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Es cierto que tenemos nuestras diferencias, y puede que Yugi, aunque sea la reencarnación de Heba, no me recuerde en absoluto, además; esta el hecho de que aparecí en su vida, desplazando a mi hermano de su vida.

Tal vez, y pensándolo bien, todo lo que pasamos anteriormente lo estaba abrumando demasiado.

— Tau, ¿por qué no vas con Yugi?, papá tiene algo que hacer. —

Mi hijo me vio confundido pero aún así asintió y se fue.

Saque aquel aparato pequeño que me servía para comunicarme, marque un contacto en especifico y espere tres tonos, hasta que contestaron.

— ¿Sabes?, no es buen momento para... Aah~ despacio ~. —

— Seré breve. — Dije ignorando los chillidos de placer de aquel rubio que le provocaba Seth, o mejor dicho, Kaiba.

— ¿Qué pasa?. — Jadeo.

— Quisiera que me hicieras un favor, ¿podrías conseguirme un lugar para quedarme?. —

— ¿Uh?, ¿qué?... Espera, Kaiba ~. — Joey dejó de jadear.

— ¿Podrías conseguir un lugar para esta noche?, te lo agradecería mucho. —

— ¿Qué?, ¿y eso por qué?. —

—Nada grave, luego te explico después. —

— De acuerdo. — Respondió Joey. — Te llamo cuando tenga todo listo. — Colgó.

Guarde el aparato y camine hacia mi despacho, pensando en cómo Yugi reaccionaria a esto, tal vez se alegre y podrá relajarse a gusto.

Se que jure siempre estar a su lado, pero no puedo evitar sentirme mal en cómo estamos.

Se que él no me quiere, ni un poco.

Y aun que yo lo ame demasiado, se que no es suficiente motivo para quedarme a su lado.

—Oh, Ra, ¿estoy haciendo lo correcto?. — Me preguntaba mientras veía la vista hacia las pirámides.

Mis ojos comenzaba a picar.

No quiero llorar, de verdad que no, pero...

Las lágrimas comenzaron a deslizarse por mis ojos.

¿Por qué duele tanto?.

Me agarre el pecho, intente minimizar mis sollozos, pero era algo no podía evitar, me dolía tanto saber que mi querido Yugi no me aceptaba y qué, además de todo esto, yo no podía dejar el pasado atrás.

Si yo no hubiera muerto en el pasado, ¿hubiera reencarnado en este tiempo?, ¿lo hubiera conocido?  ¿Nos hubiéramos amado como antes?.

A lo mejor sí o tal vez no.

*Toc, Toc.

Limpie mis lágrimas de inmediato, intenté reincorporarme y hacer como si no hubiera pasado nada, inhale y exhale, mantuve una postura firme y después me atreví abrir la puerta.

— ¿Sabes?, la fiesta es abajo, ¿cuándo vas a ir?, te esperan. — Me decía Yugi mientras pasaba al despacho. — Sabes que no puedes dejar que esperan, recuerda que importantes empresarios que también se quieren unir a tu proyecto y qué... — Se detuvo en cuanto vio mi estado. — ¿Por qué lloras?. —

— ¿Qué?. — toque mis mejillas y note lo húmedas que estaban. — ¡Oh!, ¿esto?, no es nada. — Dije nervioso y me voltee para que no me viera, saque un paño de mi saco y comencé a secar mis lagrimas.

El otro lado de la tumba. [ATEM] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora