba vivo, una de las cosas que más disfrutaba eran las películas de guerra. Solía pasar madrugadas enteras viendo los documentales y filmes bélicos que daban por la TV. Eran más divertidos que la vida real; existenciales, si prefieres tal palabra.
Es por eso que los conflictos llamaban mi atención ya fueran los ladridos del perro del vecino o el turno robado en una fila...siempre alguien discutía por pequeñeces. Imaginaba a los adversarios tomar cada uno una semiautomática y caerse a balazos. Sí, ya sé, dirán que estoy enfermo. ¡Solo era mi imaginación!
Pero no se emocionen, esta historia no va de tiroteos escolares ¡Y válgame que Morioh Highschool precisaba de uno! Aunque muchos aquí si desearían contar con un arma a la mano para acelerar las cosas. Era lo que pasaba por la cabeza de Yangu Shigekyo, sentado a una esquina de la mesa.
- ¿Y sí compramos un arma y hacemos que nos escuchen? –terminó por decir.
El resto de los presentes quedó mirándole.
- ¡Cielos Shigechi! –exclamó Yukako.
- Genial. Usémosla para volarte el cerebro –añadió Kawajiri Hayato, quien acto seguido se levantó. –Escuchen, necesitamos un plan para evitar una revuelta. Si el Consejo Estudiantil no piensa hacer nada, nosotros, el Periódico Escolar tomaremos cartas en el asunto.
- Son solo unos bidones de agua –añadió Yukako mientras se cruzaba de brazos.
- Son los bidones de Kameyu Inc. –concluyó la presidenta del Periódico.
- ¿Y?
- ¿No lo entiendes Yamagishi? Nos quieren monopolizar. Vienen con excusas de "una ayuda al sistema" e instalan sus filtros por todos lados. Luego nos harán firmar un contrato donde nos obligarán a trabajar para ellos al graduarnos como pago por los servicios. Somos la moneda de cambio. Esto es la guerra.
- ¿No estás mirando demasiados policíacos?
- Hayato tiene razón –habló Mikitaka, ojos puestos en Yukako –Los filtros de Kameyu Inc tienen un 0.00001% de salubridad cuando la taza aceptable es 0.0001%. Prácticamente es nocivo.
- Eso, lo que dijo Mikitaka –expresó la emo. Por instantes cruzó miradas con el chico de pelo largo y gorro azul. Este bajó la cabeza y se sonrojó.
- Santo cielos, es solo un 0 demás –continuó la delegada estudiantil – ¿Y se preguntan por qué seguimos vírgenes?
- Lo que sea. Mi propuesta es hagamos una huelga ¿quién está conmigo?
- Wow wow. Esperen: ¿eso no es demasiado? O sea ¿para qué preocuparse tanto por sus riñones? Ellos serían capaces de venderlos por un Nintendo, así que... qué más da.
Tanto Shigechi como Mikitaka levantaron las manos. Yukako, al borde de la resignación, optó por seguirlos. "Listo, he arruinado mi reputación" dijo para sí.
Entonces todos voltearon sus ojos hacia la puerta. Asentado a un lado del pasillo, un sofisticado tonel se alzaba ofreciendo sus servicios potables. En una de las esquinas del plástico se hallaba impreso lo que para Kawajiri Hayato era la marca de la bestia: Kameyu Inc. Un monstruo comercial invadía la escuela y solo cuatro chicos podían impedirlo.
Nunca presencié una huelga en Japón, por lo que me daba curiosidad como esta sería sobrellevada. Conociendo a Hayato quién es capaz de cualquier cosa por lograr su objetivo, sabía que tal movimiento trascendería las puertas del recinto.
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Morioh's Bizarre Higschool
Fiksi PenggemarHigashikata Josuke tiene un secreto; de esos a los que es preferible esconder bajo la almohada. No es el único ¿quién no los tiene en una ciudad como Morioh-cho? Esta es la historia de cuatro adolescentes y un pueblo durante el verano más bizarro y...